Catamarca: mató a su suegro, organizó un asado con sus amigos y se fue al velorio
Las cámaras de seguridad de la zona delataron a Ezequiel Condori, quien era pareja de la hija del fallecido. El giro en la causa.
El caso de Raymundo Barrionuevo, el jubilado de 84 años que fue apuñalado en su casa de Catamarca durante un robo y falleció, tuvo un giro inesperado: no fue un asesinato anónimo, sino que fue su propio yerno quien lo mató.
Los investigadores tienen a Ezequiel “Peque” Condori, de 33 años, como el único acusado por el caso que tuvo varios detenidos. En las últimas horas, la policía de Catamarca detuvo al hombre luego de un allanamiento en su casa. Lo marcaban como el sujeto que estuvo en el lugar de los hechos. En el allanamiento encontraron ropa con manchas de sangre, un celular y lesiones en su cuerpo compatibles con la defensa que ejerció el fallecido.
La muerte y la violencia del caso causó gran conmoción en la provincia. Al principio la policía detuvo a casi una docena de sospechosos buscando perfiles similares a los descritos por los testigos, pero no daban con el indicado. El rastrillaje en la casa de Raymundo Barrionuevo, ayudó a encontrar más de 40 rastros, pero nada certero sobre el asesino.
Según dijo José Barrionuevo, hijo de la víctima y abogado, cuando miraron detalladamente las cámaras de seguridad del barrio vieron una figura y una manera de caminar muy parecida a la que tenía su cuñado.
"Mi padre no le abría la puerta a cualquiera que fuera a su casa. Empezamos a ver la forma de caminar, de mover el brazo, la estatura, la contextura física y empezamos a sospechar de Condori", dijo el hombre, quien encontró a su papá tirado sobre un charco de sangre.
Lo mató y se fue a comer un asado
Ezequiel Condori, quien era novio de Graciela, hija del asesinado, se negó a declarar. Pero en las últimas horas se conocieron más detalles sobre el fin de semana en el que sucedió el crimen.
Según reconstruyó la policía, el hombre salió de la casa y fue a Balonsa, una localidad ubicada a casi 90 kilómetros del lugar del asesinato. En ese lugar le pagó un asado a sus amigos y compró bebida alcohólica y, con ese dinero, también aprovechó a pagar algunas deudas que tenía.
Pero lo más escalofriante es que luego de estar de fiesta, volvió a la capital y fue al velatorio de Barrionuevo. Según los testigos, no se acercó al cajón, lo evitó toda la hora. Además, que su actitud hizo sospechar a toda la familia porque no saludó a nadie y estaba nervioso.
Ezequiel Condori está imputado por el delito de “homicidio doblemente calificado por ensañamiento y criminis causae”, y podría recibir una pena de prisión perpetua si es culpable. El caso está en manos de la Fiscalía de Instrucción N.º 7, del fiscal en feria Alejandro Gober.
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