Charlas de quincho
Primera parte de estos quinchos de larguísimo fin de semana, con una mirada fija en la creación de un nuevo concepto...
...la Unasur católica con la que colaborará el Gobierno. Tanto el viaje al país de Bergoglio como el presunto triunfo de Bachelet en Chile son hoy los más fuertes desvelos oficiales. Le contamos al lector las bambalinas de una cena privada con allegados a la Iglesia y de allí seguimos con otra intriga, más bonaerense, que tiene que ver con la estrategia del gobernador de cara a las próximas elecciones. Y terminamos a todo motor con sabrosos quinchos en el TC 2000 de ayer. Veamos:
Movilizó poco la agenda política la pausa pascual, salvo a miles de turistas que inundaron las playas, hasta superar cálculos, como el que dominaba ayer en el mediodía de La Huella, el santuario de los argentinos que van al Uruguay y que es un espejo de algunas tendencias. Por ejemplo, que la temporada chica de Semana Santa fue tan concurrida que resultó mayor, en proporción, que la del verano. Restoranes, posadas y discotecas a full, llenas de argentinos que buscaron solaz pese a lo alto de los precios. Claro que la economía que se mueve allí transcurre en algunos subterráneos: lo ilustra que en José Ignacio, sede top de esas algaradas, no hay ningún cajero automático -el único, en una estación de servicio, no funciona seguramente por falta de interés-.
El dinero corre por canales informales, todo diríase en negro, en efectivo, y es en buena parte dinero argentino. El Gobierno, siguiendo la señal del vértice, se refugió. A la cabeza, Cristina de Kirchner, que se fue a Santa Cruz hasta mañana, cuando reaparecerá en el acto malvinero de Puerto Madryn para seguir la rutina procesal del tribunal neoyorquino, donde se hizo a medianoche del viernes la última oferta a los bonistas irredentos y buitres. El resto, minucias de agenda en el tejido de la nueva actualidad regional que se resume en dos hechos inevitables: la muerte de Hugo Chávez y la asunción de Jorge Bergoglio como papa, que parece convertirse en el nuevo líder regional, si hiciera falta alguno.
Todas las evoluciones del nuevo pontífice marcan un proyecto político de la Iglesia para la región que, según los mirones de estas cuestiones globales, despliega lo que está en la letra de los documentos episcopales de Aparecida, que describen una nueva etapa con gran dominio de la llamada colegiación de los obispos. El papa Francisco le pone un sello a ese camino y lo revela cuando destaca que él es el obispo de Roma más que monarca vaticano. Se pone como un igual frente a los demás obispos y destaca la acción colectiva, algo que despunta como una especie de Unasur católica al que se va a tener que prestar mucha atención.
El Gobierno, que busca siempre participar de nuevas agrupaciones regionales no alineadas con los países centrales, le va a poner una ficha a este Unasur católico que anuncia Bergoglio y por eso se dispone a colaborar en la organización del viaje del Papa a la Argentina, tema de la primera reunión de Cristina de Kirchner con los obispos de la conferencia que preside José María Arancedo, que tiene lugar primordial en la agenda para después de esta Pascua.
Ese viaje movilizará a millones de personas, como todo viaje papal a cualquier país del mundo, y se hará después de las elecciones (27 de octubre) y antes de la fiesta de la Inmaculada (8 de diciembre). Pero en esa agenda regional pesa otro hecho importante que se desencadenó en las últimas horas y que va de la mano del eclipse del chavismo: el lanzamiento de Michelle Bachelet como candidata a la presidencia de Chile, con pronóstico casi fatal de triunfo en las elecciones del 17 de noviembre.
Si el pronóstico se cumple, habrá un nuevo liderazgo de esta dirigente chilena que se fue del Gobierno con altísimo prestigio y con quien el Gobierno kirchnerista ha querido tener siempre la mejor relación. Ha sido un deseo mutuo, que Bachelet ha desplegado en los innumerables viajes que ha hecho a Buenos Aires desde que era presidente y que continuó después, justificados en que tiene una hija que estudia en la Argentina. En varios de esos viajes tomó contacto con Olivos y mantuvo la relación en función piloto. Esta reaparición de la chilena le impone al Gobierno un compromiso de agenda porque el acto de lanzamiento formal de la campaña de Bachelet se hará el próximo 19 de abril, cuando se cumplan los cien años de la fundación del Partido Socialista chileno.
Para ese festejo ha llegado ya a la Casa de Gobierno una invitación para que concurra una delegación argentina. La pretensión de los chilenos es que vaya la propia Cristina de Kirchner a la cabeza de una delegación del Partido Justicialista. Lo que decida la Presidente sobre esta invitación marcará un nuevo rumbo en la política regional en la que se disputan estos liderazgos. Los argentinos se resignan a que es poco lo que puede esperarse en adelante del declinante Gobierno de Sebastián Piñera, en especial en cuanto a emprendimientos en los que había gran confianza.
El proyecto del túnel ferroviario por Mendoza, de la corporación América, se descarta ya que se avance con el actual Gobierno chileno, que se negó a dar avales por ley al endeudamiento. Queda para conversarlo con Bachelet, quien cuando era presidenta escuchó los detalles con cierto cálculo profesional. "¿Voy a ver ese proyecto? Creo que no", dijo cuando era presidenta. Ahora habrá repechaje. Más optimismo hay sobre el proyecto del paso por San Juan, que es una obra pública, sin privados como el de Mendoza, y tiene más oxígeno porque no obliga a los chilenos a avalar créditos de empresas, algo que dicen no están habituados a hacer como tampoco dicen entender mucho eso de los emprendimientos binacionales, algo muy común en la Argentina (Yacyretá, Salto Grande, etc.), pero una rareza en Chile, país insular y desconfiado ante sus vecinos, con los cuales vive en reclamos eternos (Perú, Bolivia).
De estas globalidades, especialmente de las religiosas, se habló mucho en una cena recoleta que se hizo antes del Jueves Santo en un departamento de Santa Fe y Montevideo al que concurrieron periodistas, lobbystas empresarios y algunos allegados al Obispado de Buenos Aires, en el cual se intentó un balance prospectivo -otro- de lo que puede esperar de este papa criollo. No identificaremos a los asistentes por discreción -era una cena privada- y porque no se trata de personas públicas, pero sí contaremos algo de lo se escuchó allí por el interés que tiene la opinión de gente informada y enterada de muchas cosas.
El dueño de casa, destacado operador eclesiástico, se dijo sorprendido por la reacción de quienes ahora dicen no conocer al nuevo papa, algo que compromete a oficialistas que justifican en ese desconocimiento el giro de actitud de la crítica al elogio. "Bergoglio siempre fue igual. Se ve que nadie le prestó atención antes; nosotros lo vimos crecer desde curita ignoto, rescatado por Quarracino de Córdoba, a partir de aquel conocido retiro que dictó al Episcopado, a auxiliar y coadjutor de Buenos Aires, y más tarde a Cardenal. Juan Pablo II lo ascendió tres veces", explicaba uno. Otro recordó que "estos gestos de austeridad los vimos en Buenos Aires. El entonces arzobispo los impuso a sangre y fuego, y dejó no pocas víctimas".
Los más sorprendidos eran los de la línea conservadora de la Iglesia porque estaban identificados con señales de ese sector del Vaticano. Benedicto XVI, explicaron, vía Tarsicio Bertone y Leonardo Sandri, nuncio mediante, nombró mayoritariamente a obispos de esa línea. Nadie esperaba un retorno al progresismo que representa Bergoglio. Por eso no entendieron los apoyos de los obispos Jorge Novak y Miguel Hessayne, y de los críticos Hans Küng, Leonardo Boff y Frei Betto, al nuevo pontífice. Faltó Ernesto Cardenal. Ni el repentino entusiasmo evidenciado por Adolfo Pérez Esquivel. Concluyeron los comensales de esa noche que hay que olvidarse del Papa argentino y ver lo que éste realizará a nivel internacional.
No en vano los EE.UU. y China fueron los primeros en saludarlo y mandarle mensajes, y hay que estar atento al diálogo interreligioso y ecuménico, como proa de su política internacional ya instaurada desde Buenos Aires. La Argentina, país tolerante en materia confesional, puede hacer un aporte que diferencia a la Iglesia en esta nueva etapa de la línea europea o americana, donde la Iglesia tiene que competir palo y palo con otras confesiones. Sobre la confección de su espacio político apostaron que prescindirá de colaboradores locales, salvo pocas excepciones. Va a armar, especularon, lo que tiene allí.
Un ejecutivo experimentado afirmó: "Ocupará el lugar de conducción regional que dejó una semana antes Hugo Chávez. No en vano felicitó a la Presidente de lo que se estaba haciendo en materia de Patria Grande, como él la llamó parafraseando a Bolívar y San Martín". Habrá alguna sorpresa más, como que nadie había mencionado a Mario Poli como candidato a sucederlo en Buenos Aires y el único nombre que se lanzó para irse con él al Vaticano fue el del rector de la UCA, Víctor "Tucho" Fernández.
Se repasó también la leyenda de que Alfonso Prat Gay podría ir al banco del Vaticano, pero no le dieron mucho crédito, salvo bromear sobre si llevaría a Roma a su nueva socia Victoria Donda, hoy allegada a Hermes Binner y ocurrente en apariciones fotográficas en revistas de actualidad por su vestimenta, bien poco vaticana. Sí se hizo alguna apuesta sobre qué puede consultar con otros economistas argentinos, profesión en que es muy feraz la Argentina, país que provee al mundo de analistas, brokers, cueveros, timberos y reestructuradores de deuda. Sería algo en lo que puede el país hacer una diferencia. Se mencionó a Juan Llach, asesor discreto de comisiones vaticanas con las que colaboró en documentos clave.
Es un hombre, sin embargo, de la Universidad Austral, vinculada al Opus Dei, instituto que puede perder gravitación en Roma con el jesuita Bergoglio después de alcanzar muchísima importancia con Juan Pablo II. El papa Francisco tiene que hacer algo con el banco vaticano, centro hoy de reproches por corrupción. Se dio aire a la idea de que por presión del cardenal canadiense Marc Ouellet, que estuvo en la lista chica de candidatos a papa en esta oportunidad, podrían darle al Bank of Canada la administración de los dineros de la Iglesia. Ouellet es el mandamás de la orden de los Sulpicianos, que tiene buena presencia en América Latina como organizador de seminarios y formador de profesores de esas instituciones, especialmente en Colombia y en Brasil, es decir, contribuyente a la Unasur católica en formación.
La única movida pública que conmovió la Pascua, además de los actos en La Plata y en el cementerio de la Recoleta que hicieron los radicales que no se fueron de vacaciones, por el cuarto aniversario de la muerte de Raúl Alfonsín, fue la pirotecnia antisciolista, encarnada esta vez en Diana Conti, quien derramó que lo que busca ella (no habló por el conjunto) es que el gobernador de Buenos Aires se alinee. De los cuarteles de Daniel Scioli no salió respuesta a ese nivel, pero sí provocó interminables sesiones de análisis que se registraron en la residencia La Ñata, donde permaneció el gobernador, a diferencia de otras Pascuas, en las que solía acercarse a la costa o a Tandil, sede de crecientes manifestaciones religiosas. Quienes estuvieron con él dijeron verlo más firme que nunca porque le pidieron un alineamiento "y Daniel nunca ha dicho ni hecho que no sea lo que él quiere. Lo menos que puede pedirle alguien que lo conozca es que haga lo que no quiere -dijo uno de sus contertulios del fin de semana-. Hubo oportunidades -agregó- en que algún asesor le sugirió algo, pero nunca aceptó correrse de lo que dice y hace, cuanto más puede pedir algo de letra para justificarse, pero nunca un cambio de rumbo".
Destacaron entre los hechos novedosos de la semana que no asistiese a actos con Cristina de Kirchner a los que estaba invitado. "Ya van cuatro actos a los que no va; hay que atender a esos gestos", señaló el entornista. Cree Scioli, aportó, que la lealtad es un camino de ida y vuelta, y a eso se atiene. Si le dicen que no a poner legisladores propios en listas y le dicen no a aportes de dinero, le tienen que explicar, remató, cuál es el negocio político, más cuando se avecinan unas elecciones por lo menos complejas en la provincia de Buenos Aires para el oficialismo. Estas situaciones, fue el diagnóstico de La Ñata, lo fortalecen a Scioli, quien se sigue riendo de las especulaciones de la oposición -y de la prensa que las amplía- sobre una ruptura con el kirchnerismo. Él es el kirchnerismo, aventuran, aunque admiten que hay sectores minoritarios del sciolismo que entonan cantos rupturistas en el mismo sentido que sectores minoristas del kirchnerismo. Es natural que la oposición aliente la ruptura porque en su estrategia está dividir al peronismo para mejorar su chance electoral en distritos donde hará buenas elecciones, que son los que más votantes tienen. También ignoran esas especulaciones, se escuchó en La Ñata, quién es Scioli, que tiene como eje un método no excluyente de ningún sector ni de ningún dirigente. Deberían entender, dice esta explicación, que nunca dejó a nadie en el desierto y que bajo su cielo todos tienen lugar. ¿A qué romper entonces?
Estas interpretaciones tienen también su contrapartida en el oficialismo, que ve en estas manifestaciones mucho marketing y poca noción estratégica. Un hombre que acompaña a los Kirchner en el gabinete desde 2003 y que tiene despacho en una de las avenidas que lleva a la Plaza de Mayo apostó, cuando sobrevolamos su oficina, a que el resultado de las elecciones favorecerá al Gobierno. "¡Ganamos!", celebra por adelantado. ¿Cómo?, se le pregunta. "Con Scioli", responde sin dar más explicaciones. En su percepción, alimentada por las últimas encuestas de intención de voto, el resultado de 2013 será mejor que el de 2009 y con eso basta para el titular triunfalista del día después. La interpretación descansa en una hipótesis que en el peronismo y en la política argentina hay que demostrar, en cada turno, que Cristina de Kirchner es la gran electora y que decidirá su sucesión si no tiene reelección. Y ríe: "Si ella anuncia, después de las elecciones, quién será el sucesor, Scioli, por ejemplo, el dedo de ella ¿cuánto medirá? ¡Así!", y extiende las manos hacia afuera como metro y medio -el hombre es alto-.
Cualquier fantasía electoral dentro del peronismo se alimenta de comparaciones, especialmente con la elección de 1999 que ganó la Alianza. La leyenda dice que Eduardo Duhalde perdió porque Carlos Menem y el peronismo le soltaron la mano porque preferían perder a verlo al lomense en la presidencia. Pero quienes afirman esto no tienen respuesta ante la posición contrafáctica que dice que Menem y el peronismo lo abandonaron porque sabían que Duhalde iba a perder y no querían ser arrastrados a esa derrota y que por eso se refugiaron en sus provincias. En esas presunciones, alimentadas por encuestas, imagina el oficialismo que Alicia Kirchner será candidata a primera diputada en Buenos Aires, Martín Sabbatella a senador en Capital y Daniel Filmus a legislador ("Así lo hacemos trabajar un poco", ríe). En ese distrito la sorpresa de las encuestas es alto apoyo que dice el público manifestar por la candidatura de Roberto Lavagna a senador. Está por encima de cualquier candidato, casi diez puntos, y se potencia si va en listas del macrismo.
Cortamos tanta espesura política esta primera entrega de los quinchos con una viñeta vinculada al entretenimiento, porque hace una semana se vivió una anticipación de lo que iba a ser el circuito callejero de TC 2000 de ayer. Fue la fiesta para los corredores y organizadores que convocó en el local Modena el empresario Cristiano Rattazzi, sponsor de la categoría Fiat Punto Competizione. Se encontró en el evento con Juan María Traverso y lo convenció para que participe del circuito. El corredor prometió que estará presente en Potrero de los Funes, San Luis, y quizás en la carrera de San Juan. Su decisión se vio reforzada cuando se subió a uno de los autos de Fiat y recorrió el circuito. Volvió sorprendido por la tracción de la máquina y dio el sí definitivo. También estaba Mauricio Macri, que fue a recorrer el circuito con el Peugeot de Girolami. El auto alcanzó velocidades de más de 200 kilómetros por hora y dobló en las chicanas a fuerza de frenos, rebajes y precisión. Mauricio bajó sin habla y emocionado. No se cansaba de relatar cómo se le vinieron encima los bloques de cemento de cada curva. A su lado, Diego Santilli, preocupado por River Plate, comentaba que el Rosedal está a punto de ser elegido como el mejor parque del mundo. Contó que la transformación la empezó Eduardo Eskenazi, cuando su hermano Sebastián era presidente de YPF. Que trajo rosas de distintas partes del mundo y se encargó de una moderna parquización. Cuando la empresa se estatizó, todo el mantenimiento quedó a cargo de la Ciudad.
También se habló de la designación del empresario José Urtubey en la presidencia de la UIA, que provocó el enojo del secretario de Comercio, Guillermo Moreno, quien presionó de todas las maneras posibles para que no asuma el cargo, pero en la UIA están decididos a mantenerlo. Al funcionario no le gusta que alguien que porte ese apellido se identifique con los empresarios a quienes no considera aliados del Gobierno. También se sigue celebrando la venta de autos que no parece afectada por la suba del "blue", sino más bien favorecida. Se comentó que la gente cambia en el mercado marginal y consigue un auto local barato en dólares. "Hay dos argentinas, una muy cara, la del dólar oficial y otra del "blue", donde todo cuesta la mitad". Otro preocupado por la economía era el ministro de Hacienda porteño, Néstor Grindetti, que si bien está contento porque los bonos en dólares que emitió pagan menos renta que los del Gobierno nacional, le preocupa la evolución del dólar y teme que alguna devaluación afecte la caja de la Ciudad. Son muchos los que emitieron bonos "linked dólar" que pagan una sobretasa sobre la devaluación oficial del dólar.
Vamos a terminar con un chiste de la línea fuerte.
Un ejecutivo llega a una pequeña pero próspera ciudad del interior; se aloja en el mejor hotel y pide que le manden la mejor "profesional" del pueblo. Al rato tocan a su puerta, y entra lo pedido. El ejecutivo pregunta sin rodeos:
-¿Cuánto me cobrás por hacerlo con la mano?
-Después hablamos de plata. Vení, asomate a la ventana. ¿Ves esa tienda que ocupa media manzana? Soy la dueña y junté la plata haciendo sexo manual.
-Y entonces, ¿cuánto me cobrás por sexo oral?
-Después hablamos de plata. ¿Ves ese multicine de la otra cuadra? Soy la dueña y lo compré con la plata que gané haciendo sexo oral.
El hombre, tras probar ambas variantes y ya impresionado por los talentos de la profesional, exclama:
-¡Por favor, decime cuánto me cobrás por hacerlo como Dios manda!
-Ay, mi amor, si tuviera vagina, sería el dueño del pueblo...