Caso Taddei: Vásquez la quemó por el estrés generado tras Cromañón
El Tribunal dio a conocer los fundamentos de la sentencia a 18 años de prisión contra el ex baterista de Callejeros y sostuvieron que el acusado actuó bajo "emoción violenta" causada por el trauma sufrido desde la tragedia del boliche.
Los jueces que condenaron a 18 años de prisión al ex baterista de Callejeros Eduardo Vásquez por quemar y matar a su esposa, Wanda Taddei, consideraron que actuó bajo un estado de "emoción violenta" porque sufría "estrés postraumático" debido a que había estado en la tragedia del boliche Cromañón.
Según los fundamentos del fallo dado a conocer ayer por el Tribunal Oral en lo Criminal 20 (TOC20), Vásquez "no era violento" sino "impulsivo", ese día fue acumulando "ira" y por el incendio de Cromañón tenía "miedo a la oscuridad", estado en el que Wanda lo dejó cuando discutían antes de que fuera quemada.
En un fallo de 222 carillas, los jueces Pablo Laufer, Luis Niño y Patricio Mallo analizaron los hechos ocurridos el 10 de febrero de 2010 por la madrugada, cuando Wanda fue quemada en el 60 por ciento de su cuerpo luego de que Vásquez le arrojara alcohol y la prendiera fuego con un encendedor, según dieron por acreditado.
Sin embargo, para atenuarle la pena, tuvieron en cuenta varios hechos acaecidos más temprano, cuando el baterista fue a ensayar con su banda y Wanda, aparentemente enojada por la situación, le efectuó 27 llamados al celular a lo largo de cuatro horas y le dejó 10 mensajes.
Los jueces consideraron que cuando él volvió a su casa, pese al consejo de unos amigos de no hacerlo por el enojo de Wanda, "hubo discusión, hubo pelea y después, hubo oscuridad".
"Una oscuridad vívidamente rememorada por Vásquez durante la inspección domiciliaria e incorporada a su relato ante esta sede como el hecho inmediatamente anterior al tramo en que ingresó en la escena la botella conteniendo alcohol", remarcó el fallo.
Para el TOC 20, esa oscuridad estaba "ligada a las vivencias postraumáticas del encausado y puesta de manifiesto como rasgo patológico por los tres profesionales de la salud que lo trataron".
Los jueces recordaron que Vásquez declaró: "Me quedé congelado, quieto" y situaron ese momento como el previo al que él se lanzó "al intento de salvación de la persona con la que se había casado pocos meses antes, con quien no sólo proyectaba, sino que había comenzado a concretar planes de ampliación de su hábitat para mejorar la convivencia y respeto".
"A partir de la sumatoria de datos que hemos podido reunir, pues, se fue gestando una ira que creció a cada paso del incidente y remató súbitamente, por una causa impuesta al sujeto, en el miedo, en el pánico", consideraron.
Para graduar la sanción a imponer, también se tuvieron en cuenta "sus hábitos laborales, la pérdida de ambos progenitores (su madre en Cromañón), su prolongado compromiso con las drogas y su esfuerzo para superarlo, la impresión general recogida y lo que surge del informe socio-ambiental".
También se valoró "la asistencia proporcionada a Wanda Taddei tanto en el sofocamiento del foco ígneo, como así también en el traslado de la misma al centro nosocomial".
Los jueces recordaron que Vásquez reclamó en el juicio que nunca se había tenido en cuenta su estado de shock postraumático, pero dijeron que en el debate "declararon diversos profesionales que confirmaron la existencia de esa anomalía psíquica reactiva" y detallaron el "carácter impulsivo pero no violento del acusado".
Mencionaron que uno de sus psiquiatras explicó que sufría ese mal tras el incendio en Cromañón, donde murieron 193 personas tras un recital en el que tocaba su banda y en el que incluso falleció su madre.
En cambio, la psicóloga que atendía a Taddei dijo que "era de gritar mucho, cuando en una entrevista no estaba de acuerdo con algo", que "se jactaba de decir lo que fuera en la cara de cualquiera" y que "podía irritarse fácilmente, se alteraba, no tenía tolerancia para negociar en una relación".
"Aunque lejos estemos de recaer en un indebido enjuiciamiento de la víctima del hecho, es incontrastable que, del análisis conjugado de los testimonios, emerge Eduardo Vásquez como un sujeto aquejado de un importante `stress" postraumático`, con algunos rasgos fóbicos, como el miedo a la oscuridad y el de experimentar pérdidas, impulsivo pero no violento, en tanto que, de la mano de la propia psicóloga encargada de tratar a la fallecida Taddei emerge una personalidad conflictiva, intolerante y fácilmente irritable", expresaron los jueces.
De hecho, dieron por acreditados los dichos de Vásquez acerca de que durante la discusión previa a quemarla ella lo golpeó, le tiró el celular a la pileta, que cuando él le dijo que iba a dejarla ella corrió a buscar las llaves de la casa y del auto y finalmente cortó la luz, antes de aparecer con la botella de alcohol y ambos zamarrearan.
Lo que aclararon fue que ahí Vásquez controló la situación y logró que la mayor parte del líquido inflamable cayera sobre el cuerpo de su esposa y la prendió fuego con el encendedor.
Según los fundamentos del fallo dado a conocer ayer por el Tribunal Oral en lo Criminal 20 (TOC20), Vásquez "no era violento" sino "impulsivo", ese día fue acumulando "ira" y por el incendio de Cromañón tenía "miedo a la oscuridad", estado en el que Wanda lo dejó cuando discutían antes de que fuera quemada.
En un fallo de 222 carillas, los jueces Pablo Laufer, Luis Niño y Patricio Mallo analizaron los hechos ocurridos el 10 de febrero de 2010 por la madrugada, cuando Wanda fue quemada en el 60 por ciento de su cuerpo luego de que Vásquez le arrojara alcohol y la prendiera fuego con un encendedor, según dieron por acreditado.
Sin embargo, para atenuarle la pena, tuvieron en cuenta varios hechos acaecidos más temprano, cuando el baterista fue a ensayar con su banda y Wanda, aparentemente enojada por la situación, le efectuó 27 llamados al celular a lo largo de cuatro horas y le dejó 10 mensajes.
Los jueces consideraron que cuando él volvió a su casa, pese al consejo de unos amigos de no hacerlo por el enojo de Wanda, "hubo discusión, hubo pelea y después, hubo oscuridad".
"Una oscuridad vívidamente rememorada por Vásquez durante la inspección domiciliaria e incorporada a su relato ante esta sede como el hecho inmediatamente anterior al tramo en que ingresó en la escena la botella conteniendo alcohol", remarcó el fallo.
Para el TOC 20, esa oscuridad estaba "ligada a las vivencias postraumáticas del encausado y puesta de manifiesto como rasgo patológico por los tres profesionales de la salud que lo trataron".
Los jueces recordaron que Vásquez declaró: "Me quedé congelado, quieto" y situaron ese momento como el previo al que él se lanzó "al intento de salvación de la persona con la que se había casado pocos meses antes, con quien no sólo proyectaba, sino que había comenzado a concretar planes de ampliación de su hábitat para mejorar la convivencia y respeto".
"A partir de la sumatoria de datos que hemos podido reunir, pues, se fue gestando una ira que creció a cada paso del incidente y remató súbitamente, por una causa impuesta al sujeto, en el miedo, en el pánico", consideraron.
Para graduar la sanción a imponer, también se tuvieron en cuenta "sus hábitos laborales, la pérdida de ambos progenitores (su madre en Cromañón), su prolongado compromiso con las drogas y su esfuerzo para superarlo, la impresión general recogida y lo que surge del informe socio-ambiental".
También se valoró "la asistencia proporcionada a Wanda Taddei tanto en el sofocamiento del foco ígneo, como así también en el traslado de la misma al centro nosocomial".
Los jueces recordaron que Vásquez reclamó en el juicio que nunca se había tenido en cuenta su estado de shock postraumático, pero dijeron que en el debate "declararon diversos profesionales que confirmaron la existencia de esa anomalía psíquica reactiva" y detallaron el "carácter impulsivo pero no violento del acusado".
Mencionaron que uno de sus psiquiatras explicó que sufría ese mal tras el incendio en Cromañón, donde murieron 193 personas tras un recital en el que tocaba su banda y en el que incluso falleció su madre.
En cambio, la psicóloga que atendía a Taddei dijo que "era de gritar mucho, cuando en una entrevista no estaba de acuerdo con algo", que "se jactaba de decir lo que fuera en la cara de cualquiera" y que "podía irritarse fácilmente, se alteraba, no tenía tolerancia para negociar en una relación".
"Aunque lejos estemos de recaer en un indebido enjuiciamiento de la víctima del hecho, es incontrastable que, del análisis conjugado de los testimonios, emerge Eduardo Vásquez como un sujeto aquejado de un importante `stress" postraumático`, con algunos rasgos fóbicos, como el miedo a la oscuridad y el de experimentar pérdidas, impulsivo pero no violento, en tanto que, de la mano de la propia psicóloga encargada de tratar a la fallecida Taddei emerge una personalidad conflictiva, intolerante y fácilmente irritable", expresaron los jueces.
De hecho, dieron por acreditados los dichos de Vásquez acerca de que durante la discusión previa a quemarla ella lo golpeó, le tiró el celular a la pileta, que cuando él le dijo que iba a dejarla ella corrió a buscar las llaves de la casa y del auto y finalmente cortó la luz, antes de aparecer con la botella de alcohol y ambos zamarrearan.
Lo que aclararon fue que ahí Vásquez controló la situación y logró que la mayor parte del líquido inflamable cayera sobre el cuerpo de su esposa y la prendió fuego con el encendedor.