Candela: lo que faltaba, una muerte más
Si algo le faltaba al caso Candela era una muerte más. Y esa muerte llegó. Y todo genera dudas.
Por Mauro Szeta
@mauroszeta
En una explosión en su casa, donde tenía que estar custodiado por policías bonaerenses, murió Roberto Aníbal, el testigo clave del caso Candela.
Con sus dichos, el fiscal Marcelo Tavolaro, había logrado la detención de los acusados del secuestro y asesinato de la nena en Hurlingham.
Aníbal, carnicero de profesión, estaba vinculado a policías bonaerenses como "informante", y además tenía vínculos con gente del hampa. Fue el testigo que incriminó a Gómez, López, Espíndola, Jara y Bermúdez como los sospechosos del crimen.
Al principio, le dieron entidad de testigo con identidad reservada. Le duró poco. Un poco por él, que se encadenó para que la policía le pagara plata prometida por los datos aportados, y otro poco por la desidia en su cuidado, su identidad quedó blanqueada rápidamente.
En la comisión investigadora del caso Candela en el Senado bonaerense, advirtió que si no le pagaban "por sus servicios prestados" iba a dar nombres de policías deshonestos vinculados con el caso Candela.
De arranque contó que lo habían inducido a declarar contra los integrantes de la banda, y que lo que había dicho no era verdad. El 9 de abril le tirotearon la casa. Le dispararon cuando estaba con custodia policial por su condición de testigo especial. Lo criticable es que tenía custodia de policías bonaerenses, cuando amenazaba con denunciar a policías de esa fuerza. Con esa custodia, el testigo terminó muerto igual. Por ahora, se habla de un accidente doméstico a raíz de un escape de gas.
El senador Jorge Donofrio de la comisión Candela ya planteó sus objeciones a los peritajes que hicieron los bomberos de la Bonaerense, y con criterio dijo que, "sería conveniente que los estudios los haga la Gendarmería Nacional". Sea por una explosión, o por un ataque deliberado, el testigo terminó muerto, lo que torna el caso más oscuro aún.
En la causa principal, siguen presos Jara y Bermúdez como presuntos autores materiales del secuestro y crimen. Fueron detenidos en segunda instancia por un nuevo fiscal de apellido Ferrario que tomó el caso cuando apartaron al primero. Pero las dudas siguen.
La hipótesis oficial es que a la nena la mataron en el marco de un ajuste de cuentas no convencional contra su padre pirata del asfalto. La otra hipótesis, la que impulsa la comisión especial, es que la nena fue asesinada en una venganza narco contra su madre, y que nada se descubrió porque esta línea investigativa, incluía a policías y políticos. Un verdadero espanto.
@mauroszeta
En una explosión en su casa, donde tenía que estar custodiado por policías bonaerenses, murió Roberto Aníbal, el testigo clave del caso Candela.
Con sus dichos, el fiscal Marcelo Tavolaro, había logrado la detención de los acusados del secuestro y asesinato de la nena en Hurlingham.
Aníbal, carnicero de profesión, estaba vinculado a policías bonaerenses como "informante", y además tenía vínculos con gente del hampa. Fue el testigo que incriminó a Gómez, López, Espíndola, Jara y Bermúdez como los sospechosos del crimen.
Al principio, le dieron entidad de testigo con identidad reservada. Le duró poco. Un poco por él, que se encadenó para que la policía le pagara plata prometida por los datos aportados, y otro poco por la desidia en su cuidado, su identidad quedó blanqueada rápidamente.
En la comisión investigadora del caso Candela en el Senado bonaerense, advirtió que si no le pagaban "por sus servicios prestados" iba a dar nombres de policías deshonestos vinculados con el caso Candela.
De arranque contó que lo habían inducido a declarar contra los integrantes de la banda, y que lo que había dicho no era verdad. El 9 de abril le tirotearon la casa. Le dispararon cuando estaba con custodia policial por su condición de testigo especial. Lo criticable es que tenía custodia de policías bonaerenses, cuando amenazaba con denunciar a policías de esa fuerza. Con esa custodia, el testigo terminó muerto igual. Por ahora, se habla de un accidente doméstico a raíz de un escape de gas.
El senador Jorge Donofrio de la comisión Candela ya planteó sus objeciones a los peritajes que hicieron los bomberos de la Bonaerense, y con criterio dijo que, "sería conveniente que los estudios los haga la Gendarmería Nacional". Sea por una explosión, o por un ataque deliberado, el testigo terminó muerto, lo que torna el caso más oscuro aún.
En la causa principal, siguen presos Jara y Bermúdez como presuntos autores materiales del secuestro y crimen. Fueron detenidos en segunda instancia por un nuevo fiscal de apellido Ferrario que tomó el caso cuando apartaron al primero. Pero las dudas siguen.
La hipótesis oficial es que a la nena la mataron en el marco de un ajuste de cuentas no convencional contra su padre pirata del asfalto. La otra hipótesis, la que impulsa la comisión especial, es que la nena fue asesinada en una venganza narco contra su madre, y que nada se descubrió porque esta línea investigativa, incluía a policías y políticos. Un verdadero espanto.