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Cambio climático y emergencia hídrica

*Por Aldo Guarino Arias. Importante análisis sobre las políticas del agua que debería encarar Mendoza. El autor sostiene que el gobierno local ha desistido de encarar, junto con Portezuelo, el trasvase del Río Grande al Atuel, por presiones que en esta nota se denuncian.

Se ha sostenido en base a importantes datos científicos que el cambio climático ha despertado la toma de conciencia de la mayoría de los habitantes de este planeta, porque si bien no hay absoluta seguridad científica para predecir lo que puede suceder en distintos lugares del mundo, es previsible que se den cambios que afecten el medio ambiente, y por ende los recursos naturales, entre ellos el recurso agua. El cambio climático tiene un especial impacto en los glaciares y por ende en las aguas superficiales (ríos, arroyos, etc).

No es del caso en una nota de esta naturaleza referirnos a las numerosas advertencias de la prensa y los científicos. Estamos en una emergencia hídrica de graves consecuencias, que han de agravarse en el futuro.

Soluciones: la emergencia hídrica no se soluciona adoptando medidas aisladas, muchas veces inconsultas (como cortar el agua de los ríos). La emergencia hídrica es un problema que necesita soluciones a través de un plan integral, medidas a corto plazo, a mediano y largo plazo. Veamos:

Medidas a corto plazo: uso conjunto de aguas superficiales y subterráneas. Un dato a tener en cuenta. El total de agua en la tierra es de unos 1.400.000.000 (mil cuatrocientos millones) de km3. De ese total, el 97% es agua de los mares u océanos.

El resto se distribuye así:

Lagos de agua dulce, 123.000 km3.

Lagos salados y mares interiores, 100.000 km3.

Ríos y arroyos, 1.230 km3.

Aguas subterráneas, 8.000 km3.

Glaciares y cascos glaciares, 28.000.000 km3.

Agua en la atmósfera, 12.700 km3.

Quiere decir que el agua subterránea supera en un 7,1% al agua superficial en cuanto a cantidad, por lo cual es posible reforzar estas últimas.

Entre el 31 de julio y el 2 de agosto de 1974 y del 27 al 31 de mayo de 1975 se realizó en Mendoza y Tucumán respectivamente el primer y segundo simposio sobre uso conjunto de aguas superficiales y subterráneas, organizado por el Inela con la asistencia técnica del proyecto del programa de las Naciones Unidas para el desarrollo.

En dicho simposio participaron destacados especialistas en las distintas disciplinas y quedó demostrado que frente a fenómenos como el que hoy nos toca vivir, es posible técnica y económicamente utilizar con fines de riego y/o abastecimiento de poblaciones, en forma conjunta, el agua superficial con las aguas subterráneas.

De hecho, la provincia de Mendoza, en otras oportunidades, mediante normativas ha ordenado la disponibilidad de todos los aprovechamientos de aguas subterráneas bajo jurisdicción de dominio públicos, procurando que los mismos tengan como fin primordial el de reforzar las dotaciones de aguas con destino al consumo humano, animal y vegetal (Dto. 1839/74; Dto. 1475/75; Dto. 1536/96; leyes 4035; 4036, etc.).

Medidas a mediano plazo: es necesario adoptar todas las medidas, estímulos tributarios e impositivos, subsidios, créditos tendientes a implementar en la provincia un cambio en el uso del agua público con el propósito de obtener una mayor eficiencia y economía en los distintos usos, fundamentalmente recurriendo a los modernos sistemas de riego presurizado (goteo - aspersión) abandonando las viejas prácticas de riego a manto o por surco.

Es preciso reconocer que en este terreno algo se está avanzando, pero no es suficiente. Es necesaria una política de Estado en la materia, y llevarla adelante sea el gobierno que sea. En ello está comprometido el interés de las generaciones futuras. Es necesario cambiar la cultura en el uso del agua en Mendoza.

Medidas a largo plazo: Mendoza tiene sus 4 ríos principales, Atuel, Diamante, Mendoza y Tunuyán, usados al máximo. La única posibilidad es incorporar las aguas del río Grande al Atuel, derecho que le corresponde a la provincia de Mendoza sobre 34 m3 por segundo de acuerdo al convenio de los gobernadores de la cuenca del río Colorado (sexta conferencia) ratificado por ley 21.611.

Es importante destacar que a Mendoza lo que le interesa es el aprovechamiento integral del río Grande, incluido el trasvase del cupo que le corresponde al Atuel. Sólo la construcción del embalse y la central hidroeléctrica de Portezuelo del Viento, en nada o poco beneficia a Mendoza. La regulación del río beneficia a las provincias aguas abajo, y la generación de energía irá al sistema interconectado.

El aprovechamiento integral del río Grande, que implica el trasvasamiento significará incorporar 70.000 has bajo riego en el Sur mendocino, duplicar la generación de energía de los Nihuiles, y en definitiva aportar a la Nación el 12% de la energía hidroeléctrica que se genera en el país. Los estudios realizados desde hace casi un siglo han demostrado que es una obra técnica y económicamente posible.

No debe dejar de preocuparnos el trasvase, pues debemos tener presente que el Gobierno de Mendoza comunicó oficialmente al Comité del Coirco, que por el momento desistió de encarar el trasvase. Fue una exigencia de La Pampa dejar el tema del trasvase para hablarlo más adelante. Evidentemente La Pampa quiere Portezuelo del viento, pero no quiere el trasvase, ¿por qué?