Caso Píparo: la alegría... junto al dolor
Tan contradictorio como doloroso fue la muerte de Isidro. Hoy llegó a su fin. Y los acusados fueron condenados. ¿Pero... hay condena que pueda calmar este dolor?
Por Lorena Lalín
llalin@diarioveloz.com
@llalin
Recuerdo como si fuera hoy cuando salió la noticia. Son de esas noticias que pasa el tiempo y uno no logra olvidar. Desde nuestro rol de periodistas, estamos lamentablemente "acostumbrados" a ver crímenes por robos. Pero esto siempre fue distinto.
Recuerdo la noticia de "balearon a una embarazada en una salidera". Y el rezo de todos. Durante días, Isidro peleó por su vida, a la par de Carolina, que también estuvo al borde de la muerte. Una cesárea de urgencia, y un parte médico diario. Hasta que un día, una placa negra de Crónica TV nos quebró la voz a todos. De repente, un mediodía, la noticia sólo decía "Murió Isidro". No había necesidad de explicar quién era. Todos sabíamos. Todos esperábamos el milagro. Todos los que estábamos en el diario en ese momento, nos quedamos mudos ante la pantalla.
Carolina sobrevivió, y nunca pudo siquiera conocer a su hijo. Se fue a vivir al exterior, logró rearmar su vida, y tuvo una hija.
Pero nunca se olvidó de Isidro. A quien defendió como una madre leona en los tribunales desde el inicio del juicio. Estuvo presente siempre que pudo sostenerlo emocionalmente: en el juicio, en la reconstrucción... en el dolor.
Hoy la batalla llegó a su fin. Y lo que pidieron desde la fiscalía y desde su abogado defensor, el Tribunal lo brindó: cadena perpetua para los acusados.
Aunque nadie podrá devolverle a Isidro, hoy Isidro tuvo justicia.