Brutal asalto
Un joven fue víctima de un asalto en un kiosco de La Plata, donde dos delincuentes le gatillaron tres veces, y se salvó porque la bala no salió.
Un joven comerciante platense, que además se desempeña en el Servicio Penitenciario, fue víctima de un brutal asalto en un kiosco de esta ciudad, donde dos delincuentes lo amenazaron y le gatillaron tres veces, aunque se salvó de milagro porque la bala nunca salió.
El episodio, que se conoció esta mañana, se produjo ayer por la tarde, y los delincuentes atacaron al comerciante e intentaron matarlo al darse cuenta que, además de estar al frente del local, trabaja en el Servicio Penitenciario Bonaerense.
En ese sentido, el comerciante relató que luego de ver su credencial, uno de los ladrones, al grito de "sos cobani", "sos cobani", le apuntó al pecho y le gatilló en tres oportunidades.
Todo ocurrió en un kiosco de 7 casi esquina 35, en esta ciudad, alrededor de las 16:30, en momentos en que no había clientes dentro del local.
Los delincuentes que entraron al negocio, tenían entre 18 y 20 años.
Ambos sujetos, que según testigos vestían ropa deportiva y llevaban puesta una gorrita con visera, enseguida dieron a conocer sus intenciones delictivas.
El propietario del local, Maximiliano García, de 29 años, contó que "uno de ellos encaró hacia el fondo del negocio, donde está el depósito. Y cuando le pregunté qué hacía me dijo `quedate quieto, se levantó la remera y así me hizo ver la pistola nueve milímetros que ocultaba".
Al tiempo que el ladrón se dirigía al depósito, su cómplice se quedó junto al comerciante y lo intimidó con otra arma de fuego.
De inmediato le exigió a García que le diera "la plata grande", pero éste le aseguró que era un empleado y que ese dinero se lohabían llevado.
"Entonces se dedicó a llevarse los 130 pesos que había en la caja registradora, mi teléfono celular y me reclamaba que le entregara mi billetera. En ese momento pensé que me mataba, porque sabía que iba a encontrarme mi credencial de penitenciario", contó la víctima.
"Cuando la vio se puso loco. Me dijo `Cobani, yuta, te voy a quemar. Y luego de hacérselo saber al que lo acompañaba, que también quería que me mate, tiró la corredera del arma hacia atrás, me apuntó al pecho y gatilló. Pero gracias a Dios el tiro no salió", relató.
El delincuente, enfurecido, intentó balear al comerciante dos veces más.
García, en su relato, contó que segundos después "empezó a jugar con el arma mientras me repetía que me iba a asesinar. Y me puso el arma en la cabeza primero y en la nuca luego, tras hacerme arrodillar como queriendo hacer una escena de fusilamiento. Quiso nuevamente disparar y otra vez el arma se trabó. Pero creo que me intentaron matar".
"Fueron en total tres minutos, pero sentí miedo de verdad. Al final se fueron con los 130 pesos de la recaudación, otros 150 pesos que había en la billetera junto a documentación personal y con una leche chocolatada", detalló.
Luego, señaló: "Los corrí dos cuadras. Ellos me vieron, pero por suerte no repitieron su intento de dispararme. Podrían haberlo hecho y el arma al final se podía haber accionado. Pero mi bronca era tanta que en esos instantes no medí los riesgos".
El episodio, que se conoció esta mañana, se produjo ayer por la tarde, y los delincuentes atacaron al comerciante e intentaron matarlo al darse cuenta que, además de estar al frente del local, trabaja en el Servicio Penitenciario Bonaerense.
En ese sentido, el comerciante relató que luego de ver su credencial, uno de los ladrones, al grito de "sos cobani", "sos cobani", le apuntó al pecho y le gatilló en tres oportunidades.
Todo ocurrió en un kiosco de 7 casi esquina 35, en esta ciudad, alrededor de las 16:30, en momentos en que no había clientes dentro del local.
Los delincuentes que entraron al negocio, tenían entre 18 y 20 años.
Ambos sujetos, que según testigos vestían ropa deportiva y llevaban puesta una gorrita con visera, enseguida dieron a conocer sus intenciones delictivas.
El propietario del local, Maximiliano García, de 29 años, contó que "uno de ellos encaró hacia el fondo del negocio, donde está el depósito. Y cuando le pregunté qué hacía me dijo `quedate quieto, se levantó la remera y así me hizo ver la pistola nueve milímetros que ocultaba".
Al tiempo que el ladrón se dirigía al depósito, su cómplice se quedó junto al comerciante y lo intimidó con otra arma de fuego.
De inmediato le exigió a García que le diera "la plata grande", pero éste le aseguró que era un empleado y que ese dinero se lohabían llevado.
"Entonces se dedicó a llevarse los 130 pesos que había en la caja registradora, mi teléfono celular y me reclamaba que le entregara mi billetera. En ese momento pensé que me mataba, porque sabía que iba a encontrarme mi credencial de penitenciario", contó la víctima.
"Cuando la vio se puso loco. Me dijo `Cobani, yuta, te voy a quemar. Y luego de hacérselo saber al que lo acompañaba, que también quería que me mate, tiró la corredera del arma hacia atrás, me apuntó al pecho y gatilló. Pero gracias a Dios el tiro no salió", relató.
El delincuente, enfurecido, intentó balear al comerciante dos veces más.
García, en su relato, contó que segundos después "empezó a jugar con el arma mientras me repetía que me iba a asesinar. Y me puso el arma en la cabeza primero y en la nuca luego, tras hacerme arrodillar como queriendo hacer una escena de fusilamiento. Quiso nuevamente disparar y otra vez el arma se trabó. Pero creo que me intentaron matar".
"Fueron en total tres minutos, pero sentí miedo de verdad. Al final se fueron con los 130 pesos de la recaudación, otros 150 pesos que había en la billetera junto a documentación personal y con una leche chocolatada", detalló.
Luego, señaló: "Los corrí dos cuadras. Ellos me vieron, pero por suerte no repitieron su intento de dispararme. Podrían haberlo hecho y el arma al final se podía haber accionado. Pero mi bronca era tanta que en esos instantes no medí los riesgos".