Ceremonia secreta: genocidas de Pinochet con identidad suiza en un country de zona norte
No sólo es refugio de narcos, por ahí están viviendo con doble identidad los genocidas de la terrible DINA de Pinochet. Y quizás también los asesinos de Pablo Neruda.
El hombre falleció poco después, así que ya liberados de la promesa salimos a buscar una información que sería imposible constatar sin auxilio de la Justicia.
Pero acaba de suceder un hecho que nos alienta la esperanza de identificar a esos criminales. Cristina y Bachelet firmaron un acuerdo de colaboración entre Argentina y Chile a fin de intercambiar información sobre violaciones a los derechos humanos ocurridos en la triste noche de ambos países.
¿De qué se trata esta revelación que hoy damos en exclusiva? En ese country famoso, uno de los pioneros en la zona norte, habitan personajes con acento chileno -indisimulable-, pero con identidad suiza.
Según lo que nos contaron aquella vez, son ex integrantes de la brutal represión que soportó la hermana república chilena después del golpe de Pinochet en 1973.
Antes de abandonar el poder, Pinochet logró que algunos de sus generales más comprometidos en torturas, muertes y en la dirección de los campos de concentración, obtuvieran nacionalidad suiza (no sabemos si con sus nombres reales u otras identidades) y se radicaran en otros países.
Algunos de ellos vinieron a la Argentina y se radicaron en ese country (nos reservamos el nombre del lugar para brindárselo a la Justicia argentina si nos lo solicita).
El relato que nos hizo este militar argentino era casi como esos films de los nazis en el exilio rindiéndole homenajes a Hitler.
Aquí pasaba lo mismo. Los genocidas chilenos con otra nacionalidad se reunían periódicamente en las casas de algunos de sus miembros, subían una foto de Pinochet y una bandera chilena y lo homenajeaban como si hubiera sido un héroe de guerra. Ese acto fue descubierto por un guardia de seguridad del lugar, de quien no supimos su identidad.
Al parecer habría pasado por una de esas viviendas y al escuchar sonidos y música en alto volumen se asomó para ver si ocurría algo anormal y pudo apreciar a través de una ventana el homenaje que le hacían al general que tumbó el gobierno de Salvador Allende.
Después de muerto nuestro confidente, intentamos averiguar si en el listado de propietarios o inquilinos del country figuraban personas de nacionalidad suiza.
Pero obvio que esa información no la obtuvimos ni acreditando nuestra condición de periodista. Es confidencial para cualquiera, menos para la Justicia si instrumentando este pacto de colaboración entre Argentina y Chile algún juez lo solicita y se lo tienen que proveer.
Cuando nos dieron esta información confidencial, se nos dijo que tal vez entre esos genocidas chilenos estuvieran los ideólogos del crimen de Pablo Neruda.
Nos preguntás, ¿pero si Neruda, dice la historia oficial, murió de cáncer de próstata?
Eso dice la historia oficial que relató el gobierno de Pinochet. Sin embargo su entonces custodia, chofer y asistente personal Manuel Ayala Osorio hace pocos años contó un episodio del que él fue víctima (tiene balazos en la pierna y un hermano desaparecido pues lo confundieron con él),
Estando internado en la clínica Santa María, Neruda recibió una inyección en el estómago qué según la mujer del poeta, Matilde Urrutia, le provocó fuertísimos dolores y falleció horas después.
Manuel Ayala Osorio está convencido que el gran Neruda fue víctima de una inyección letal, aunque oficialmente se dijo que su muerte fue debido a un cáncer de próstata poco antes que Don Pablo viaja a México. O sean su estado no era de tal gravedad para apresurar la muerte, sino que fue lisa y llanamente asesinado.
¿El secreto de los criminales que ordenaron la muerte de Don Pablo está en ese country argentino donde los genocidas con identidad suiza le rinden homenaje a Pinochet en esas ceremonias secretas?
Nuestro confidente nos dijo que se creía que con esa doble nacionalidad no podían ser deportados a Chile si se descubría quienes son en verdad.
La Justicia local y chilena tiene formas de investigar la identidad de tales genocidas y deportarlos si se descubre fehacientemente de quién se trata.
La memoria de los muertos a manos de Pinochet se merece este reconocimiento, y sobre todo el gran poeta chileno a quien Atahualpa Yupanki lo recordaba con un: "Pablo nuestro que estás en el bronce".