Cambios en el consumo: la "compra del mes" se está dejando de usar
Para combatir la inflación, la gente está comprando menos, más seguido y cerca de casa. Ya no se busca tener la heladera llena sino sólo buscar los productos que hacen falta. ¿Vos actuás así? Contanos...
Para hacer frente a la inflación y sentir que gastan menos, las consumidores están cambiando de hábitos y ya no hacen la clásica "compra del mes": ahora salen a buscar sólo los productos que les faltan de la alacena o la heladera, y compran más seguido y cerca de su casa.
La tendencia la confirma un estudio de la consultora especializada CCR, que analizó el pulso social de los consumidores argentinos. En ninguno de los segmentos sociales aparecen ya las grandes compras de principios de mes. Un dato que posibilita entender la actitud más cauta a la hora de consumir es el menor poder adquisitivo que manifiestan los encuestados. En 2011 el 56% percibía que sus ingresos habían bajado respecto al año anterior y en 2012 cifra subió al 66%. Por eso, desde CCR plantean que se instaló en este último período "la lógica del consumo del rebusque" en la idea de conseguir el mejor precio final, según informa hoy el diario Clarín.
Para Ricardo Bastianón, director de negocios y del área cualitativa de la consultora, actualmente los argentinos están en una fase en la que reina la prudencia . "Frente a la inflación y a la menor capacidad de compra, los consumidores ya no compran mercadería para tener en stock; eligen entre una menor variedad de marcas y postergan todo lo que no es urgente", detalla el analista.
Los formatos de proximidad –como los negocios barriales y las sucursales pequeñas de las grandes cadenas– que ya venían registrando un ascenso en los últimos años, se volvieron entonces más tentadores en un contexto de caída del consumo en el que la gente cuida más los pesos que gasta. Así, según un informe de la consultora INN, los comercios barriales y los autoservicios chinos tuvieron un aumento en sus ventas del 26% en el primer semestre del año. Atienden habitualmente compras de no más de 10 unidades promedio. "Cuando la compra es de poco volumen, el consumidor prefiere no movilizarse y termina comprando en el negocio más cercano. Privilegia la proximidad y la agilidad en la compra", explica Osvaldo Del Río, director de la consultora.
Esta importante porción de mercado no pasó desapercibida para las grandes cadenas, que salieron a expandir sus opciones en formato "mini" o pequeño.
Según Del Río, existe una clara relación entre la percepción de los consumidores sobre el contexto económico y sus hábitos cotidianos a la hora de llenar el changuito: "Cuando hay confianza en el país, la gente tiende a elegir los hipermercados. Ante una sensación de incertidumbre, los compradores suelen preferir los negocios de cercanía". "A la gente que va al supermercado una vez al mes, explica, le parece que la suba de precios es mayor. Pero la inflación impacta igual en todos lados, e incluso más en el almacén del barrio".
La tendencia la confirma un estudio de la consultora especializada CCR, que analizó el pulso social de los consumidores argentinos. En ninguno de los segmentos sociales aparecen ya las grandes compras de principios de mes. Un dato que posibilita entender la actitud más cauta a la hora de consumir es el menor poder adquisitivo que manifiestan los encuestados. En 2011 el 56% percibía que sus ingresos habían bajado respecto al año anterior y en 2012 cifra subió al 66%. Por eso, desde CCR plantean que se instaló en este último período "la lógica del consumo del rebusque" en la idea de conseguir el mejor precio final, según informa hoy el diario Clarín.
Para Ricardo Bastianón, director de negocios y del área cualitativa de la consultora, actualmente los argentinos están en una fase en la que reina la prudencia . "Frente a la inflación y a la menor capacidad de compra, los consumidores ya no compran mercadería para tener en stock; eligen entre una menor variedad de marcas y postergan todo lo que no es urgente", detalla el analista.
Los formatos de proximidad –como los negocios barriales y las sucursales pequeñas de las grandes cadenas– que ya venían registrando un ascenso en los últimos años, se volvieron entonces más tentadores en un contexto de caída del consumo en el que la gente cuida más los pesos que gasta. Así, según un informe de la consultora INN, los comercios barriales y los autoservicios chinos tuvieron un aumento en sus ventas del 26% en el primer semestre del año. Atienden habitualmente compras de no más de 10 unidades promedio. "Cuando la compra es de poco volumen, el consumidor prefiere no movilizarse y termina comprando en el negocio más cercano. Privilegia la proximidad y la agilidad en la compra", explica Osvaldo Del Río, director de la consultora.
Esta importante porción de mercado no pasó desapercibida para las grandes cadenas, que salieron a expandir sus opciones en formato "mini" o pequeño.
Según Del Río, existe una clara relación entre la percepción de los consumidores sobre el contexto económico y sus hábitos cotidianos a la hora de llenar el changuito: "Cuando hay confianza en el país, la gente tiende a elegir los hipermercados. Ante una sensación de incertidumbre, los compradores suelen preferir los negocios de cercanía". "A la gente que va al supermercado una vez al mes, explica, le parece que la suba de precios es mayor. Pero la inflación impacta igual en todos lados, e incluso más en el almacén del barrio".