Caso Ángeles Rawson: ahora, el fax
Cuando la defensa de un acusado está tan complicada, aparece en escena lo que los periodistas llamamos "carne podrida".
Por Mauro Szeta
@mauroszeta
El caso Ángeles, sin dudas, está repleto de "carne podrida". Muchas de estas pistas sembradas tienen un único objetivo: generar dudas acerca de la investigación oficial. Ejemplos sobran.
En lo que va de la causa aparecieron más de treinta pistas truchas. Es más, una testigo terminó imputada por falso testimonio por mentir dando una versión que involucraba en el crimen a la familia de Ángeles, y que colocaba al secretario de seguridad Sergio Berni ofreciendo dinero a los vecinos de Ravignani para que no declararan sobre esta hipotética pista.
El juez Ríos se encargó de chequear la especie, y la terminó descartando en seis horas citando a declarar a todo el edificio. Cuando citó a declarar a la testigo, ésta terminó admitiendo que había mentido, y por eso quedó procesada.
Ahora llegó el turno del fax. La defensa de Mangeri anunció con bombos y platillos que había aparecido un testigo clave en la causa. Después terminaron aclarando que en realidad el testigo no había aparecido. Tuvieron que precisar que se trataba de un fax de un anónimo que habían recibido en el estudio.
Siempre de acuerdo con el contenido de ese fax, cuyo autor aclaró que no lo buscaran porque no iba a declarar, del crimen habían participado la mamá de Ángeles, el padrastro, la mucama Dominga, y hasta el taxista que se hizo famoso en los medios contando una versión no probada de cómo fue el crimen.
El juez, para que no lo acusen de sesgar el camino de la investigación, remitió el fax a la división "Homicidios" para que analicen la veracidad o no del documento. Falta que aparezca una vidente. Es más, ya apareció, y también sembró una pista falsa en la investigación del crimen.
En el juez está la obligación de chequearlo todo. En la defensa debiera estar la obligación de no anunciar como pista clave, lo que puede terminar siendo humo; sólo eso, humo.