Caso Madeleine McCann: la Policía da por cerrado el caso de la joven que dice ser la nena desaparecida

La historia de Julia Wendell transita sus últimos capítulos. Es que la joven polaca de 21 años que dice tener pruebas de que es Madeleine McCann,  la pequeña que desapareció en Praia da Luz, Portugal, en 2007 enfrenta la oposición de su propia familia y de las autoridades.

Las evidencias han tirado abajo todas y cada una de las dudas sembradas, al punto de que la Policía de Polonia dio por inválido el asunto con un inequívoco "Queda descartada la versión de los hechos".

​Así lo confirmó la web polaca Gazeta haciéndose eco del testimonio del portavoz de la Policía Provincial en Wroclaw, donde reside Julia: "La actuación de los agentes de la Jefatura Provincial de Policía en esta fase contradice la versión presentada por esta mujer".

La joven publicó durante los primeros de febrero varias fotos suyas en las que, según sostenía, compartía varios rasgos físicos con Maddie McCann.

Algo que acompañaba de la ausencia de recuerdos de su infancia con sus padres actuales salvo una reminiscencia a "vacaciones en un lugar cálido donde había playa y edificios blancos o de colores muy claros con apartamentos".

Incluso, Julia no escondió sus intenciones al publicar dicha información bajo un perfil específico de reciente creación y de nombre @iammadeleinemccan (soy Madeleine McCann).

Pero nada de esto ha sido dado por veraz por ninguna de las partes. Ni los padres de Madeleine, ni sus padres ni las autoridades le dieron entidad al asunto.

Tras conocer la versión policial, la propia Julia opinó duramente contra los medios de comunicación locales al asegurar que "mienten" sobre ella y la prueba de ADN.

Estas declaraciones suceden a las de sus padres, quienes publicaron hace pocos días un duro comunicado insinuando la existencia de problemas psicológicos.

"Siempre hemos intentado entender las cosas que le estaban pasando a Julia. Terapias, medicación, psicólogos y psiquiatras. Sus amenazas, sus mentiras y manipulaciones hacia nosotros, sus acciones en internet... Hemos tratado de prevenirlo (...) Se mudó, no quiere tomar su medicación. Se negó a que le trataran en uno de los mejores hospitales psiquiátricos de Polonia", afirmaron.

Julia Wendell no es la primera que dice ser Madeleine McCann

Durante todos estos casi 16 años, la investigación del caso de Madeleine McCann no logró descubrir que pasó esa noche en la ciudad vacacional portuguesa.

¿Cómo es posible que una niña de 3 años desapareciera sin dejar rastro en tan solo unos minutos y con los padres a 50 metros de distancia?

Con el paso del tiempo, y ante una investigación que no ha conseguido dar respuesta a la incógnita, la gente intentó aportar su granito de arena y muchos contactaron a la familia McCann creyendo tener alguna pista.

Pero además, algunas chicas han dado un paso al frente asegurando ser la propia niña desaparecida.

Una de ellas es Harriet Brooks, una estudiante universitaria de Manchester que en 2017 aseguró tener la misma mancha marrón en el iris que Madeleine y el mismo lunar en el muslo derecho que la pequeña.

El caso de Harriet salió a la luz debido a que le contó su preocupación a una amiga, quien lo hizo público a través de Twitter. "Chicos, no suelo creer en las teorías conspirativas, pero honestamente creo que soy Madeleine McCann. Soy Madeleine McCann y no sé qué hacer conmigo misma", posteó Brookes.

Rápidamente la teoría se desarmó debido a que Harriet estaba en la universidad y por aquel entonces Madeleine tendría solamente 14 años. Finalmente, la chica confesó que todo había sido una broma que había llegado muy lejos.

Otra es Maddie, una tiktoker de 21 años que, cuando Madeleine hubiese cumplido 18, empezó a comparar varias fotos suyas de pequeña con las de la niña desaparecida.

A pesar de que pronto admitió que se trataba de un chiste, muchos de sus seguidores le pidieron que se hiciera una prueba de ADN, ya que el parecido de ambas chicas era realmente asombroso.

La primera chica que consiguió cierta relevancia diciendo ser Madeleine fue una joven sueca llamada Embla Jauhorjärvi.

La joven vivía en las calles de Roma, aseguraba ser británica y llamarse María. Muchos medios de comunicación difundieron el caso y las imágenes de Embla, tal y como lo reflejó un artículo de The Sun.

Debido a todo el revuelo y a que los medios empezaban a hacerse eco de la posibilidad de que Madeleine estuviera en la ciudad italiana, el padre de Embla salió a desmentir la noticia diciendo que su hija tenía el síndrome de Asperger y que se había escapado de casa haces meses.

Otro dato que descartaba a la sueca era la edad, ya que esta tenía 21 años en un momento en el que Madeleine debería tener 13.