Caso de Gissella Solís: qué declaró la mujer del amante de la odontóloga desaparecida
También prestó testimonio en la causa un amigo de Abel Casimiro Campos.
El paradero de Gissella Solís Calle, la odontóloga de 47 años que está desaparecida desde hace 13 días sigue siendo un misterio. La justicia está desorientada. Desde el suicidio de su amante, Abel Casimiro Campos, el domingo posterior a la denuncia, todo se hizo cuesta arriba para los investigadores. Por lo pronto se sigue reconstruyendo qué hizo el hombre los días previos a su muerte. Creen que ese es el camino para hallar a Gissella. Infobae accedió a dos declaraciones completas que son vitales para la causa.
El primero de los testimonios es el de Cecilia Carmen Bonazza, la esposa de Campos. La mujer confirmó ante la fiscal que estuvo junto a su marido, en su casa de Lobería, los días posteriores a la desaparición. Del jueves al domingo.
Luego contó que el domingo del suicidio llevó a su marido a City Bell, a la casa de los padres de él. Relató que en el trayecto su esposo le dijo que le dolía el pecho y se sentía mal: "Al llegar a la casa de mis suegros le insisto a mi marido de llevarlo al médico y me dice que no, que me quede tranquila que el lunes iba a ir a la clínica Favaloro. Después de un rato me dijo que me volviera a Lobería porque mis hijos estaban solos. Me pide una lapicera y un papel en el cual me anota las claves de la tarjeta del Banco Provincia y también me dio las tarjetas de Anses e IPS. Le digo que me está asustando y me dice que es solo por si el lunes lo dejan internado".
El dato de las claves bancarias no es menor. Según consta en el expediente el lunes y martes posterior a la muerte de Campos se realizaron movimientos en esa cuenta.
Otra dato llamativo es que Bonazza negó rotundamente saber de la existencia de Gissella. Sin embargo, ante preguntas de la fiscalía, reconoció que su marido tenía amantes: "Desde siempre mi esposo mantenía otras relaciones que yo desconocía. Sí tome conocimiento de dos mujeres. Una se llamaba María Cecilia y la otra Noelia. De Gissella nunca escuché hablar".
Este último punto llama la atención de los investigadores. Según otras declaraciones testimoniales que constan en el expediente hace algunos meses Campos se olvidó el celular en la casa de Gissella y llamó su esposa. Atendió la mujer y tuvieron un breve dialogo. En esa conversación a Bonazza no le resultó extraño escuchar la voz de la odontóloga del otro lado de la línea.
La otra declaración fundamental en la causa es la de Daniel Scali, un hombre de 56 años, que conoce a Campos desde 1981 cuando hicieron juntos el Servicio Militar en el Batallón 7 de La Plata y luego fueron enviados a pelear en Malvinas.
En su testimonio Scali contó que el mismo día de la desaparición se juntó con Campos en su casa de Guernica: "Alrededor de las 11 de la mañana me llamó por teléfono y me preguntó si podía pasar a buscar el dinero de unos lechones que me había vendido. Qué aprovechaba a pasar por que venía de Brandsen de hacer unos trámites. Le dije que no había problema. Llegó alrededor de las dos y media o tres de la tarde. Él estaba de punta en blanco. Muy bien vestido. Me dijo que estaba así porque el martes a la noche había estado de 'tiroteo' con alguien muy especial, que había llegado transpirado a la casa y que se había duchado".
Luego señaló algunos datos que hasta el momento eran desconocidos, como los planes que tenía Campos para el futuro: "Después tomamos unos mates y nos comentó que ese era su último día de trabajo porque ya se jubilaba. Me pidió prestados unos diez mil pesos. Yo se los di. No era la primera vez que me pedía prestado. También me preguntó si yo tenía balas calibre 22 para la carabina, porque con eso mataba los lechones que criaba. Le dije que no. Me consultó si sabía dónde podía comprar. Le dije que no. En ese momento me dice que se tiene que ir porque tenía que hacer los papeles para un crédito".
En este punto de su relato, Scali hace especial hincapié en las constantes negativas que recibió por parte de su amigo de prestarle la camioneta Nissan Terra con la que se movía: "Cuando empezó a caminar para irse le comenté que las ruedas de mi camioneta estaban un poco gastadas, él me dijo que su auxilio estaba perfecto. Entonces le pedí si podíamos cambiar una de mis cubiertas delanteras por su auxilio. Me dijo que después lo veíamos. Insistí en que me mostrara el auxilio. Pero me dijo que no, que tenía unas herramientas y una pala en la camioneta y que tenía que sacar todo y que en ese momento estaba apurado. Le pedí entonces que me haga una gauchada, que me lleve a unas cuadras a comprar unas bolsas de papa así aprovechaba su camioneta. Me dijo que no, que tenía el baúl lleno de cosas e insistió en que estaba apurado. Luego se fue".
Más delante la fiscal Ana Medina le preguntó qué piensa sobre la decisión que tomó Campos en cuanto al suicidio, la respuesta fue contundente: "Realmente pienso que para tomar esa decisión se tuvo que haber mandado una macana grande. Él siempre decía que la vida es única y hay que vivirla. También decía que si algún día tenía que ir preso se hacía boleta porque no aguantaba estar encerrado ni en su casa".
Con estas declaraciones y algunas cámaras de seguridad la fiscal Medina intenta reconstruir lo que pasó fundamentalmente el miércoles 16, que fue el último día que se la vio con vida a la odontóloga. Mientras tanto, la Policía Bonaerense y la DDI continúan realizando rastrillajes todos los días en distintas rutas o arroyos cercanos a La Plata. Hasta el momento dieron todos negativos.
"La situación es complicada porque no hay indicios certeros de nada. Ni siquiera tenemos certezas de que se trate de un homicidio. Los rastrillajes se hacen en base a llamados al 911 donde vecinos dicen que en el día de la desaparición vieron la Nissan amarilla de este hombre por tal zona. A medida que van pasando los días la situación se hace cada vez más difícil", señaló a este medio una fuente de la investigación.
Mientras tanto, la familia de la mujer desaparecida insiste en que la investigación se ocupe del círculo íntimo de Campos. Están convencidos que él es el responsable de la desaparición y de que no actuó sólo. Se lo expresaron esta tarde en una reunión que tuvieron con la fiscal del caso.
Si los tiempos marchan según lo previsto, mañana será un día clave para la investigación. Llegaran a manos de la fiscal los estudios que determinarán si una mancha de sangre humana encontrada en la camioneta de Campos pertenece a Gissella.