Caso Ángeles: la querella pidió que Mangeri vaya a juicio por abuso sexual, homicidio críminis causa y femicidio
La querella pidió que Jorge Mangeri vaya a juicio oral y público por el crimen de Angeles Rawson y lo acusó de los delitos de abuso sexual en grado de tentativa, homicidio críminis causa y femicidio.
En un completo pedido de más de 100 fojas, el abogado querellante Pablo Lanusse, represetante de Franklin Rawson, papá de Angeles sostuvo que para llevar adelante su ataque criminal "el procesado Mangeri no escatimó en desplegar sobre su víctima -una niña a la que conocía desde su temprana edad- su poderío físico (cabe tener presente que Ángeles Rawson medía tan solo 1,65 metros de altura y pesaba 51,2 kgs, mientras que el acusado mide 1,78 metros de altura y pesaba a la fecha de los hechos 108 kilos)".
También Lanusse describió que Mangeri aprovechó "su dominio situacional del edificio de Ravignani 2360, el abuso de su confianza -por aquel conocimiento previo- y la agresión física y sexual".
"La conducta sexual desplegada por el procesado Mangeri contra Ángeles Rawson evidencia un desprecio a su condición de mujer y se inserta en un comportamiento machista, sexista y retrógrado que concibe a ésta última como una "cosa" útil para satisfacer los deseos sexuales del hombre, sin reconocer, respetar ni preservar la dignidad humana de la víctima, su derecho a la autodeterminación, a la integridad y libertad sexual, a desenvolverse en su medio sin agresiones ni afectaciones a sus derechos humanos esenciales", redactó el abogado.
El abogado precisó "la despersonalización y la negación de los derechos y libertades de la niña Ángeles Rawson estuvieron presentes en el procesado Mangeri cuando definió el plano de desigualdad y poderío con que decidió atacarla sexualmente.
También Lanusse describió que Mangeri aprovechó "su dominio situacional del edificio de Ravignani 2360, el abuso de su confianza -por aquel conocimiento previo- y la agresión física y sexual".
"La conducta sexual desplegada por el procesado Mangeri contra Ángeles Rawson evidencia un desprecio a su condición de mujer y se inserta en un comportamiento machista, sexista y retrógrado que concibe a ésta última como una "cosa" útil para satisfacer los deseos sexuales del hombre, sin reconocer, respetar ni preservar la dignidad humana de la víctima, su derecho a la autodeterminación, a la integridad y libertad sexual, a desenvolverse en su medio sin agresiones ni afectaciones a sus derechos humanos esenciales", redactó el abogado.
Según Lanusse, "el procesado Mangeri exhibió una conducta criminal con el sello cultural machista de la prepotencia que se puede reducir a la convicción de "puedo hacer lo que quiera".
"El designio que guió al accionar del procesado Mangeri, desde el inicio de su ataque contra Ángeles Rawson, fue el de someterla por la fuerza a una situación de subordinación por su condición de mujer, para así instrumentalizarla para satisfacer sus deseos e instintos sexuales", agregó.
Según Lanusse, "en ese escenario, el acusado Mangeri se reservó el rol de macho y por ende de dominador. Así representó a la perfección el repudiable y habitual repertorio y libreto de estos personajes siniestros, que recrean una relación de poder por su condición de hombre en perjuicio de la mujer agredida, en donde generó un claro marco de desigualdad entre él y su víctima, la niña Ángeles Rawson".
Tal despersonalización en la víctima, fue lo que generó la consciente, deliberada y voluntaria cosificación de la niña Ángeles Rawson en el quehacer delictivo del procesado Mangeri desde que decidió emprender su conducta criminal en perjuicio de ella".
"Así, se verificó durante el ataque sexual, se renovó en el momento en que decidió quitarle la vida -para ocultar su delito previo y garantizar su impunidad- y se exacerbó en la forma en que decidió despojarse de su cadáver, a través del circuito de recolección de residuos. Es que en la basura arrojamos las cosas que, como desperdicios, no nossirven o molestan. Ángeles Rawson ya no le servía muerta al procesado Mangeri, y su cadáver, le molestaba", detalló.
Según Lanusse "no podrá perderse de vista en ningún momento, que los restos genéticos del procesado Mangeri lo ubican, activa y exclusivamente, en la dinámica misma de la lucha que tuvo Ángeles Rawson -ADN del nombrado debajo de las uñas de los dedos índice, mayor y anular de la mano derecha de la víctima a raíz de la defensa que ella opuso- y en el momento posterior a su muerte -ADN atribuido al acusado en las sogas con que sujetó los tobillos del cadáver de la niña".