Cada vez hay más restoranes y bares con alcoholímetros
* Por Romina Smith. Los usan clientes en 103 locales de Capital y GBA. Son gratuitos y funcionan desde hace tres meses para que cada usuario sepa si está en condiciones de salir manejando. El uso no es obligatorio y cada día los prueban 100 personas en cada lugar.
Matías coloca la ficha que le dieron en la barra del restaurante que más le gusta en Puerto Madero. Sopla durante cinco segundos, y espera. Una luz roja enciende el alerta: las tres copas de vino que tomó durante la cena con sus amigos delatan que tiene más alcohol en sangre de lo aconsejable y que no está apto para irse a su casa manejand o. Fernando lo imita, pone la ficha en el alcoholímetro, y una luz amarilla le sugiere "precaución". Las máquinas para medir el consumo de alcohol antes de salir de un bar o restaurante ya se imponen como tendencia en la Ciudad. Y hasta están cambiando los hábitos de la noche porteña: se calcula que en cada lugar hay unas cien personas que las usan por noche, de manera simple, y en los diversos puntos de Capital y Gran Buenos Aires.
En la Ciudad ya hay 64 locales gastronómicos que ofrecen alcoholímetros como un servicio más al cliente. Y en el Gran Buenos Aires hay otros 39 más. Los aparatos son de uso gratuito y fueron colocados en los últimos tres meses por la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), el organismo oficial que lleva adelante una fuerte campaña de concientización sobre el peligro de manejar bajo los efectos del alcohol y que complementa los controles en calle que realiza el Gobierno porteño. En una recorrida, Clarín constató que el uso de las máquinas no es obligatorio para nadie. Y que para el que lo hace resulta muy simple: basta con colocar una ficha, soplar y esperar el resultado. Si prende la luz verde, la máquina certifica valores adecuados para manejar (el límite permitido para conducir automóviles particulares es de 0,5 gr/l), si la luz es amarilla, sugiere precaución. Y si es roja, titila "peligro".
"Pusieron el aparato hace un mes. Está en un lugar reservado que preserva la intimidad, y si bien es de uso voluntario , nosotros lo sugerimos cuando lo vemos necesario. Hay gente que se engancha y gente que no, pero es algo que suma porque la responsabilidad es de todos ", explicaron desde un restaurante de Alicia M. de Justo al 1100, en Puerto Madero. Otro de los que ya ofrecen el alcoholímetro es Il Fiume, también en Puerto Madero. Allí, dijeron que "por ahora es novedoso" y que "muchos preguntan, pero pocos se animan". En Chiquilín, otro clásico porteño, contaron que el aparato está en un lugar estratégico, cerca del baño, y que es aceptado. "Les importa saber si tomaron de más", dijeron.
Además de estos tres, hay otros cien locales adheridos al plan en Capital (en Las Cañitas, Palermo y San Telmo por ejemplo) y en el GBA (Adrogué, Lomas, Olivos, San Isidro y Vicente López). Todos forman parte de una campaña con doble objetivo: por un lado, apunta a que los conductores que bebieron asuman su responsabilidad y eviten volver al volante. Y por otro, intenta que los grupos de jóvenes que salen de noche a los bares adquieran el hábito de designar un conductor responsable que se comprometa a no tomar durante la noche para evitar accidentes. La decisión de enfocar la campaña en los jóvenes no fue casual: según explicó Felipe Rodríguez Laguens, director ejecutivo de la ANSV, el grupo más involucrado en siniestros viales está formado por menores de 35 años. "En nuestro país tuvimos distintos casos que grafican estas estadísticas, como la tragedia del Colegio Ecos y la de los chicos que se ahogaron en Nordelta", explicó el funcionario. Y agregó un dato aún más contundente: según sus informes, por cada conductor alcoholizado que muere en un accidente vial, hoy hay cuatro víctimas pasivas. "Por eso esta campaña apela a los valores de la amistad", dijo Rodríguez Laguens. Por ahora, el plan va en buen camino: según la ANSV, cada aparato registra, en promedio, unas 500 pruebas voluntarias por semana.
Un dispositivo que ayuda a generar conciencia
1. Se pide una ficha en la caja del bar o restaurante (los 103 que forman parte de la campaña están identificados con un sticker naranja en la puerta).
2. Se coloca la bombilla en el lugar indicado y se espera 10 segundos.
3. Se sopla cinco segundos. Y se aguarda el resultado: la luz verde marca "ok" con menos de 0,20 gr./l, la amarilla alerta "precaución" con hasta 0,5gr/l, y la roja determina "peligro".