"Buenos Aires es inspiradora y la más excitante"
El carismático intérprete de la serie "Dr. House", el actor inglés Hugh Laurie (52) se presentará en la Argentina junto con su banda de blues, "The Copper Botton Band".
El carismático intérprete de la serie "Dr. House" (que en su octava temporada llega a su fin), el actor inglés Hugh Laurie (52) se presentará en la Argentina el 8 y 9 de junio, en el Luna Park, junto con su banda de blues, "The Copper Botton Band". En esta oportunidad tocará los temas de su CD/DVD "Let them talk", trabajo discográfico que desde su lanzamiento, en 2011, ha sido aclamado tanto por la crítica como por el público.
Con más de un millón y medio de copias vendidas a nivel mundial, "Dr. Blues" llega a Buenos Aires para revelar ambos aspectos de su reconocida carrera: El actoral, a través de su presencia escénica, y el musical, con la excusa de este trabajo. En una charla exclusiva con CARAS, recorrió varios tramos de su vida tanto pública como privada, siendo esta última faceta, tal vez, la menos conocida para el espectador que diariamente lo ve tras el disfraz de su personaje televisivo.
—¿Cuáles son sus expectativas para sus shows en la Argentina? —Buenos Aires me encanta. Es una de las ciudades más excitantes del mundo. El álbum ha sido muy bien recibido por el público, y eso fue una agradable sorpresa. Sé que voy a disfrutar tocar en el Luna Park. Tengo algunos amigos que han viajado recientemente a Buenos Aires y al regresar no dejan de hablarme de la ciudad, de su gente, sobre lo bien que la pasaron. Todos coinciden en alabarla y en lo increíble e inspiradora que es.
—Si pudiera escribirle una carta a su "yo adolescente", ¿qué le diría por estos días? —Es completamente inútil dar un consejo sobre este absurdo negocio del entretenimiento. El único que podría llegar a dar es "tener suerte". Tener suerte y ser paciente es lo más importante, porque cuando piensas que tu vida se está decidiendo hora tras hora, en realidad, las cosas se ven muy diferentes al cabo de un año, se ven muy diferentes un mes después, y a veces, incluso, se ven muy diferentes una semana después. Si eres paciente, si sabes esperar y tomar distancia, las cosas suceden. Tuve la suerte que me ocurriera así, y creo que la paciencia es una de las cualidades más importantes que puedes tener en este negocio.
—¿Cómo encuentra el equilibrio entre su vida personal y la actuación? —Es muy difícil estar lejos de tu familia, aunque los llame cada día por la mañana antes de ir a trabajar, cuando es de noche en el Reino Unido. Constantemente me maravillo por cómo crecen mis hijos (Charlie, 24, Will, 22, y Rebecca, 20) y cuánto maduraron con todo esto. Me preocupo por mi rol paternal a distancia, pero ellos son muy generosos con todo eso, son geniales, posiblemente porque son ingleses y no van a revelar su daño psicológico hasta que tengan más de cuarenta años (risas).
—Elija un lugar o una ciudad y un tiempo en el que le gustaría haber vivido y por qué.
—Nueva Orleáns. Siempre me ha gustado esa ciudad, mucho antes de haber ido por primera vez.
Para mí, era como Jerusalén. En mi mente, era como una especie de ciudad dorada, y esa cualidad aún la tiene. Supongo que todo el mundo sintió el padecimiento de Nueva Orleáns (devastada por el huracán Katrina, en 2005), y yo recé por su supervivencia. Si alguien va a sobrevivir, creo que ellos lo harán, y ciertamente lo han logrado hasta ahora. Es una ciudad de un espíritu, vitalidad y coraje increíbles, con todas las cosas buenas que necesita para prosperar. Está llena de esas cualidades.
—¿Cómo explica el atractivo de un personaje como "Dr. House", tan arrogante, egocéntrico y carente de trato social? —No sé cómo responder a eso.
Supongo que los médicos con el poder que tienen, al manejar cuestiones de vida y muerte, generan un gran desconcierto en los pacientes...
Relacionarse con un ser humano que no muestra mayor delicadeza con el ejercicio de su profesión, resulta inquietante para cualquiera. Aparece este hombre con ese poder para salvar vidas, que no está sujeto a las sutilezas sociales, y eso asusta. Tal vez sea amenazador pero nunca lo puedes acusar de paternalismo. No tiene miramientos, se sube al ring sin guantes desde el primer momento.
Él no va a ser cuidadoso con nadie.
Sus fallas morales o sus fracasos sociales, de todos modos, están mitigados por sus habilidades como médico. Si fuera un uno por ciento menos hábil, sería sencillamente intolerable. Así que realmente creo que mucha gente piensa: "Me gustaría que hubiera alguien allí que me pudiera responder tal como es, sea quien fuere, agradable o no". La respuesta es todo. Cuando enfrentas la muerte, obviamente deseas al mejor, independientemente de su naturaleza.
—En recientes entrevistas, se definió como un ávido entusiasta de las motocicletas. Se dice que tiene dos, una en su casa de Londres y otra en la residencia de Los Angeles, una Triumph Bonneville.
¿Qué otros hobbies tiene además de leer novelas de Woodhouse y tocar música? —En Cambridge, practiqué remo y mi padre ganó una medalla de oro en remo en los Juegos Olímpicos de 1948, en Londres. Y, bueno, también he escrito una novela "The gun seller", en 1996.
También creo que el boxeo es fascinante.
Es bueno que el alma se sienta torpe, y por eso entreno todas las semanas. Cuando estás en el ring con un tipo que sabe lo que está haciendo, es como si fuera el ritual de la humillación. Sé que voy a ser golpeado y probablemente asesinado, pero me encanta y tengo que hacer algo para mantenerme en forma. La verdad es que llego a casa después del trabajo, de un día de actuación, gritando y renqueando, y me voy directo al piano, y ahí es donde me puedo sentar durante diez minutos o cinco horas, a veces sin siquiera darme cuenta del paso del tiempo.
Pero es algo profundamente liberador.
Ahí es donde me dejo ser.
—A fines de 2004, durante una entrevista, dijo: "No pienso en el futuro. Lo hice a finales de los ´70 y no resultó. Sólo disfruto lo que hago. Honestamente, vivo el día a día, esperando ser despedido".
Ahora que la serie termina, ¿cómo se siente acerca del futuro? —Esta experiencia ha sido extraordinaria y, por supuesto, me ha dado una increíble oportunidad para hacer este disco, que nunca hubiera logrado. Quiero decir, soy muy consciente de ello. Ninguna compañía discográfica llamaría a mi puerta para pedirme que haga esa grabación, sin una carrera como actor en los Estados Unidos.
Así que estoy muy agradecido por todo esto, obviamente. Sería egoísta no reconocerlo.
Hemos hecho algo más de ciento setenta shows, y eso representa entre cincuenta o sesenta películas. Es una enorme cantidad de experiencia, ese tipo de experiencia que ofrece un nivel de confianza, por así decirlo. Creo que ahora tengo esa confianza que no podría haber tenido de otra forma. Y espero que pueda ser capaz de utilizarla en otros campos, ya sea en programas de televisión o cualquier otro show, espero seguir adelante para hacer cosas creativas e interesantes.
—En cien años, ¿cómo piensa que será visto "Dr. House" y qué espera que trasmita a los espectadores? —Ha sido un tremendo desafío hacer justicia al personaje y todo el tema del dolor crónico y la dependencia a las drogas.
Fue un gran reto.
Como dije anteriormente, no creo mucho en el futuro, lo hice una vez a finales de los ´70 y no funcionó, pero al final creo que House es un buen hombre. Creo que es un hombre molesto, un hombre travieso, y, ocasionalmente, un hombre muy autodestructivo. Pero, en última instancia, creo que está bajo el cuidado de los ángeles. Creo que es impaciente con ciertas cosas que todos consideran importantes y él no, y eso a veces lo hace tedioso, pero, reitero, creo que está al lado de los ángeles. Tiene experiencia y un don. Tiene el don de la curación, y a esta altura pienso en él como un buen hombre, un hombre incomprendido, un hombre atormentado, pero un buen hombre. Por supuesto que me gustaría para él la felicidad, creo que la felicidad probablemente haría de él un hombre mejor, un hombre superficial, pero más agradable.
Pero no sé si está diseñado de esa manera, creo que esa no es su naturaleza, la felicidad no es algo que él busca, y no creo que él piense que sea importante.
Con más de un millón y medio de copias vendidas a nivel mundial, "Dr. Blues" llega a Buenos Aires para revelar ambos aspectos de su reconocida carrera: El actoral, a través de su presencia escénica, y el musical, con la excusa de este trabajo. En una charla exclusiva con CARAS, recorrió varios tramos de su vida tanto pública como privada, siendo esta última faceta, tal vez, la menos conocida para el espectador que diariamente lo ve tras el disfraz de su personaje televisivo.
—¿Cuáles son sus expectativas para sus shows en la Argentina? —Buenos Aires me encanta. Es una de las ciudades más excitantes del mundo. El álbum ha sido muy bien recibido por el público, y eso fue una agradable sorpresa. Sé que voy a disfrutar tocar en el Luna Park. Tengo algunos amigos que han viajado recientemente a Buenos Aires y al regresar no dejan de hablarme de la ciudad, de su gente, sobre lo bien que la pasaron. Todos coinciden en alabarla y en lo increíble e inspiradora que es.
—Si pudiera escribirle una carta a su "yo adolescente", ¿qué le diría por estos días? —Es completamente inútil dar un consejo sobre este absurdo negocio del entretenimiento. El único que podría llegar a dar es "tener suerte". Tener suerte y ser paciente es lo más importante, porque cuando piensas que tu vida se está decidiendo hora tras hora, en realidad, las cosas se ven muy diferentes al cabo de un año, se ven muy diferentes un mes después, y a veces, incluso, se ven muy diferentes una semana después. Si eres paciente, si sabes esperar y tomar distancia, las cosas suceden. Tuve la suerte que me ocurriera así, y creo que la paciencia es una de las cualidades más importantes que puedes tener en este negocio.
—¿Cómo encuentra el equilibrio entre su vida personal y la actuación? —Es muy difícil estar lejos de tu familia, aunque los llame cada día por la mañana antes de ir a trabajar, cuando es de noche en el Reino Unido. Constantemente me maravillo por cómo crecen mis hijos (Charlie, 24, Will, 22, y Rebecca, 20) y cuánto maduraron con todo esto. Me preocupo por mi rol paternal a distancia, pero ellos son muy generosos con todo eso, son geniales, posiblemente porque son ingleses y no van a revelar su daño psicológico hasta que tengan más de cuarenta años (risas).
—Elija un lugar o una ciudad y un tiempo en el que le gustaría haber vivido y por qué.
—Nueva Orleáns. Siempre me ha gustado esa ciudad, mucho antes de haber ido por primera vez.
Para mí, era como Jerusalén. En mi mente, era como una especie de ciudad dorada, y esa cualidad aún la tiene. Supongo que todo el mundo sintió el padecimiento de Nueva Orleáns (devastada por el huracán Katrina, en 2005), y yo recé por su supervivencia. Si alguien va a sobrevivir, creo que ellos lo harán, y ciertamente lo han logrado hasta ahora. Es una ciudad de un espíritu, vitalidad y coraje increíbles, con todas las cosas buenas que necesita para prosperar. Está llena de esas cualidades.
—¿Cómo explica el atractivo de un personaje como "Dr. House", tan arrogante, egocéntrico y carente de trato social? —No sé cómo responder a eso.
Supongo que los médicos con el poder que tienen, al manejar cuestiones de vida y muerte, generan un gran desconcierto en los pacientes...
Relacionarse con un ser humano que no muestra mayor delicadeza con el ejercicio de su profesión, resulta inquietante para cualquiera. Aparece este hombre con ese poder para salvar vidas, que no está sujeto a las sutilezas sociales, y eso asusta. Tal vez sea amenazador pero nunca lo puedes acusar de paternalismo. No tiene miramientos, se sube al ring sin guantes desde el primer momento.
Él no va a ser cuidadoso con nadie.
Sus fallas morales o sus fracasos sociales, de todos modos, están mitigados por sus habilidades como médico. Si fuera un uno por ciento menos hábil, sería sencillamente intolerable. Así que realmente creo que mucha gente piensa: "Me gustaría que hubiera alguien allí que me pudiera responder tal como es, sea quien fuere, agradable o no". La respuesta es todo. Cuando enfrentas la muerte, obviamente deseas al mejor, independientemente de su naturaleza.
—En recientes entrevistas, se definió como un ávido entusiasta de las motocicletas. Se dice que tiene dos, una en su casa de Londres y otra en la residencia de Los Angeles, una Triumph Bonneville.
¿Qué otros hobbies tiene además de leer novelas de Woodhouse y tocar música? —En Cambridge, practiqué remo y mi padre ganó una medalla de oro en remo en los Juegos Olímpicos de 1948, en Londres. Y, bueno, también he escrito una novela "The gun seller", en 1996.
También creo que el boxeo es fascinante.
Es bueno que el alma se sienta torpe, y por eso entreno todas las semanas. Cuando estás en el ring con un tipo que sabe lo que está haciendo, es como si fuera el ritual de la humillación. Sé que voy a ser golpeado y probablemente asesinado, pero me encanta y tengo que hacer algo para mantenerme en forma. La verdad es que llego a casa después del trabajo, de un día de actuación, gritando y renqueando, y me voy directo al piano, y ahí es donde me puedo sentar durante diez minutos o cinco horas, a veces sin siquiera darme cuenta del paso del tiempo.
Pero es algo profundamente liberador.
Ahí es donde me dejo ser.
—A fines de 2004, durante una entrevista, dijo: "No pienso en el futuro. Lo hice a finales de los ´70 y no resultó. Sólo disfruto lo que hago. Honestamente, vivo el día a día, esperando ser despedido".
Ahora que la serie termina, ¿cómo se siente acerca del futuro? —Esta experiencia ha sido extraordinaria y, por supuesto, me ha dado una increíble oportunidad para hacer este disco, que nunca hubiera logrado. Quiero decir, soy muy consciente de ello. Ninguna compañía discográfica llamaría a mi puerta para pedirme que haga esa grabación, sin una carrera como actor en los Estados Unidos.
Así que estoy muy agradecido por todo esto, obviamente. Sería egoísta no reconocerlo.
Hemos hecho algo más de ciento setenta shows, y eso representa entre cincuenta o sesenta películas. Es una enorme cantidad de experiencia, ese tipo de experiencia que ofrece un nivel de confianza, por así decirlo. Creo que ahora tengo esa confianza que no podría haber tenido de otra forma. Y espero que pueda ser capaz de utilizarla en otros campos, ya sea en programas de televisión o cualquier otro show, espero seguir adelante para hacer cosas creativas e interesantes.
—En cien años, ¿cómo piensa que será visto "Dr. House" y qué espera que trasmita a los espectadores? —Ha sido un tremendo desafío hacer justicia al personaje y todo el tema del dolor crónico y la dependencia a las drogas.
Fue un gran reto.
Como dije anteriormente, no creo mucho en el futuro, lo hice una vez a finales de los ´70 y no funcionó, pero al final creo que House es un buen hombre. Creo que es un hombre molesto, un hombre travieso, y, ocasionalmente, un hombre muy autodestructivo. Pero, en última instancia, creo que está bajo el cuidado de los ángeles. Creo que es impaciente con ciertas cosas que todos consideran importantes y él no, y eso a veces lo hace tedioso, pero, reitero, creo que está al lado de los ángeles. Tiene experiencia y un don. Tiene el don de la curación, y a esta altura pienso en él como un buen hombre, un hombre incomprendido, un hombre atormentado, pero un buen hombre. Por supuesto que me gustaría para él la felicidad, creo que la felicidad probablemente haría de él un hombre mejor, un hombre superficial, pero más agradable.
Pero no sé si está diseñado de esa manera, creo que esa no es su naturaleza, la felicidad no es algo que él busca, y no creo que él piense que sea importante.