DOLAR
OFICIAL $816.08
COMPRA
$875.65
VENTA
BLUE $1.18
COMPRA
$1.20
VENTA

Charlas de Quincho

La primera parte de los quinchos de fin de semana largo comienza al sur, con la Presidente entreverando su descanso con llamadas telefónicas clave, entre ellas las que hizo para coordinar uno de los encuentros más importantes de la semana, que tiene a YPF y al mago Galuccio (y la coalición de gobernadores) en el centro.

Pero como no todo es política, también nos ocupamos del espíritu, en particular de los conciertos que brindó la semana pasada otro mago, pero de la música, el director Zubin Mehta, quien no sólo personalizó una declaración de amor en el Colón, sino que reunió un florilegio de invitados vip en el Citi Opera, para celebrar el bicentenario del banco titular de la emblemática sala. Veamos.

Gala de Zubin Mehta organizada en el teatro Ópera, donde hubo asistencia impecable. La embajadora de los EE.UU., Vilma Socorro Martínez, se quedó junto al anfitrión Juan Brouchou, del Citi, y Daniel Novegil, CEO de Tenaris. Claudio Cesario, de ABA; Jaime Campos, de AEA; y Luis Pagani, de Arcor; todos junto al presidente de la Bolsa de Comercio, Adelmo Gabbi, y Mirtha Legrand.

El feriado sanmartiniano -que por el traslado del 17 tuvo de todo menos un instante para acordarse del General- pareció mandar a todos al descanso. Cristina lo hizo en dos etapas; el viernes pisó Río Gallegos, animó algunas reuniones personales en la casa de la calle Mascarello 441 con asesores que quedaron registrados al salir de esa residencia como hombres de números, y el mismo día se subió al avión para quedarse hasta mañana en El Calafate. Se mostró como pocas veces, caminando por la villa y entró un rato a una de las extravagancias turísticas del lugar: un museo del juguete al que ya había ido antes, atraída por la memorabilia peronista que ha juntado allí el dueño, Daniel Scardaccione, un lungo empresario que instaló la muestra permanente en un lugar que bautizó como el Paseo de los Gnomos. Allí se sacó fotos Cristina junto al anfitrión y vecinos que se acercaron al enterarse de su presencia. El resto del día y ayer lo dedicó a revisar detalles de la campaña más importante de la semana, que será cerrar las últimas heridas con los gobernadores de las provincia petroleras. Por eso se mostrará el jueves en el salón Jacarandá de la torre de YPF en Puerto Madero con once gobernadores de provincias no petroleras para anunciar el comienzo de la exploración de ese recurso en regiones en las que se creía no existía.

El anuncio desveló también durante el fin de semana largo al promotor de ese emprendimiento, Miguel Galuccio, quien se pasó desde el viernes hasta ayer a mediodía encerrado en su oficina de YPF junto a gerentes y asesores, refinando las tres presentaciones que tiene en diez días: el jueves por la tarde junto a Cristina en el Jacarandá; ese mismo día a mediodía en uno de los foros del Council of the Americas en el hotel Alvear, y el jueves 30 en una megaconferencia de prensa con periodistas criollos y de Nueva York (a través de videoconferencia), en donde explicará detalles del legendario y esperado «plan de los 100 días» que mejor que contenga alguna espectacularidad porque se ha anunciado tanto que las expectativas son muy grandes en un gremio ansioso y, diríase timbero, porque está acostumbrado a grandes apuestas que pueden tener mucha rentabilidad y a veces ser un fracaso. En eso, la industria del petróleo es lo más parecido a la de medios y entretenimientos, en donde una apuesta a un talento puede llevar a su productor a la cima o a la bancarrota en pocos días.

De ese plan saben muy pocas personas, además de la Presidente, porque el titular de YPF no lleva en vano el apelativo de «Mago»; saca petróleo de áreas que antes se descartaban y ahora destapará el resultado de un estudio que mandó a hacer en la semana cuando asumió el cargo para la prospectiva de búsqueda de petróleo y gas en provincias que no tienen, hasta ahora, el recurso. Un «mago» puede sacar petróleo de cualquier lado, dicen algunos, por los avances en la tecnología de búsqueda y extracción. Es difícil conocer detalles de cómo será esto porque Galuccio tiene lacrado todo su entorno contra las filtraciones y cuando recibe a alguien en su despacho es difícil saber de qué se habló, como ocurrió el jueves, cuando almorzó a solas con el embajador en los EE.UU. Jorge Argüello en su despacho del piso 32° de la sede de la empresa. Ese diplomático tiene a su cargo navegar sin luces en los Estados Unidos, y hasta bucear para levantar un mapa en detalle del interés de las petroleras de ese país en invertir en los proyectos de YPF. Sigiloso, Argüello aportó los datos y aseguró que el jueves Galuccio ocupe su silla en el Alvear para dar algunos detalles en público de lo que quiere hacer para, como dice, armar una compañía de mayoría estatal pero con el rigor del management de una empresa privada.

En las reuniones del fin de semana, en las que hurgamos desde rincones que se escapan al control del «Mago», supimos desde detalles anecdóticos hasta línea importante de lo que habla a esas alturas, que proporcionan los quinchos de más alto nivel en estos días. Entre las trivialidades figura que Galuccio dejó ya de vivir en hoteles y se instaló en una casa en la Capital Federal junto a su familia venida de Londres, donde trabajaba hasta sumarse a esta singladura de YPF. Igual pasa la mayor parte de los fines de semana embutido en reuniones como las de ayer en donde volvió a forzar a sus interlocutores al régimen de ensaladas y comida sana, a la misma hora cuando crepitan los fuegos en las parrillas de los countries o bullen las pastas en los hogares de los argentinos. Entre las cosas sustanciales que conocimos es que el estudio para la búsqueda de petróleo y gas en donde hoy no hay, incluye a distritos como Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, cuyos gobernadores han sido invitados el jueves por la tarde al anuncio. Ese estudio costó u$s 6 millones y es otra prenda de pacificación de las relaciones entre el Gobierno nacional y los gobernadores. Ya superó las diferencias que se abrieron con el decreto que reglamentó la ley de expropiación, que obligó a Galuccio, a Julio De Vido y a Alex Kiciloff a una larga reunión de explicación de que esa norma no les sacaba sus atribuciones como dueños -según la Constitución- de los recursos del subsuelo. Esos gobernadores se enteraron del decreto por los diarios, algo que obligó a una disculpa oficial que los mandatarios aceptaron con reservas porque hay cláusula aún de aplicación incierta. El fondo de la disputa es que entre esa ley y su reglamentación ha quedado sin efecto la llama de «ley corta» de hidrocarburos (de 2006) que fue uno de los triunfos más importantes que lograron los gobernadores frente a Néstor Kirchner contra la idea de éste -que profesa también la Presidente- de que la Constitución de 1994 (votada por los Kirchner porque gobernaban Santa Cruz, distrito petrolero) al darle la propiedad a las provincias atomizó la posición del Estado como negociador. Esa ley «corta» atornilló tal atribución que ahora parece lavada para sostener la posición del oficialismo de que la negociación frente a las empresas la debe hacer la Nación porque tiene más fuerza. Desde ya que cada gobernador petrolero cree que tiene poder para negociar en su beneficio y que los funcionarios nacionales no saben lo que ellos sobre petróleo.

Ahora todos los gobernadores, petroleros o no, tendrán una parte del compromiso con el negocio-país más grande en curso después de la exportación de soja. ¿Hay una trama política? Quizás, porque hay cabos sueltos en el plan oficial. Uno de ellos es que lo último que le conviene a la Presidente de cara a las elecciones de 2013, en donde se jugarán los números para un eventual proyecto de reforma con reelección, es una pelea con los gobernadores. ¿Qué mejor que hacerlos trabajar a todos con la zanahoria del «petróleo para todos». Para asegurar esa relación, la YPF de Galuccio avanzó en las últimas horas en la descentralización de la compañía para darle a cada provincia petrolera más poder. La medida se hace a través de la creación de cuatro gerencias regionales que estarán a cargo de delegados con más poder que nunca, que serán los interlocutores de los gobernadores, que intervinieron en la decisión de quién ocuparía esos cargos. Galuccio designa en esas gerencias a veteranos de la empresa que llevarán atribuciones de la torre de Puerto Madero por ahora a cuatro provincias: Santiago Martínez Tanoira será el virrey de YPF en Mendoza y Carlos Grassia, en Santa Cruz. Por su parte, Alejandro Eloff en Chubut, y Javier Sanagua en Neuquén y Río Negro.

Argüello, hasta ahora valedor de los proyectos del Gobierno ante posibles inversores que quería llevar alguna claridad sobre esta disputa que si no se sepulta y se abulona bien, puede ser motivo de litigios que devalúen el negocio. Tendrá que rendir cuenta de esas dudas en cada paso que dé en adelante, como ya tuvo que hacerlo en la cena del sábado en el restorán Nostalgias del fin del mundo en Palermo, adonde llevó a la titular del Council of the Americas, Susan Segal; la otra actividad que tuvo el embajador en una semana agitadísima, que lo exhibió también en un almuerzo el jueves en el regimiento de Granaderos a Caballo junto al ministro de Defensa Arturo Puricelli, en honor del viceministro de Defensa para el Hemisferio Occidental de Barack Obama, Frank Mora, en el cual se brindó por las buenas relaciones entre Buenos Aires y Washington pese a los azotes leves que se cruzan cada tanto para sostener algunas leyendas que les convienen a las dos partes. Mora es un experto en América Latina que se encarga, nada menos, que de las relaciones entre el Comando Norte y el Comando Sur de las Fuerzas Armadas de su país y consigna entre sus antecedente hacer sido asesor de la CIA, algo que para los expertos es más importante que haber pertenecido a ese servicio. Todo un profesional.

Estos detalles los conoce la Presidente y de eso habló en sus contactos telefónicos con Buenos Aires del fin de semana, que incluyeron también deberes de tristeza, como comunicarse con la familia del abogado Octavio Pérez Galimberti, quien murió el viernes víctima de un accidente absurdo en la Capital Federal, cuando se derrumbó una marquesina de la calle Lavalle. Pérez Galimberti era asesor de Julio Alak y ese día había terminado de preparar parte de la exposición que hará mañana el ministro en el Congreso sobre las reformas al Código Civil y Comercial. Era uno de los coordinadores del proyecto final que fue al Congreso y sobre el cual Alak ha sido convocado para explicar las diferencias entre la idea original del trío Lorenzetti-Highton-Carlucci, y las modificaciones que introdujo la oficina de Carlos Zannini aconsejado, entre otros, por la flamante procuradora Gils Carbó. Cristina conocía a la familia de este joven porque son todos de La Plata y llamó para dar las condolencias por esta desgracia a causa de un avatar evitable que terminó con la vida de un joven de 33 años.

Cerramos esta primera entrega de los quinchos, que se completará mañana, con una mirada de interés artístico sobre la visita de un prócer musical como Zubin Mehta, quien afirmó la semana pasada su fama porteña, no sólo con su talento sino también con sus gestos. Nadie osó respirar cuando giró sobre sus zapatos de charol y enfrentó el público del Teatro Colón el miércoles hasta encontrar un rostro conocido; el de Jeanette Arata de Erize, presidenta del Mozarteum, y entonces, con su marcado acento italiano y su voz potente, le dijo: «Hace cincuenta años que te amo y éste es mi homenaje. No sé cómo saldrá, es la primera vez...». Luego, elevó sus manos, reclamó silencio con un gesto de batuta que todos entendieron y marcó el comienzo del tango de Gardel y Lepera «Por una cabeza». Así, suavemente, con un sonido hondo, salido del fondo de los instrumentos de la orquesta del Maggio Musicale Fiorentino, dejó atrás la emoción que había provocado con la música de Beethoven y Ginastera. Ese tango «a la europea» se robó la noche. Tronó el «bravo» y el público emocionado aplaudió a rabiar.

A los 70 años, Zubin Mehta no se cansa de recorrer el mundo cosechando éxitos y se veía juvenil, al igual que la ruborizada Erize. Allí estaban Pedro Pablo García Caffi, Adriana Rosemberg, Nelly Arrieta, Marta Gancia, Sergio Renán, Alex Reynal, Pablo Boskis, Eva Giberti, Cristina Kalouff, Norberto Frigerio, Ana María Costaguta, Patricia Pearson, Estela Totha; los embajadores de Italia y Colombia, y la empresaria Claudia Stad, quien salió cantando, como una soprano, «por una cabeza, si ella me olvida, qué importa perderme, mil veces la vida, para qué vivir...». En la noche siguiente, Stad se enfundó en un vestido rojo y volvió cantando al teatro Ópera, otra vez a escuchar a Mehta, esta vez para celebrar el aniversario de los 200 años del banco Citi. «Cuántos desengaños por una cabeza, yo juré mil veces no vuelvo a insistir...», repetía, como un jugador que reincide hasta que pierde, escoltada por un joven de gala con bombín. «Si. Hay que festejar cantando», dijo un entendido en finanzas y añadió que Louis Vuitton puede abandonar la Argentina, pero los bancos siguen firmes. Para los invitados, el cielo del Citi estaba en el primer piso. Aunque había champán y bocaditos por todos lados, allí estaba Juan Bruchou recibiendo a los personajes top: Eugenia y Eduardo Grüneisen; la embajadora de EE.UU., Vilma Martínez; Daniel Novegil (Tenaris), Ricardo Calderón (embajada de México), Luis Pagani (Arcor), Francisco de Narváez, Teresa Frías (arteBA), Javier Madanes (Aluar), Marcelo Mindlin (Pampa Energía), Luis Pérez Companc (Molinos), Cristiano Ratazzi (Fiat), Claudio Cesario (ABA), Jaime Campos (AEA), Hugo Biolcati, Adelmo Gabbi, Carlos Grosso y, entre otros, Mirtha Legrand.

Eduardo Costantini fue el invitado más asediado. «No se puede salir con él», admitió Clarise, su mujer, mientras lo miraba, rodeado por un grupo de parientes de San Isidro, la ciudad donde nació, se crió y sufrió la injusticia que contó esa noche: «Mi madrina nos mandaba plata con una de mis hermanas, ella nos daba el 10% y se quedaba con el resto». Mientras, Josefina Blaquier invitaba a la fiesta anual del Museo de Bellas Artes a Teresa Bulgheroni, el historiador Ángel Navarro, que se hizo cargo de la caprichosa colección Fortabat, confirmó esa noche que va a cambiar el diseño expositivo del museo. Se sabe: Amalita amparó a sus amigos y ahora, Navarro tiene en vilo a muchos artistas. En el Dique 4 rodarán cabezas. En el escenario, con gestos de pantera y oficio de locutora, Mariana Arias presentó a Bruchou, quien se ganó un aplauso cuando dijo que el Citi se fundó en 1812 en NYC, pero que su primera sucursal internacional la abrió en 1914 en Buenos Aires. En la platea contaban que «más allá del atractivo de las vacas y el trigo, las empresas del sueño americano (Dupont, Colgate Palmolive, General Electric, General Motors, Coca-Cola, US Steel, Ford) preferían también un banco americano». A Mehta y la orquesta fiorentina les costó conquistar a un público que en los comienzos, con la obertura de «Las vísperas sicilianas» de Verdi se mostró menos entusiasta que el del Colón. Pero al final logró conmoverlo, con las melodías de la sinfonía «Del Nuevo Mundo» de Dvorak, y luego de una cerrada ovación, ya como un genuino fan de Gardel, cuando tocó «Mi Buenos Aires querido».

Vamos a terminar con un chiste feminista, que deja una enseñanza. Un hombre va transitando por una ruta; ve que una mujer viene en sentido contrario. La conductora, sin razón aparente, aminora la velocidad, baja la ventanilla y le grita:
-¡Caballo!
El hombre, sorprendido, le responde:
-¿Y vos qué sos, estúpida? ¿A quién te creés que le gritás?
Todavía exaltado por el intercambio verbal, sigue su camino, pero a unos 500 metros, a la salida de una curva, se lleva puesto un caballo que estaba parado en medio de la ruta. El auto queda destrozado, y el conductor salva la vida por milagro. Moraleja: es casi imposible entender a las mujeres.