Bronca y preocupación en la Casa Rosada por la medida de fuerza
* Por Liliana Franco. Bronca, dicen que sintió la presidente Cristina de Kirchner cuando escuchó la conferencia de prensa que dio el representante del gremio de Camioneros, Eduardo Altamirano.
El día, supuestamente, iba a culminar en una fiesta de carnaval con cientos de murgas bailando en el Patio de las Palmeras; pero, y a pesar de que la primera mandataria se prestó a sacarse cuántas fotos quisieran con sombreros que los murgueros le iban entregando, finalizado el acto tanto sus ministros como Cristina partieron raudos a sus despachos.
Antes, el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, recibió un llamado: "Solucioname este problema", dicen que le habría dicho Cristina. Por el momento, en la cartera laboral están evaluando la situación, si bien no se descarta que puedan dictar la conciliación obligatoria, como lo hicieron en ocasión del paro de ferroviarios cuando José Pedraza fue preso, en fuentes oficiales coinciden en que la situación es diferente. Dicen que el único ministro que intentó negociar con Moyano fue el titular de Trabajo, claramente sin éxito. De todas maneras, no descartan que el viernes continúen las conversaciones con el titular de la CGT.
Es que suponen que de no frenarse antes, el acatamiento al paro será muy alto y la movilización colmará la Plaza de Mayo. Moyano moviliza a numerosos sectores -transporte de combustibles; caudales; alimentos; recolección de residuos; resumiendo, todo aquello que deba trasladarse en un camión-, lo que provocará sin duda "una sensación de caos". Saben que ante una situación conflictiva, la sociedad suele pedirle al gobierno que ponga "orden".
La mayoría de los ministros del Gabinete Nacional, que compartieron el acto de las murgas en el Patio de las Palmeras, se mostraron entre indiferentes a la noticia o afirmaban desconocer el tema, en un hermetismo que habitualmente responde a una indicación oficial. De esta manera, la única declaración on the récord fue la del ministro del Interior, Florencio Randazzo quien, preguntado al respecto, dijo: "No voy a opinar sobre ese tema".
Sin embargo, en los pasillos de la Casa Rosada reconocen que el tema preocupa y mucho. La preocupación oficial responde a que difícilmente "podamos otorgarle algo a Moyano" y agregan que "es la Justicia Suiza la que solicita información y por más que haga un paro, no dejará de investigar", explicaban en un despacho de la Casa Rosada.
En tanto, en fuentes sindicales no descartaban que, de aquí al lunes, pueda haber "movilizaciones espontáneas" de camioneros en repudio a lo sucedido, en lo que interpretan una estrategia que beneficiará a Moyano en la negociaciones oficiales. "Moyano va mostrar algunas cartas, no el ancho de espada", explicaba un sindicalista. Tampoco descartan que pueda haber adhesiones de parte de gremios amigos, como el de los "taxistas" o metalúrgicos. Sin embargo, por el momento descartan que la CGT en su conjunto se expida a favor. "Esto no tiene nada que ver con lo que le pasó al Momo Venegas", explicaban, a la vez que opinaban que "eso fue una operación política".
Aunque reconocen que les "parece raro o al menos sospechoso" el hecho de que la Justicia Suiza esté investigando a Moyano, y en particular que la causa haya caído "justo en el Juez Oyarbide". Dicen que al menos el gobierno "dejó hacer" y otros, en cambio, sostienen que "facilitaron las diligencias de la justicia suiza".
Explican que, según encuestas que se manejan en el peronismo tradicional, hoy Cristina logra un 45% de los votos, "sin contar a los indecisos", agregan.
Afirman que en el gobierno hay un giro a la izquierda y que la primera mandataria escucha con atención a este sector que le habría acercado que era el momento para ir en contra del "poder sindical, aunque más concentrado en la figura de Moyano". Además, fundamentan que esta arremetida es bien vista por los sectores de la clase media y los empresarios e incluso, por algunos gremios. "Y si no, pregúntenle a Armando Cavalieri lo que piensa de Hugo Moyano; o lean la solicitada que se publicó hoy", de los mercantiles, enfatizan.
En la Casa Rosada apuestan a que tanto el ministro de Trabajo Tomada, como el de Planificación, Julio de Vido, puedan calmar al dirigente camionero para evitar que el lunes a partir de las 6 se paralice la mayoría de las actividades productivas, y los accesos a la ciudad y la Capital se conviertan en un caos por la movilización de cientos de camiones que intentarán llegar a la Plaza de Mayo.
La única esperanza para disuadir a los camioneros quizás la podría aportar el "supuesto vice presidente de Cristina, Héctor Recalde", cuando hace unos 20 días en la Casa Rosada pidió "razonabilidad en la protesta gremial".