Buzo de cloacas
Un trabajo horrible y riesgoso —que no cualquiera estaría dispuesto a hacer— lo realiza este hombre con gran profesionalismo.
Julio César Cu Cámara, mexicano de 53 años, desde hace 30 realiza una encomiable tarea que nadie envidia. El tipo se zambulle diariamente entre los más asquerosos desperdicios para inspeccionar las cloacas y controlar el flujo de las aguas residuales de la Ciudad de México.
Julio se sumerge en absoluta soledad, entre 5 y 7 metros de profundidad, provisto de un traje de buzo y enganchado a un cable que lo comunica con la superficie, y así inicia su tarea cotidiana de inspeccionar el nivel de azolve y rastrear cuanto sólido de gran tamaño pueda obstruir los desagües.
Nada en aguas más que turbias y fétidas en compañía de ratas muertas, restos de automóviles, electrodomésticos, bolsas de todo tipo y hasta algún cadáver humano que, de vez en cuando, encuentra. Si bien Julio abajo está solo entre tanta porquería, en superficie hay un equipo de apoyo que monitorea su estado y seguridad supervisando toda la tarea.
"Llevo 30 años haciendo esto. Para mí es satisfactorio hacer mi trabajo. Hasta ahora, afortunadamente todo ha salido bien", cuenta con orgullo este 'buzo de aguas negras' cuyo trabajo beneficia a más de 20 millones de habitantes que producen 12.000 toneladas de basura al día.