Candidatos obreros, o la luz mala
* Por Hernán Dearriba. Como si hubieran visto la mismísima luz mala frente a sus ojos, la sola mención a la posibilidad, aunque remota, de que un integrante del movimiento obrero ocupe un lugar en el próximo binomio presidencial del FPV, encendió todas las señales de alerta en el empresariado argentino.
Los mismos que se deshacían en acaramelados elogios para la labor de un ex presidente de origen obrero y marxista, en Brasil claro, entran en pánico si un representante de los trabajadores aspira a compartir la fórmula del oficialismo. El ex presidente de la UIA Héctor Mendez afirmó ayer que prefiere que si Cristina Fernández busca la reelección, su compañero de fórmula sea un político profesional y no un gremialista. Es sorprendente ese caso de doble estándar porque claramente los empresarios no tienen ningún reparo en que un hombre surgido de sus filas, como Mauricio Macri, sea no sólo alcalde porteño sino también precandidato presidencial; u otro, Francisco de Narváez, se postule como aspirante a la gobernación de la principal provincia del país.Una cosa es ser concejal o hasta diputado pero, a quién se le ocurre que un obrero presida el Senado de la Nación, a ver si todavía el Parlamento termina legislando a favor de los trabajadores. Para algunos, eso es claramente inaceptable.