"Busco que la gente se ría sin dejar moraleja"
*Por Adriana Aboy. Entrevista a Diego Reinhold.
-¿De tu paso por la televisión ("Botineras", Los fabulosos Pells", "Nico Trasnochado"), con que te quedás?
-No hice mucha televisión, pero creo que donde pude hacer más específicamente lo mío fue con Nico y ahora en "Demoliendo tele".
-¿Qué es lo que te gusta de este programa actual?
-Un conductor, en un programa de archivos de televisión, es un presentador. A mí me gusta mucho el recurso de reciclar y aunque todavía es temprano para hacer evaluaciones, estamos encontrando un lenguaje.
-¿Porque te bajaste de la ópera rock "El pasajero"?
-En principio porque hubo un cambio de estructura, necesitaban cambiar el horario y yo no podía porque estaba con mi unipersonal "Yo (una historia de amor)". Además, significaba para mí una exigencia emocional enorme y no estaba en las condiciones físicas para poder soportarlo: que se muera tu madre todos los días ¡es una cosa terrible! Estaba erosionándome y era mejor alejarme.
-Estuviste en los inicios del stand up local y te consideran un referente, pero vos rechazás eso: ¿por qué?
-Creo sinceramente que el stand up no es el género específico que hago. Recién ahora estoy empezando a entrar en él, después de diez años de ser partícipe pero como presentador, con mi propio lenguaje que siempre pasó por resignificar las cosas, por la asociación libre, más por un juego semántico que por la expresión o la opinión, hago esos juegos de palabras y nunca me sentí "standapero" porque me faltaba eso de transitar un cuento, una narración. Ahora lo estoy empezando a hacer en mi show.
-¿Definís a "Yo (una historia de amor)" como un espectáculo de stand up?
-Se gestó como un simple show de humor, sin ninguna pretensión, haciendo lo que sé hacer hasta ahora, lo que vengo investigando: los lenguajes, las pantallas y los monólogos medio raros donde escenifico las palabras y, a partir de ahí, empezó a aparecer un sentido y una historia. Pero no deja de ser un show donde está presente el stand up y no tiene mayor ambición que la de que la gente venga a reírse sin dejar ninguna moraleja.
-¿Cómo te llevaste con el teatro de revista?
-Fantástico. Justamente en la revista había stand up. Recuerdo estar esperando en patas para salir y ver a Celina Rucci agarrar una bota, toda brillosa, de escarcha dorada, subirse el cierre y decirme a mí mismo: "¡Por Dios esto es lo que me gusta a mí!". La revista tiene cosas misteriosas y casi tribales, por eso, las mujeres se llenan de plumas como pájaros. Hay toda una parafernalia divinamente decadente: cuando digo decadencia, lo digo poéticamente, no es peyorativo, hay algo como infantil, aunque es erótica, no deja de ser infantil, naif. Es nada más que emperifollarse, como ponerse una ropa extravagante.
-¿La revista fue un juego como aquellas muchas obras que hiciste con Hugo Midón?
-En el infantil no hay represiones ni conductas aprendidas. Los chicos son espontáneos y algo que pasaba mucho en las obras de Midón era que se provocaba el silencio teatral, el de la platea que presta atención, era algo muy emocionante. Eso es algo que no existe en el teatro para adultos, donde sólo puede pasar que uno se levanta y te insulte. Es súper mágico hacer teatro para niños. Por otro lado, también como en la revista, uno tiene la posibilidad de acceder a cierto tipo de lenguaje lúdico, onírico que es difícil de acceder en otras obras más naturalistas, un poquito más serias.
-¿Cuáles son tus proyectos en carpeta?
-Me gustaría armar un espectáculo en el que la protagonista fuera la música, en el que yo pueda llevar al espectador de viaje y atravesar desde Ravel hasta Jamiroquay, pasando por Benny Goodman y por Mores y ver cómo hacer para que el espectador entre en ese universo. Algo parecido a lo que hacían Les Luthiers, pero sinfónico y popular. Casi como un espectáculo de music hall, donde lo importante no esté en lo estético sino en la música.
-En tu casa estás rodeado de animales, plantas, DVD's, incluso uno de neo-chamanismo: ¿qué hacés de todo esto en tu tiempo libre?
-El DVD lo vi en el subte y lo compré. Me gusta mucho ver televisión, mirar noticieros, el morbo del noticiero. No les creo nada y eso es lo que más me atrae, además de estar informado.
También me gusta el misterio, los asuntos inexplicables, la decoración, la literatura, los animales, tocar el saxo. No hago nada en profundidad, voy sobrevolando porque estoy en mi propia búsqueda personal.