Bueno para el conocimiento de la historia local
A menudo se oye decir con tono de crítica que aquí y en todo el país la gente conoce con llamativa abundancia los detalles de la vida, incluso de la más privada, de los personajes de la farándula, en tanto que se desconoce hasta lo elemental del pasado nacional y provincial, esto es, la vida y la obra de los constructores de la propia comunidad a que se pertenece.
Y se da a entender que tal situación se debe a que habría, en extendidos sectores del pueblo, una morbosa avidez informativa acerca de quienes, por lo visto, considera algo así como prójimos cercanos, casi familiares o vecinos.
Desde luego, esa avidez no puede negarse, como tampoco que es largamente aprovechada por los medios informativos, y especialmente por la televisión y las revistas "especializadas" que todos los días -en la televisión en distintos espacios y horarios de una misma jornada- hacen referencia, con lujo ilustrativo y exceso de comentario, a las incidencias escasamente artísticas y dudosamente ejemplares de unas biografías casi exclusivamente epidérmicas, dicho esto no de modo figurado sino groseramente denotativo.
La pregunta viene sola: ¿Qué pasaría si, con la misma insistencia, la misma capacidad de seducción al receptor, y la misma constancia en el comentario, se tocaran, no ya las caídas, los desplantes, las querellas, las pequeñeces y los excesos de una galería numerosa pero reiterativa, sino los acontecimientos que llevaron al país y a la provincia a ser lo que hoy son, la estatura humana de los próceres y los pueblos de cada momento de la historia, ese territorio donde las pasiones abundan, los encuentros y desencuentros son constantes, donde no faltan los traidores, ni los virtuosos en grado heroico, ni los profetas, ni los sembradores, ni el amor y el odio, ni la tragedia?
Si algún productor televisivo se planteara la inversión de la sustancia de los programas más taquilleros de la pantalla chica -cada vez menos chica- probablemente concluiría que no habría suficiente mercado para un producto como el que ha quedado sugerido más arriba o habría que generarlo, cosa que representaría una empresa incierta por lo larga y costosa. Diría, tal vez, que esta misma objeción merecería la propuesta si se presentase no como alternativa sino como complemento de la que por estos días da entretenimiento de calidad discutible, emociones, trabajo y fortuna a tantos.
En verdad, el canal de televisión estatal está haciendo un plausible servicio a la nación a través de programas que se difunden por el canal "Encuentro", en el que tienen cabida contenidos relacionados tanto con la historia -es de esperar que pronto se incluya la historia de las provincias- como con el conocimiento y el arte universal.
Place señalar que en Catamarca hay inquietud por difundir la historia lugareña, de tal modo que el interesado tiene un lugar donde acceder al conocimiento del pasado local y del contexto nacional en que adquiere su verdadero sentido. Se alude al sitio en Internet que bajo la denominación de Atlas Catamarca Histórica enriquece desde ayer como una nueva sección, el Atlas Catamarca que ya ha estado brindando información geoespacial y de aspectos de la sociedad y la cultura catamarqueñas.
La valiosa incorporación ha sido efectuada por ETISIG, un equipo interdisciplinario, de especialistas de organismos de la Subsecretaría de Planificación de la provincia.
Habrá que incentivar permanentemente el interés público por acrecentar la recurrencia a dicho sitio virtual. Alguna vez los personajes y hechos del pasado deberán ser más atractivos que los de la farándula televisiva.
El sitio de Internet destinado a informar sobre la provincia ha incorporado ayer un valioso atlas histórico. No habrá motivos en el futuro para ignorar la historia de la tierra de uno.