Sociedad
Chaco: un animal en peligro de extinción se refugió en un shopping huyendo de los incendios
Se tratá del famoso aguará guazú. Estaba deshidratado y con las patas quemadas.
En sus "Cuentos de la Selva", el escritor Horacio Quiroga lo describió como “un zorro con apariencia de lobo” en un cuento que lo tiene como protagonista, se trata del aguará guazú que esta vez es el protagonista de una noticia.
Los incendios forestales no dan tregua y ya son 13 las provincias afectadas por las llamas, de las cuales 11 registran focos activos. Según detalló el Servicio Nacional del Manejo del Fuego (SNMF), las provincias donde se mantienen focos activos son Santa Fe, Entre Ríos, Córdoba, San Luis, Jujuy, Tucumán, Salta, Catamarca, Corrientes, Misiones y Chaco.
En este último distrito del norte del país se produjo una situación atípica pero que, a raíz del avance del fuego, se está dando con mayor frecuencia a lo largo y a lo ancho del territorio: animales que escapan de su hábitat natural para refugiarse en la ciudad.
Este viernes por la mañana, el protagonista fue un aguará guazú que apareció en las inmediaciones del Shopping Sarmiento y sorprendió a todos los presentes. Se trata de una especie amenazada, a la que incluso en algunos países, como Uruguay, se la creyó extinguida por mucho tiempo. En los últimos años se han hecho esfuerzos por protegerla, pero sigue siendo un animal en riesgo. El aguará guazú (del guaraní, zorro grande) es uno de los cánidos más peculiares por su aspecto de lobo, su altura, su pelaje anaranjado y sus patas negras. Habita la zona de pastizales chaqueños, pero su distribución geográfica es más amplia: desde el río Paranaíba (nordeste de Brasil) abarca toda la cuenca del Paraná, pasando por la Mesopotamia argentina, el chaco paraguayo y el chaco boliviano.
La aparición del animal en la capital chaqueña fue registrada por el youtuber Damian Kuc, quien lo reportó en su cuenta de Twitter y rápidamente el hecho se viralizó. En las imágenes se ve al aguará guazú completamente desorientado en busca de un lugar donde resguardarse.
Alertado por la situación, el personal de seguridad del centro comercial dio aviso a las autoridades y horas después se hizo presente en el lugar un equipo de la Brigada Operativa Ambiental (BOA), quien comprobó que estaba deshidratado y con las patas quemadas.
Tras recibir los primeros auxilios, el animal fue sedado y trasladado hasta la Clínica Veterinaria Integral de Resistencia donde se encuentra fuera de peligro. “El aguará guazú está estable, bajo sedación, con vía permeable. Se extrajo sangre y orina para análisis, se le hizo una ecografía”, precisó el veterinario Javier Aranda en su cuenta de Twitter al dar a conocer el parte médico.
“Tenía unas lesiones menores de hace un par de días en los miembros, fueron limpiadas y se lo medicó”, detalló el profesional. “No tiene ningún tipo de fractura. Se encontraba deshidratado y con un poco de temperatura fruto de la exposición al sol y al calor”, informó.
Por otro lado, el veterinario expresó su emoción por haber tenido la posibilidad de atender al animal: “Personalmente como profesional hoy toqué el cielo con las manos y me sentí uno de los pocos privilegiados al tomar contacto con este monumento natural”.
Desde la Secretaría de Desarrollo Territorial y Ambiente de la Provincia de Chaco informaron que cuando esté recuperado clínicamente, el aguará guazú será enviado al Centro Ecológico Municipal de Sáenz Peña para el proceso de reinserción a su hábitat natural.
Como se señaló, el nombre aguará guazú viene del guaraní y significa zorro grande. Es un cánido autóctono de las regiones de espesuras y pastizales del Chaco boreal paraguayo, Chaco argentino y la llanura beniana de Bolivia; así como en la cuenca de los ríos Paraguay y Paraná.
Es el mayor de los cánidos de América del Sur. Es inofensivo para el humano y el ganado. Sin embargo, la ocupación de su hábitat y la caza lo han reducido a zonas aisladas. Por muchos años fue considerado extinto en Uruguay pero en el 2007 se dio un registro en el Departamento de Cerro Largo cerca de la frontera con Brasil.
El aguará guazú es corpulento en comparación con otros cánidos silvestres, una impresión reforzada por la densidad de su pelaje y la distintiva melena de crines alrededor del cuello. Alcanza los 107 cm de altura a la cruz, y puede llegar a los 125 cm de longitud, a los que hay que sumar unos 45 cm de cola. Puede pesar hasta 34 kilos. La estructura del cuerpo se asemeja a la de un zorro, aunque las patas largas le dan un aire desgarbado muy peculiar.
El pelaje es largo y tupido, de color anaranjado rojizo, más largo en la región del cuello, con el vientre más claro. Presenta marcas negras en el hocico, las extremidades y a lo largo de la espina dorsal, así como otras blancas en la garganta, el interior de las orejas y ocasionalmente en el extremo de la cola.
La cabeza es alargada y pequeña en relación al tamaño del cuerpo, y la melena eréctil le permite parecer más grande para amenazar a sus congéneres.
“Un zorro con apariencia de lobo”
El aguará guazú es protagonista de uno de Los cuentos de la selva, de Horacio Quiroga. El escritor vivió mucho tiempo en Misiones. Las especies de la selva misionera fueron inspiración de muchas de sus historias. En “Los cachorros de aguará guazú”, cuenta su fallido intento de criar a tres cachorritos de esa especie y aprovecha para decirles a los niños que no se debe sacar a un animal salvaje de su hábitat natural.
Quiroga nos dejó una bonita descripción de esta especie autóctona y tan peculiar que por mucho tiempo fue motivo de intriga: ¿perro salvaje", ¿zorro? ¿lobo?... Un zorro con apariencia de lobo, dice él: “El aguará-guazú es, en efecto, un zorro altísimo y flaco que tiene toda la apariencia del lobo. No hay en toda la selva sudamericana un animal más arisco, huraño y ligero para correr. Tiene la particularidad de caminar moviendo al mismo tiempo las patas del mismo lado, como lo hace también la jirafa. Es decir, todo lo contrario del perro, el caballo y la gran mayoría de los animales, que caminan avanzando al mismo tiempo las patas alternativas y cruzadas”.
Los incendios forestales no dan tregua y ya son 13 las provincias afectadas por las llamas, de las cuales 11 registran focos activos. Según detalló el Servicio Nacional del Manejo del Fuego (SNMF), las provincias donde se mantienen focos activos son Santa Fe, Entre Ríos, Córdoba, San Luis, Jujuy, Tucumán, Salta, Catamarca, Corrientes, Misiones y Chaco.
En este último distrito del norte del país se produjo una situación atípica pero que, a raíz del avance del fuego, se está dando con mayor frecuencia a lo largo y a lo ancho del territorio: animales que escapan de su hábitat natural para refugiarse en la ciudad.
Este viernes por la mañana, el protagonista fue un aguará guazú que apareció en las inmediaciones del Shopping Sarmiento y sorprendió a todos los presentes. Se trata de una especie amenazada, a la que incluso en algunos países, como Uruguay, se la creyó extinguida por mucho tiempo. En los últimos años se han hecho esfuerzos por protegerla, pero sigue siendo un animal en riesgo. El aguará guazú (del guaraní, zorro grande) es uno de los cánidos más peculiares por su aspecto de lobo, su altura, su pelaje anaranjado y sus patas negras. Habita la zona de pastizales chaqueños, pero su distribución geográfica es más amplia: desde el río Paranaíba (nordeste de Brasil) abarca toda la cuenca del Paraná, pasando por la Mesopotamia argentina, el chaco paraguayo y el chaco boliviano.
La aparición del animal en la capital chaqueña fue registrada por el youtuber Damian Kuc, quien lo reportó en su cuenta de Twitter y rápidamente el hecho se viralizó. En las imágenes se ve al aguará guazú completamente desorientado en busca de un lugar donde resguardarse.
Alertado por la situación, el personal de seguridad del centro comercial dio aviso a las autoridades y horas después se hizo presente en el lugar un equipo de la Brigada Operativa Ambiental (BOA), quien comprobó que estaba deshidratado y con las patas quemadas.
Tras recibir los primeros auxilios, el animal fue sedado y trasladado hasta la Clínica Veterinaria Integral de Resistencia donde se encuentra fuera de peligro. “El aguará guazú está estable, bajo sedación, con vía permeable. Se extrajo sangre y orina para análisis, se le hizo una ecografía”, precisó el veterinario Javier Aranda en su cuenta de Twitter al dar a conocer el parte médico.
“Tenía unas lesiones menores de hace un par de días en los miembros, fueron limpiadas y se lo medicó”, detalló el profesional. “No tiene ningún tipo de fractura. Se encontraba deshidratado y con un poco de temperatura fruto de la exposición al sol y al calor”, informó.
Por otro lado, el veterinario expresó su emoción por haber tenido la posibilidad de atender al animal: “Personalmente como profesional hoy toqué el cielo con las manos y me sentí uno de los pocos privilegiados al tomar contacto con este monumento natural”.
Desde la Secretaría de Desarrollo Territorial y Ambiente de la Provincia de Chaco informaron que cuando esté recuperado clínicamente, el aguará guazú será enviado al Centro Ecológico Municipal de Sáenz Peña para el proceso de reinserción a su hábitat natural.
Como se señaló, el nombre aguará guazú viene del guaraní y significa zorro grande. Es un cánido autóctono de las regiones de espesuras y pastizales del Chaco boreal paraguayo, Chaco argentino y la llanura beniana de Bolivia; así como en la cuenca de los ríos Paraguay y Paraná.
Es el mayor de los cánidos de América del Sur. Es inofensivo para el humano y el ganado. Sin embargo, la ocupación de su hábitat y la caza lo han reducido a zonas aisladas. Por muchos años fue considerado extinto en Uruguay pero en el 2007 se dio un registro en el Departamento de Cerro Largo cerca de la frontera con Brasil.
El aguará guazú es corpulento en comparación con otros cánidos silvestres, una impresión reforzada por la densidad de su pelaje y la distintiva melena de crines alrededor del cuello. Alcanza los 107 cm de altura a la cruz, y puede llegar a los 125 cm de longitud, a los que hay que sumar unos 45 cm de cola. Puede pesar hasta 34 kilos. La estructura del cuerpo se asemeja a la de un zorro, aunque las patas largas le dan un aire desgarbado muy peculiar.
El pelaje es largo y tupido, de color anaranjado rojizo, más largo en la región del cuello, con el vientre más claro. Presenta marcas negras en el hocico, las extremidades y a lo largo de la espina dorsal, así como otras blancas en la garganta, el interior de las orejas y ocasionalmente en el extremo de la cola.
La cabeza es alargada y pequeña en relación al tamaño del cuerpo, y la melena eréctil le permite parecer más grande para amenazar a sus congéneres.
“Un zorro con apariencia de lobo”
El aguará guazú es protagonista de uno de Los cuentos de la selva, de Horacio Quiroga. El escritor vivió mucho tiempo en Misiones. Las especies de la selva misionera fueron inspiración de muchas de sus historias. En “Los cachorros de aguará guazú”, cuenta su fallido intento de criar a tres cachorritos de esa especie y aprovecha para decirles a los niños que no se debe sacar a un animal salvaje de su hábitat natural.
Quiroga nos dejó una bonita descripción de esta especie autóctona y tan peculiar que por mucho tiempo fue motivo de intriga: ¿perro salvaje", ¿zorro? ¿lobo?... Un zorro con apariencia de lobo, dice él: “El aguará-guazú es, en efecto, un zorro altísimo y flaco que tiene toda la apariencia del lobo. No hay en toda la selva sudamericana un animal más arisco, huraño y ligero para correr. Tiene la particularidad de caminar moviendo al mismo tiempo las patas del mismo lado, como lo hace también la jirafa. Es decir, todo lo contrario del perro, el caballo y la gran mayoría de los animales, que caminan avanzando al mismo tiempo las patas alternativas y cruzadas”.
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