Caso Ángeles Rawson: "Ese lunes no me dio un beso porque nunca llegó a la casa", dijo la empleada
Se trata de Dominga Torres, quien se refirió a la relación que mantenía con la joven y con los hermanos.
Dominga Torres, la empleada que trabajaba en la casa de Ángeles Rawson, habló sobre la relación que tenía con la joven y con la familia. Además, dijo que ahora no está trabajando más con ellos, ni en ningún lugar.
"Teníamos una relación linda. Era un amor de niña. Ese beso que me daba cuando se iba y cuando volvía. La abrazaba. Era muy cariñosa conmigo. Pero el lunes ese no llegó", recordó la empleada.
Dominga también rememoró cómo fue el día en que empezó a trabajar en la casa de la familia Rawson-Opatowski. "Los chicos me recibieron tan bien ese día. Se pusieron muy contentos conmigo y me trataron como si fuera de la familia. Estaban los tres chicos. Me llenaban de besitos, me pedían que los abrace y que los mime. Los sentía como mis sobrinos", expresó.
"Teníamos una relación linda. Era un amor de niña. Ese beso que me daba cuando se iba y cuando volvía. La abrazaba. Era muy cariñosa conmigo. Pero el lunes ese no llegó", recordó la empleada.
Dominga también rememoró cómo fue el día en que empezó a trabajar en la casa de la familia Rawson-Opatowski. "Los chicos me recibieron tan bien ese día. Se pusieron muy contentos conmigo y me trataron como si fuera de la familia. Estaban los tres chicos. Me llenaban de besitos, me pedían que los abrace y que los mime. Los sentía como mis sobrinos", expresó.
"Me puse muy mal y sorprendida cuando me enteré de todo lo sucedido cuando. Gracias a Dios estoy saliendo adelante, aunque me cuesta", dijo. Y agregó que los días lunes son angustiantes para ella desde el crimen de Ángeles: "Llegan los lunes y es como que me agarra una tristeza bastante horrible. Los lunes son tristes", expresó.
"Mi único testigo es Jesús. No necesito otro tipo de ayuda", manifestó al ser consultada acerca de algún apoyo psicológico debido al duro momento. "Ojalá que se haga justicia", finalizó.