Caballo de Troya: el infiltrado peronista que busca derrocar a Cristian Ritondo
En los últimos días se dio a conocer como noticia ya confirmada que el actual intendente de San Miguel, Joaquín de la Torre, llegaba al gabinete de Vidal
Por Romeo Scandura
En los últimos días se dio a conocer como noticia ya confirmada que el actual intendente de San Miguel, Joaquín de la Torre, llegaba al gabinete de María Eugenia Vidal. Finalmente desembarcará en el Ministerio de la Producción, un lugar hecho a su medida y en perjuicio del devaluado Radicalismo provincial.Sin embargo, la situación no es tan clara. Hace poco más de un mes se dio una reunión en el restaurante La Tour en Brik, de Bella Vista, donde el aún jefe comunal le pidió a Federico Salvai y a Alex Campbell, este último primo del flamante ministro, su pase al Ministerio de Seguridad de la Provincia.
La respuesta no se hizo esperar de parte del Jefe de Gabinete: un contundente no. Pero las reuniones posteriores con intendentes como Martín Insaurralde y Catopodis, el último el 5 de julio en su despacho del palacio municipal, dejaron al sensación latente de que De la Torre no se resigna a no poder con Cristian Ritondo, casi como si se tratara de una misión o un encargo.
Los analistas bonaerenses más duros piensan en un Caballo de Troya y la idea de que Joaquín no es otra cosa que la síntesis de una maniobra para abordar a Vidal, entre Sergio Massa y los intendentes más ortodoxos del PJ más rancio que, sorprendentemente, accedieron a fotos con Marcos Peña.
Tales son los casos de Mario Ishii y Granados, kirchneristas que pareciera que no fueron vetados por los miembros del PRO a la hora de saltar la grieta. Otros creen ver detrás la mano de Jorge Macri.
Lo que queda claro es la no casual coincidencia entre la agresiva actitud de Marín Insaurralde, quien salió a confrontar con María Eugenia Vidal por las policías locales horas después de la reunión en San Miguel con Joaquín y Catopodis, donde el anfitrión volvió a prometer que, tarde o temprano, se "cargaría a Ritondo".
Todavía falta que se trate la Ley de Ministerios que habilitaría a De la Torre a jurar el cargo que no quiere, pero que finalmente le dieron. Mientras, ya conspira y fragua internas en un espacio que no le pertenece y al que llega... ¿para sumar o para restar?
Por lo pronto, se prepara en San Miguel una despedida en el club Español, donde el Concejo deliberante tratará un pedido de licencia para darle forma de aclamación a su huida del distrito que ganó hace unos pocos meses.
Habrá que esperar qué opinan los vecinos que lo votaron y a los cuales abandona por su ambición de ser Ministro de Seguridad.
Sergio Massa deberá demostrar en el Congreso de la Provincia si defenderá un municipio que ganó y que De la Torre debería devolver para ser ministro de Vidal o, de lo contrario, persistirá la duda sobre el Caballo de Troya.