Cerraron la confitería Richmond
Los empleados se enteraron ayer al llegar al lugar y encontrar el candado en la puerta. Por su parte el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires sostiene que no se puede obligar con una ley a mantener el rubro.
A pesar de haber declarado a la Confitería Richmond como patrimonio histórico, el emblemático lugar cerró sus puertas.
El domingo a la madrugada los dueños sacaron todo lo que había adentro, y no avisó a los empleados de la confitería que el lunes a la mañana asistieron a su trabajo y se encontraron con que había un candado en al puerta y las ventanas estaban pintadas.
"Llegamos y nos sorprendimos cuando vimos que habían cambiado la cerradura y puesto un candado. No sabemos adónde se llevaron las cosas", relató un empleado que prefirió no dar el nombre.
El cierre se llevó a cabo justo cuando todavía se estaba discutiendo sobre las distintas maneras de salvar a la Richmond . Y volvió a sorprender a los legisladores y proteccionistas. "Ahora estamos tratando de impulsar un amparo para salvarla", explicó Mónica Capano, secretaria de la Comisión para la Preservación del Patrimonio.
"El principal desafío acá es ver cómo construir un uso sustentable vinculado al patrimonio, para lo cual hay que demostrar que el patrimonio puede ser un buen negocio", reflexionó el ministro de Cultura porteño, Hernán Lombardi.