Cara a cara con Leonardo Fariña
Fue el primero de mayo en un bar de Palermo, dos horas de charla que no pensábamos publicar aún. Pero siempre hay un... pero, que interrumpe las intenciones iniciales. Enterate de qué se trata. Por Jorge D. Boimvaser
Por Jorge D. Boimvaser
info@boimvaser.com.ar
"Compañero Fariña", le dije de entrada y le extendí la mano para saludarlo a la vieja usanza de quien se muestra desarmado y con buenas intenciones.
"¿Primero me matas y después me decís compañero?, responde el saludo inicial y estrecha la mano con firmeza.
Para no ahondar la desorientación le explicamos: no hay nada personal en nuestras publicaciones, solo hacemos periodismo, no somos blogueros sino un portal de noticias realizado por profesionales. No somos infalibles, podemos equivocarnos –no es habitual errores en este portal, por eso DiarioVeloz.com es uno de los sitios líderes del periodismo digital-, pero la premisa de no tener mala leche con nadie es la piedra fundacional de todo informe.
Si el diablo sabe por diablo pero mas sabe por viejo, el olfato nos dice que estamos siendo filmados por una cámara oculta. No tenemos nada que ocultar, y el juego del gato y el ratón le quita densidad al encuentro y le agrega adrenalina.
Le decimos que hubiéramos preferido que tenga el encuentro inicial con Gastón Sanguinetti, editor de DiarioVeloz.com. Un tercero en discordia puede tener una mirada mas objetiva para darle el derecho a réplica. Pero las llamadas de Gastón a Fariña nunca tuvieron efecto. "No le respondí porque era mi aniversario de casamiento", se disculpa Fariña.
Dejamos los relatos secundarios (si vivió oculto o no en Nordelta, si está mas pobre o aún conserva el dinero que supo ostentar el año pasado), y lo que nos dice es que él nunca se adjudicó ser hijo extramatrimonial de Néstor Kirchner, que ya aclaró haber sido víctima de un intento de extorsión (lo dice Fariña) de una agencia de noticias con sede en su La Plata natal.
Cuando el tenor del encuentro mostró que no había intenciones secundarias en nuestras publicaciones, entramos de lleno a la parte caliente de la charla.
Y la primera impresión. Pronto a cumplir 25 años, Leonardo Fariña conoce mucho de la interna algo feroz de empresarios kirchneristas.
El joven trabajó para Cristóbal López en una empresa patagónica, pero no habla bien de su ex jefe. Le decimos que López fue considerado por Néstor Kirchner como un empresario prolijo, de bajo perfil y que cumplía sus compromisos (una especie de Robo para la Corona con otros códigos no demasiado diferentes del menemismo, pero no iguales).
Fariña no tiene buenos recuerdos del nuevo jefe del multimedio de C5N. No sólo de Cristóbal López conoce estados de situación. Le dispara en la frente al grupo Eskenazi pero sobre todo a Sebastián, hijo del fundador Enrique y vice de la corporación que ahora quedó fuera del negocio de YPF. "Seba es un bobo" dice en un rapto de divismo psicoanalítico.
Suena su celular y atiende con afecto al padre. "Quiero a mi viejo y estoy orgulloso de ser su hijo, ¿cómo decir que mi padre verdadero fue Néstor Kirchner?", sale el tema justo.
La respuesta obligada, "no te falta dinero para hacer una publicación aclaratoria, hasta la Presidenta preguntó por el tema, eso es peligroso, no alcanza con haber hecho la desmentida en un espacio televisivo", le decimos.
No le preguntamos de donde hizo tanto dinero porque es una consulta entre policíaca y digna de la AFIP. Es curioso que cuando la charla deriva en personajes afines al gobierno o dentro de él, Fariña se maneja como pez en el agua. "¿El negro? (por Ricardo Etchegaray, director de la AFIP)... podés preguntarle si tiene alguna causa abierta en mi contra. Invita y desafía: "¿Querés el directo del negro Etchegaray? te lo doy ya", lo dice con un aire de seguridad y soberbia digna de mejor causa.
"Pibe, estás jugando con fuego... estás metido en un acuario de pirañas y vos sos una mojarrita, te lo digo de onda", y nos revolotea en la cabeza una comparación que se la decimos y la rechaza de plano.
Leonardo Jorge Fariña tiene los mismos tics de superioridad –o pedantería-, que ostentaba Sebastián Forza, el joven empresario farmacéutico asesinado junto a sus dos socios y arrojado en un descampado de Moreno.
El periodista (y amigo personal de quien esto escribe) Christian Sanz (quien habló con Forza pocos días antes de crimen) nos contaba la soberbia de Forza aún sabiéndose amenazado por pirañas -diferentes, pero pirañas al fin- a las que frecuenta Fariña. Le molesta la comparación y se inquina aún mas cuando le decimos que poniendo el tema en la opinión pública lo favorecemos más que perjudicarlo.
"Si vos decís que estafé a Lázaro Báez,¿porque no me manda matar si es tan poderoso..?" La sonrisa de quien cree dominar la partida con esa respuesta se diluye pronto. Y le hacemos notar la diferencia entre Fariña y Forza. Mientras el empresario farmacéutico estaba ligado a negocios con el mundo del narcotráfico (donde el código de respuesta es directamente el crimen), los otros espacios del mundo del dinero pueden ser delictivos pero no criminales, quieren recuperarlo cuando pueden pero de ahí a contratar mercenarios hay un camino largo.
Y ahí fue cuando nuestro olfato que estábamos siendo grabados o escuchados por un micrófono oculto se nos hace más perceptible.
La defensa que Fariña hace de Lázaro Baéz raya en el delirio. Quiere un caso concreto, se lo explicamos. No hablamos por boca de terceros.
Construir un kilómetro de autopista al Estado (que contrata a Báez) le cuesta entre tres y cuatro veces mas que el precio de la misma obra en San Luis. No somos adictos al síndrome de santidad con que se cubren los Rodríguez Sáa, pero ellos han demostrado con papeles arriba de la mesa que los mil metros de asfalto que en la Patagonia costaban cinco millones de pesos, en San Luis se hicieron por solo un millón. Datos de la realidad. Pero Fariña es rápido de reflejos: "No olvides que en el Sur se trabaja siete meses al año por causa de las nevadas y el frío, eso encarece el precio", responde al toque.
No nos toma desarmado: "Pero en el Chaco Lázaro Báez facturó lo mismo que en Sur, y en esa provincia que se sepa aún no cayó nieve."
Alguien escuchaba o iba escuchar el diálogo. El esmero de no poner en tela de juicio a Báez es casi una cuestión de vida o muerte. .Tampoco con Baéz tenemos algo personal, solo que es parte de esta historia y por eso su nombre suena insistente en nuestros informes.
No íbamos todavía a escribir detalles de este encuentro, al menos hasta recibir una documentación provista por autoridades impositivas uruguaya. Pero hace pocas horas, una llamada imprevista y un encuentro con un agente de la División Bancos de la Policía Federal nos hizo cambiar de rumbo.
En nuestra próxima entrega te contamos de qué se trata.
info@boimvaser.com.ar
"Compañero Fariña", le dije de entrada y le extendí la mano para saludarlo a la vieja usanza de quien se muestra desarmado y con buenas intenciones.
"¿Primero me matas y después me decís compañero?, responde el saludo inicial y estrecha la mano con firmeza.
Para no ahondar la desorientación le explicamos: no hay nada personal en nuestras publicaciones, solo hacemos periodismo, no somos blogueros sino un portal de noticias realizado por profesionales. No somos infalibles, podemos equivocarnos –no es habitual errores en este portal, por eso DiarioVeloz.com es uno de los sitios líderes del periodismo digital-, pero la premisa de no tener mala leche con nadie es la piedra fundacional de todo informe.
Si el diablo sabe por diablo pero mas sabe por viejo, el olfato nos dice que estamos siendo filmados por una cámara oculta. No tenemos nada que ocultar, y el juego del gato y el ratón le quita densidad al encuentro y le agrega adrenalina.
Le decimos que hubiéramos preferido que tenga el encuentro inicial con Gastón Sanguinetti, editor de DiarioVeloz.com. Un tercero en discordia puede tener una mirada mas objetiva para darle el derecho a réplica. Pero las llamadas de Gastón a Fariña nunca tuvieron efecto. "No le respondí porque era mi aniversario de casamiento", se disculpa Fariña.
Dejamos los relatos secundarios (si vivió oculto o no en Nordelta, si está mas pobre o aún conserva el dinero que supo ostentar el año pasado), y lo que nos dice es que él nunca se adjudicó ser hijo extramatrimonial de Néstor Kirchner, que ya aclaró haber sido víctima de un intento de extorsión (lo dice Fariña) de una agencia de noticias con sede en su La Plata natal.
Cuando el tenor del encuentro mostró que no había intenciones secundarias en nuestras publicaciones, entramos de lleno a la parte caliente de la charla.
Y la primera impresión. Pronto a cumplir 25 años, Leonardo Fariña conoce mucho de la interna algo feroz de empresarios kirchneristas.
El joven trabajó para Cristóbal López en una empresa patagónica, pero no habla bien de su ex jefe. Le decimos que López fue considerado por Néstor Kirchner como un empresario prolijo, de bajo perfil y que cumplía sus compromisos (una especie de Robo para la Corona con otros códigos no demasiado diferentes del menemismo, pero no iguales).
Fariña no tiene buenos recuerdos del nuevo jefe del multimedio de C5N. No sólo de Cristóbal López conoce estados de situación. Le dispara en la frente al grupo Eskenazi pero sobre todo a Sebastián, hijo del fundador Enrique y vice de la corporación que ahora quedó fuera del negocio de YPF. "Seba es un bobo" dice en un rapto de divismo psicoanalítico.
Suena su celular y atiende con afecto al padre. "Quiero a mi viejo y estoy orgulloso de ser su hijo, ¿cómo decir que mi padre verdadero fue Néstor Kirchner?", sale el tema justo.
La respuesta obligada, "no te falta dinero para hacer una publicación aclaratoria, hasta la Presidenta preguntó por el tema, eso es peligroso, no alcanza con haber hecho la desmentida en un espacio televisivo", le decimos.
No le preguntamos de donde hizo tanto dinero porque es una consulta entre policíaca y digna de la AFIP. Es curioso que cuando la charla deriva en personajes afines al gobierno o dentro de él, Fariña se maneja como pez en el agua. "¿El negro? (por Ricardo Etchegaray, director de la AFIP)... podés preguntarle si tiene alguna causa abierta en mi contra. Invita y desafía: "¿Querés el directo del negro Etchegaray? te lo doy ya", lo dice con un aire de seguridad y soberbia digna de mejor causa.
"Pibe, estás jugando con fuego... estás metido en un acuario de pirañas y vos sos una mojarrita, te lo digo de onda", y nos revolotea en la cabeza una comparación que se la decimos y la rechaza de plano.
Leonardo Jorge Fariña tiene los mismos tics de superioridad –o pedantería-, que ostentaba Sebastián Forza, el joven empresario farmacéutico asesinado junto a sus dos socios y arrojado en un descampado de Moreno.
El periodista (y amigo personal de quien esto escribe) Christian Sanz (quien habló con Forza pocos días antes de crimen) nos contaba la soberbia de Forza aún sabiéndose amenazado por pirañas -diferentes, pero pirañas al fin- a las que frecuenta Fariña. Le molesta la comparación y se inquina aún mas cuando le decimos que poniendo el tema en la opinión pública lo favorecemos más que perjudicarlo.
"Si vos decís que estafé a Lázaro Báez,¿porque no me manda matar si es tan poderoso..?" La sonrisa de quien cree dominar la partida con esa respuesta se diluye pronto. Y le hacemos notar la diferencia entre Fariña y Forza. Mientras el empresario farmacéutico estaba ligado a negocios con el mundo del narcotráfico (donde el código de respuesta es directamente el crimen), los otros espacios del mundo del dinero pueden ser delictivos pero no criminales, quieren recuperarlo cuando pueden pero de ahí a contratar mercenarios hay un camino largo.
Y ahí fue cuando nuestro olfato que estábamos siendo grabados o escuchados por un micrófono oculto se nos hace más perceptible.
La defensa que Fariña hace de Lázaro Baéz raya en el delirio. Quiere un caso concreto, se lo explicamos. No hablamos por boca de terceros.
Construir un kilómetro de autopista al Estado (que contrata a Báez) le cuesta entre tres y cuatro veces mas que el precio de la misma obra en San Luis. No somos adictos al síndrome de santidad con que se cubren los Rodríguez Sáa, pero ellos han demostrado con papeles arriba de la mesa que los mil metros de asfalto que en la Patagonia costaban cinco millones de pesos, en San Luis se hicieron por solo un millón. Datos de la realidad. Pero Fariña es rápido de reflejos: "No olvides que en el Sur se trabaja siete meses al año por causa de las nevadas y el frío, eso encarece el precio", responde al toque.
No nos toma desarmado: "Pero en el Chaco Lázaro Báez facturó lo mismo que en Sur, y en esa provincia que se sepa aún no cayó nieve."
Alguien escuchaba o iba escuchar el diálogo. El esmero de no poner en tela de juicio a Báez es casi una cuestión de vida o muerte. .Tampoco con Baéz tenemos algo personal, solo que es parte de esta historia y por eso su nombre suena insistente en nuestros informes.
No íbamos todavía a escribir detalles de este encuentro, al menos hasta recibir una documentación provista por autoridades impositivas uruguaya. Pero hace pocas horas, una llamada imprevista y un encuentro con un agente de la División Bancos de la Policía Federal nos hizo cambiar de rumbo.
En nuestra próxima entrega te contamos de qué se trata.