Brutal ataque al padre de un joven asesinado en Miramar: "Tiene fractura de cráneo, de mandíbula"
La Justicia ordenó detener a su mujer.
Carlos Bustamante, el padre del joven asesinado en Miramar en 2011, fue brutalmente agredido en su domicilio de esa ciudad y está grave. Tras lo ocurrido, la Justicia ordenó la detención de su mujer, principal sospechosa del ataque.
"La vida de Carlos corre serio riesgo", indicó en diálogo con TN Florencia Salas, la fiscal a cargo de la causa. "Tiene fractura de cráneo, de mandíbula y lesiones en los brazos", agregó.
La mujer de Bustamante dijo que ella y su cuñada regresaban a la casa cuando lo encontraron tirado en el living en grave estado, por lo que dieron aviso inmediatamente a las autoridades.
Sin embargo, la investigación conducida por Salas determinó que la mujer había estado en la vivienda antes del horario de llegada que ella manifestó. "Su relato no se condice con lo que dicen los testigos de la causa", sostuvo la fiscal, que dio la orden de detenerla en las últimas horas. Al respecto, aseguró: "Todo indicaba hacia ella como la autora material del hecho".
De acuerdo con las primeras pericias, el hombre habría sido golpeado con un elemento "contuso y romo" que aún no ha sido identificado. Además, la funcionaria no descarta la utilización de un cuchillo, ya que la víctima también presenta cortes en el cuerpo.
"No tenemos claro cuál es el móvil para el despliegue de semejante violencia, pero no descartamos que pueda haber descubierto algo en relación con la muerte de su hijo", explicó Salas, y agregó: "La mujer va a declarar esta tarde. La calificación es homicidio agravado por el vínculo en grado de tentativa".
El crimen de Gastón Bustamante
El joven de 12 años fue asesinado la mañana del 21 de noviembre de 2011 en la casa que compartía con su madre y con su hermana, Rocío.
El adolescente fue atacado en su dormitorio, donde lo golpearon en la cabeza y luego lo estrangularon. La principal hipótesis, entonces y ahora, fue que entraron a robar pero el chico reconoció a su asesino.
Quince días después del crimen, la policía detuvo a Julián Ramón, el novio de la hermana de la víctima. Habían encontrado sus huellas dactilares en un televisor 14 pulgadas, en la habitación donde mataron al chico.
Sin embargo, los indicios se fueron cayendo desde principios de ese mismo mes, lo que derivó primero en que beneficiaran al acusado con un arresto domiciliario y, finalmente, en su sobreseimiento por falta de pruebas. Al día de hoy, la Justicia no ha podido encontrar al responsable del hecho.