Cambio de hábitos: relax en un convento histórico con vista al río
Ni la alarma del despertador tiene ganas de sonar cuando canta el gallo pero ahí estamos todos en fila una hora después tacleando a otro pasajero del subte para ganarle el asiento. Que no panda el cúnico, tengo un plan que no falla si tu cerebro marca “low batery”. Armate el bolso que te llevo a un convento histórico rodeado de bosques y ríos capaz de amansar al más extenuado bicho de ciudad.
Como animales de costumbre que somos los humanos, nos malacostumbramos a querer jugarle una carrera a las agujas del reloj. Nos estresamos buscando un renglón más en la agenda para enchufarle otro “meeting”.
Agotamos la batería del celu y la compu pero como aún nos queda una neurona alerta, decidimos seguir sacando cuentas aunque sea con los dedos de la mano. Es que nuestros padres nos decían “no dejes nada para mañana” que “al que madruga Dios lo ayuda”. Y acá estamos, obedientes, con la vida ordenada y el cuerpo destruido.
Para librarnos de todos los males que aquejan a las grandes ciudades, hoy les propongo una escapada a puro relax a tan sólo una hora de CABA y dormir en las habitaciones de un convento del 1900 construido por los monjes franciscanos.
Casi una experiencia religiosa
Así arranca este “planazo”. La comisura de los labios sube unos milímetros y se acerca a la nariz cuando uno tiene el ticket de la lancha colectivo “Jilguero” en la mano.
Quince minutos después de haber embarcado en la Estación Fluvial de Tigre se llega a la parada La Real (es la primera parada). Se sigue el sendero que costea al canal y a unos 100 metros se divisa el puente levadizo para cruzar a Senador Dupont.
Los ojos estallan de brillo al llegar imaginando despertar en una habitación frente al río tanto si eligen las exclusivas habitaciones del Convento San Francisco, una cabaña, la casa o un bungalow.
En cualquier caso, se combina lo rústico con lo VIP, entendiendo este último concepto no como sinónimo de lujo sino como servicio de excelencia a la medida de cada visitante.
Santo remedio
Silvina De Prado y Demian Gasco son los dueños de Senador Dupont, un complejo que germinó al calor del amor familiar y que ellos se encargan de “regar” cada día desde hace nueve años para que crezca al compás de la buena gastronomía, el arte y la música.
Ambos lo definen como una aventura en el Delta aunque el nombre, en rigor de verdad, se lo deben a la madre de Demian que lo tomó de un personaje de la novela "La hierba roja" del escritor francés Boris Vian, donde Senador Dupont es un perro que habla y acompaña a su dueño en la búsqueda de la felicidad.
"Este sueño no paró de crecer, arrancamos con 8 habitaciones y hoy administramos 23", cuenta Silvina, de profesión contadora pública y de alma emprendedora.
Y agrega: "El dueño del Convento, Don Enrique, nos convocó un día para decirnos que quería estar unido como vecino y como emprendedor a nuestro proyecto. Nos eligió al ver que crecimos bajo viento y marea y nos pidió que seamos nosotros los que mostremos esta maravilla".
Convento San Francisco
El Convento de San Francisco está ubicado sobre el arroyo Gallo Fiambre y a 200 metros del río Carapachay. Fue inaugurado en 1910 y diseñado por Virgilio Cestari, el arquitecto italiano reconocido por otras obras de envergadura como el Tattersall de Palermo y el Pabellón de los Elefantes del Zoo porteño.
Fue utilizado como lugar de residencia y práctica de la espiritualidad franciscana. Allí también funcionó una escuela mixta y se impartió la enseñanza de oficios requeridos para el progreso de la población local.
Luego de una inundación y posterior abandono, el actual propietario decidió acoplarse al proyecto de Silvina y Demian para mantener viva la historia del lugar a partir de visitas guiadas, eventos y la experiencia de dormir en un convento.
El edificio cuenta en la planta inferior con distintos salones acondicionados y además de comunicación interna entre los mismos, con acceso directo a los jardines y bosques. La restauración respetó el diseño y logró mantener desde los mosaicos originales hasta las figuras de los santos de la capilla.
Lo que se viene
Se vienen eventos super exclusivos en el Convento tanto para el próximo sábado y domingo como para Semana Santa donde los comensales podrán disfrutar de música instrumental y lo mejor del flamenco.
Al mismo tiempo, quienes se alojen en la Posada y “La Posadita” tendrán como siempre la posibilidad de acceder al “open bar”, shows en vivo, piscinas, paseos en kayaks por canales exclusivos que garantizan un paseo seguro, trekking por las 40 hectáreas exclusivas de isla y realizar la visita guiada por el Convento. Cabe destacar que con lo que se abona por la visita guiada se contribuye al sostenimiento del patrimonio que es una verdadera joya recuperada que sigue brillando en el corazón del Delta.
Se puede disfrutar de la magia del lugar tanto los días de verano como de invierno. Más información en la cuenta de Instagram @senador_dupont
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