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Burda violación de la veda electoral

En otra muestra de proselitismo demagógico, la Presidenta anunció una mejora jubilatoria sin respetar plazos legales.

De manera flagrante, la presidenta de la Nación violó la veda que establece la ley de reforma electoral sancionada hace menos de dos años, uno de cuyos ?artículos es por demás explícito en cuanto a la prohibición de realizar actos de gobierno que puedan promover la captación del sufragio a favor de cualquiera a cargos públicos electivos nacionales 15 días antes de las elecciones primarias. Fue el miércoles último, cuando Cristina Fernández de Kirchner anunció que el haber mínimo de los jubilados se elevaba a 1434 pesos mensuales.

La mencionada ley dice, al referirse a la publicidad de los actos de gobierno, que durante la campaña electoral la publicidad de esos actos no podrá contener elementos que promuevan expresamente la captación del sufragio a favor de ninguno de los candidatos a cargos públicos electivos nacionales.

Establece que queda prohibido durante los 15 días anteriores a la fecha fijada para la celebración de las primarias abiertas simultáneas y obligatorias, y de la elección general, la realización de actos inaugurales de obras públicas, el lanzamiento o promoción de planes, proyectos o programas de alcance colectivo y, en general, la realización de todo acto de gobierno que pueda promover la captación del sufragio a favor de cualquiera de los candidatos a cargos públicos electivos nacionales.

Ese mismo miércoles, luego del acto en la Casa Rosada en el cual anunció el aumento de la jubilación mínima, la primera mandataria encabezó otra reunión, esta vez por la inauguración de una planta industrial en el partido bonaerense de Almirante Brown, donde volvió a hablar del tema de las jubilaciones. Entre otras cosas, dijo que mediante "las políticas industriales y los créditos del Bicentenario, se han colocado solamente en este partido 72 millones de pesos". Y agregó: "En toda la provincia, más de 5000 millones de pesos en política industrial, en incentivos para el sector industrial".

Aunque no es la primera vez que la Presidenta abusa de sus atribuciones más allá de las normas, no dejó de llamar la atención la total falta de apego, aunque más no fuese a las formas, que se observó en la Casa de Gobierno durante el anuncio referido a los jubilados. En efecto, los cánticos de militantes exaltando la figura de Néstor Kirchner hicieron que la Casa Rosada, una vez más, pareciera un local partidario antes que la sede del gobierno de todos los argentinos, desde la cual se debe velar por el respeto a las leyes y por la igualdad.

Si la Presidenta llegó al atril sabiendo que se aprestaba a violar el período de veda electoral de la ley de reforma política, no pareció preocupada por ello. Por el contrario, se la notó feliz, con su habitual juego de ironías y permeable a la actitud cómplice de sus risueños ministros y a los cánticos de los militantes.

Cristina Fernández de Kirchner podrá decir, y no le faltará razón, que un hecho de significación como es un reajuste para los casi 6,9 millones de jubilados que cobran el mínimo -el 72,6 por ciento de la clase pasiva- merece ser anunciado y puesto en conocimiento de todo el país. Sin embargo, también queda claro que, con el momento y los modos elegidos para su difusión, terminó violando la veda electoral.

Como se sabe -según el cronograma dispuesto por la ley de movilidad jubilatoria de octubre de 2008- hay dos reajustes anuales a jubilados. Uno es en marzo y otro, en setiembre, y el porcentaje que se aplica no es decisión del Poder Ejecutivo o de la Anses, sino que surge de una fórmula ya establecida en esa ley y que combina distintas variables. Además, automáticamente esos reajustes se publican en el Boletín Oficial.

Lo que se hizo el miércoles último en la Casa Rosada fue transformar un asunto burocrático en un acto de propaganda política.

Tal vez pueda parecer el colmo de la ingenuidad esperar que este gobierno, que no se caracteriza por los escrúpulos republicanos cuando el poder está en juego, prescindiera de convertir el aumento a jubilados en un acto de campaña, pero así debió haber sido, habida cuenta de que estamos en período de veda.

En aras de la transparencia que tanto se pregona desde la cúspide misma del Gobierno, la Presidenta pudo haberse referido al tema jubilatorio luego de las elecciones del domingo 14. En definitiva, debe tenerse en cuenta que el incremento que la Presidenta se apresuró a anunciar llegará a los bolsillos de los jubilados recién a comienzos del mes próximo.

El Poder Ejecutivo optó, sin embargo, una vez más, por una mirada corta, claramente puesta en el interés por sacar un rédito electoral.

Más allá de esta muestra de proselitismo demagógico, hay que recordar que el aumento dispuesto para los jubilados dista de alcanzar el ansiado 82 por ciento móvil, al que la Justicia obligó a respetar y al que el Congreso convalidó mediante una ley sancionada el año pasado, que la presidenta de la Nación se ocupó de vetar. Así las cosas, y como consecuencia también de la elevada tasa de inflación, los montos jubilatorios mínimos están lejos de cubrir las necesidades básicas de sus beneficiarios, entre las que se encuentran los medicamentos de la tercera edad.

El kirchnerismo ha demostrado de nuevo que su estilo de hacer política no sabe de límites. Y también ha quedado claro lo equivocados que estaban quienes creyeron que con Cristina Kirchner llegaría la mayor calidad institucional que se reclamaba a su finado esposo.