"Caín & Abel" tuvo un precipitado final
Con picos de 13.9 de rating, anoche terminó, tras sólo tres meses de pantalla, la ficción de ON TV, productora de Claudia Villarruel, quien mostró públicamente su disconformidad con el canal del que fue parte durante una década.
La tira "Caín & Abel", una de las mayores apuestas de la ficción en 2010, consumó su acelerado y "trágico" final sólo tres meses después de su estreno en la pantalla de Telefé, en medio de una polémica entre la productora y los responsables del canal por el levantamiento del ciclo.
La ficción, que montaba por encima de la opacidad general de la televisión comercial abierta, fue fagocitada por la edición 2010 de "Gran Hermano", el reality que ocupará su lugar y amenaza con ganar más minutos de pantalla en la medida que continúe acompañado por el rating.
"Caín & Abel" promedió, según Ibope, 9.4 puntos que, si bien no representan una cifra despreciable, según la visión del canal tampoco eran suficientes para sostener una ficción coral con actores de carrera que, por naturaleza, es costosa.
En ese punto, la pantalla de Telefé entregó anoche un espacio que cultivaban actores de la jerarquía de Virginia Lago y Luis Brandoni (bien acompañados por Vanesa González, Joaquín Furriel, Fabián Vena, Luis Machín, Federico D`Elía, Mara Bestelli, Julieta Cardinali y Mercedes Oviedo) para trocarlo por la experiencia de un reality cuyo casting no se guió por fin artístico alguno.
"Caín & Abel" había avanzado en este tiempo, con suerte dispar, en tramas ásperas para el relato televisivo (violencia doméstica), endulzado por el ritmo de una intriga de corrupción montada alrededor de una empresa familiar y una disputa entre hermanos (Vena y Furriel) que da fundamento al título de la ficción.
El precipitado final de la tira, que según la productora tenía continuidad asegurada hasta -al menos- el 31 de enero, obligó a los autores a violentar el ritmo del relato y a anudar los lazos de los contrapuntos que estaban madurando con los tiempos naturales de una pieza artística.
Así, en el último capítulo, que comenzó 15 minutos más tarde del horario anunciado, se observó un vertiginoso relato donde el poderoso empresario Eugenio Vedia (Brandoni) termina encarcelado.
En el encierro, el personaje de Eugenio opta por el suicidio luego de ordenar la muerte de su hijo Simón (Vena), que había recibido un disparo en una pelea con su hermano Agustín (Furriel) -también herido de bala- por el amor de Valentina (González).
El cuñado de Eugenio, Alfredo (D`Elía), golpeador y sexópata, termina, a modo de cierre moral, vejado en prisión.
Valentina clausura su historia con un viaje introspectivo y, en el epílogo, se devela que Agustín -herido en aquella pelea con Simón- también había perdido la vida.
Fue el cierre de una tira cuyo levantamiento generó una polémica entre la productora On Tv, comandada por Claudio Villarruel y Bernarda Llorente -ex responsables de programación de Telefé- y el canal.
La emisora anunció que el levantamiento fue obra del "consenso", pero la productora se apuró en aclarar que se trataba, sin más, de una decisión "unilateral" de Telefé.
La ficción, que montaba por encima de la opacidad general de la televisión comercial abierta, fue fagocitada por la edición 2010 de "Gran Hermano", el reality que ocupará su lugar y amenaza con ganar más minutos de pantalla en la medida que continúe acompañado por el rating.
"Caín & Abel" promedió, según Ibope, 9.4 puntos que, si bien no representan una cifra despreciable, según la visión del canal tampoco eran suficientes para sostener una ficción coral con actores de carrera que, por naturaleza, es costosa.
En ese punto, la pantalla de Telefé entregó anoche un espacio que cultivaban actores de la jerarquía de Virginia Lago y Luis Brandoni (bien acompañados por Vanesa González, Joaquín Furriel, Fabián Vena, Luis Machín, Federico D`Elía, Mara Bestelli, Julieta Cardinali y Mercedes Oviedo) para trocarlo por la experiencia de un reality cuyo casting no se guió por fin artístico alguno.
"Caín & Abel" había avanzado en este tiempo, con suerte dispar, en tramas ásperas para el relato televisivo (violencia doméstica), endulzado por el ritmo de una intriga de corrupción montada alrededor de una empresa familiar y una disputa entre hermanos (Vena y Furriel) que da fundamento al título de la ficción.
El precipitado final de la tira, que según la productora tenía continuidad asegurada hasta -al menos- el 31 de enero, obligó a los autores a violentar el ritmo del relato y a anudar los lazos de los contrapuntos que estaban madurando con los tiempos naturales de una pieza artística.
Así, en el último capítulo, que comenzó 15 minutos más tarde del horario anunciado, se observó un vertiginoso relato donde el poderoso empresario Eugenio Vedia (Brandoni) termina encarcelado.
En el encierro, el personaje de Eugenio opta por el suicidio luego de ordenar la muerte de su hijo Simón (Vena), que había recibido un disparo en una pelea con su hermano Agustín (Furriel) -también herido de bala- por el amor de Valentina (González).
El cuñado de Eugenio, Alfredo (D`Elía), golpeador y sexópata, termina, a modo de cierre moral, vejado en prisión.
Valentina clausura su historia con un viaje introspectivo y, en el epílogo, se devela que Agustín -herido en aquella pelea con Simón- también había perdido la vida.
Fue el cierre de una tira cuyo levantamiento generó una polémica entre la productora On Tv, comandada por Claudio Villarruel y Bernarda Llorente -ex responsables de programación de Telefé- y el canal.
La emisora anunció que el levantamiento fue obra del "consenso", pero la productora se apuró en aclarar que se trataba, sin más, de una decisión "unilateral" de Telefé.