Cepo recargado: el macrismo se va kirchnerizado
Por Juani Fernández. Un agresivo torniquete a las libertades financieras de la ciudadanía.
Luego del revés electoral del fin de semana pasado, el BCRA, en una reunión extraordinaria que tuvo lugar del domingo por la noche entre las cabezas de dicha institución, decidió endurecer el cepo cambiario. Sobremanera.
Concretamente, el límite de compra mensual de dólares para personas humanas pasó de USD 10.000 a un máximo de USD 200. Un agresivo torniquete a las libertades financieras de la ciudadanía.
De hecho, tal es así, que el mismo resulta mucho más agresivo incluso que aquel cepo implantado por CFK luego de las presidenciales para su 2do mandato.
El obvio motivo de todo esto ha sido la sangría de reservas y depósitos del sistema financiero.
Tal fue la salida de dólares del sistema financiero local, que el macrismo no vio otra opción que imponer este cepo para navegar la sinuosa transición hasta diciembre, con todo lo que implica a nivel político y discursivo.
Recordemos que, en 2015, la desactivación del cepo fue uno de los slogans de campaña, y, por los cuáles, más se le pegó al kirchnerismo.
Bueno, el macrismo se va con un cepo más agresivo que el de 2015.
Irónico.
Volviendo a los números. Hay algunas cifras que dan cuenta de la gravedad del asunto:
En menos de 3 meses (agosto ’19 a hoy), los depósitos en caja de ahorro en dólares del sector privado cayeron más de 40%.
También para el mismo período (agosto ’19 a hoy) las reservas cayeron más casi USD 25.000 millones. Eso esquivale a casi 45% del total del préstamo “stand-by” con el FMI ¡En tan solo en 3 meses se fue esa cifra!
Todo eso revela la insostenibilidad del esquema cambiario y financiero que tuvo lugar hasta las elecciones, y por ello es que el Banco Central, y el ejecutivo han decidido ir por esa vía.
Resulta obvio que también ha sido una medida “gesto” por parte de Macri, ante el reclamo fervoroso del PJ, que le ha pedido explícitamente a Macri que no entregue un BCRA “vaciado”.
¿Qué sigue?
Bueno, en economía, como todos sabemos, este tipo de políticas se comportan como sábanas cortas. Lo que te dan por un lado, te lo quitan de otro.
Queda claro que, con este cepo recargado, la salida de dólares de acá a diciembre tenga un límite manejable. Pero esto es solo un parche con una fecha de caducidad muy próxima.
Este endurecimiento también implicará un ensanchamiento feroz de la brecha cambiaria entre el tipo de cambio oficial y el paralelo. Durante la jornada del lunes, la inmediata al resultado electoral, el mercado ha estado tranquilo, pero en gran medida por la convulsión de la semana anterior.
A medida que pasen las semanas, la brecha cambiaria tenderá a ir en aumento, por lo que no descarto tengamos una distancia del 100% entre ambas cotizaciones. O sea, todo indica que el dólar blue superaría muy cómodamente los ARS 100 por dólar en los próximos meses. Tal vez semanas.
Y, de mantenerse este esquema para 2020...bueno, la brecha podría llegar a niveles muy superiores a los de CFK II (2011-2015).
Otro asunto a tener en cuenta es que, llegado ese momento, donde la brecha se ensanche, el pasaje a precios de la devaluación del mercado paralelo será inevitable.
Por otra parte, este tipo de esquemas que limitan cantidades para mantener precios controlados, generalmente distorsionan fuertemente el accionar de los agentes, en este caso, los ciudadanos. Sobre todo, para el caso particular argentino, los exportadores.
Los mismos, dado este perverso esquema cambiario, tienen infinitos incentivos a subdeclarar exportaciones, sobredeclarar importaciones, y, además, liquidar las mismas lo más tarde posible.
Es que el blue marca el pulso de las expectativas de devaluación, y, sabiendo que el tipo de cambio futuro será más alto -bastante más- se reducen los incentivos a liquidar a un dólar bajo hoy.
Lógica pura.
No los podemos tildar de “malos”. No seamos zonzos. Es un mecanismo defensivo, el mismo que utilizamos cuando vamos a la góndola y buscamos el precio más bajo.
No se puede tapar el sol con la mano. Tampoco con un cepo cambiario recargado.
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