Brito, De Vido y Moyano - Blog Jorge Asis
La Elegida resiste la presión colectivamente unánime para despedir a Amado Boudou. El ministro preferido. La ofensiva por designar a Julio De Vido, como titular del ministerio (políticamente) desierto de Economía, fue instrumentada, según nuestras fuentes, por el hoy poderoso Jorge Brito. Es -Brito- el banquero ideal para gestar un best seller de pragmatismo y aventuras. Minucioso conocedor de los secretos menos estimulantes del kirchnerismo que se extinguió.
Mantiene pendiente, en el Portal, Brito, la profundización de su inquietante figura. Se arrastra desde la Financiera Hamburgo, que lo guió hacia la ingratitud. Contiene peripecias que aluden a un segmento del proceso militar, y a los diversos ciclos constitucionales. Hasta llegar a la armonía fabulosamente actual con el ministro De Vido. Cimentada, en cierto modo, por los esfuerzos técnicos de Marcelo Papandrea.
Sus adversarios lo perciben, voluntariosamente, como un próximo Gastaldi. Ampliaremos.
Brito le habría hecho llegar, a La Elegida, el interés penetrante, de su sector, en nominarlo a De Vido. Aunque esté enfermito. Para una extensión de las competencias que complemente el supermercado del Ministerio de Planificación.
Con De Vido, cuadro sustancial en la administración, La Elegida supo entablar una relación siempre litigiosa.
El apogeo de la tensión se alcanzó cuando ella mantenía, como principal consuelo espiritual, al poeta injustamente olvidado Alberto Fernández. En una instancia infelizmente superada, el sensible sonetista la persuadió, a La Elegida, acerca de la necesidad de imponer, a la gestión, una superior calidad institucional. Manera indirecta de sugerir que la gestión anterior, precisamente la de El Furia, había sido bastante berreta. A los efectos de acariciar una gloria semejante, había que despedir a los señores emblemáticos de las bolsas. Personeros de la "marroquinería política" (seres que le sirvieron a nuestro director para volver a vender libros). De la magnitud de Ricardo Jaime, y del propio De Vido. También, para que la felicidad fuera total, debían rajarlo a Guillermo Moreno. Pero por impresentable.
Para concretar la delicia, La Elegida y El Poeta tropezaron con algo más grave que un inconveniente. Con Néstor Kirchner.
Hoy Alberto yace menospreciado por La Elegida. Pero suele animar veladas musicalmente afectuosas. Con guitarras improvisadas que complementan su inspiración melancólica.
Estética del usurero.
Como se apunto en "Milongas mejoradoras" (cliquear), Cristina no va a ir por ninguna reelección. Es su jugada más inteligente.
Entre los temas trascendentes que debe resolver, para la cercanía del epílogo feliz, se encuentra, en principio, el dilema del ministerio desierto. Vacío agravado, hasta el patetismo, por la ausencia del conductor real de la economía. A Kirchner le bastaba con dos o tres comunicaciones diarias con Juan Carlos Pezoa, el secretario de Hacienda. Y una con Etchegaray, de la AFIP. Para manejar la economía a través de la estética del usurero.
Con Kirchner vivo, a Boudou se lo entretenía con el caramelo de madera del delirante lanzamiento para gobernador de "Buenos Aires, la provincia inviable" (cliquear). Con oxígeno fuertemente proporcionado por el pendex Bossio, de la ANSES. Eran los tiempos inmemoriales del hostigamiento equivocado hacia Scioli. Comportamiento que intensificó la internación en Los Arcos.
A pesar de la desconfianza que le dispensan, al trascender (por el Portal) que La Elegida se dispone brillantemente a borrarse, los vegetales adheridos al kirchnerismo comienzan con la faena insalubre de cuidar al líder de la Línea Aire y Sol. Como si Scioli fuera de cristal.
La otra opción que se barajó, para sacarse elegantemente de encima a Boudou, es Mario Blejer.
Siempre se manosea el nombre de Blejer para ocupar algo. Así sea el Banco Central, cuando se autosepultaron con el tema Redrado. U hoy, con el ministerio desierto.
Es el paisano Blejer quien podría garantizar un poco de orden y prolijidad. Pero de ningún modo, su presencia eventual, podría coincidir en convivencia con Guillermo Moreno.
Es -Moreno- el líder auténtico del conjunto de las páginas webs que adquieren la sonoridad de La Cámpora.
Aparte, en la recatada sensibilidad empresarial, se lo tiene a Blejer como alguien muy próximo al Grupo Elstain. Demasiado.
Otro paisano -Elstain- que mantiene bastantes resistencias por derivaciones de conflictos pendientes (se ampliarán en su oportunidad).
A hoy, es altamente probable que el ministerio desierto siga a cargo, meramente nominal, de Boudou. Significa que La Elegida se dispone, también, a imitarlo a El Furia. A manejar, directamente ella, la economía. Para desmenuzar hasta los detalles de los pagos al Club de París. Como reitera en mensajes explícitos, que mantienen destinatarios. "Sin pagar comisiones".
Era más fácil hacer una moneda antes. Cuando predominaba la estética del usurero.
La suerte de los troqueles.
El otro dilema trascendental, que debe resolver La Elegida, para aproximarse al epílogo feliz, es el Dilema Moyano.
Por lealtad política, le corresponde desalentar a los consejeros fáciles. Los que garantizan la perversidad del acercamiento hacia las capas medias. Si es que se impulsa la luz verde, para que Moyano sea entregado a la suerte de los troqueles.
En realidad, La Elegida, en el Dilema Moyano, tiene que resolver lo que supo dilatar, siempre, su marido. Por la estrategia del temor.
Hoy lo tiene a Moyano clavado al frente de la CGT. A cargo del Partido Justicialista de Buenos Aires. Moyano supo manejar siempre el encanto de la negritud, y le demostró, aparte, que es el único dirigente que puede llenar el estadio de River.
Pero le cuesta, al Moyano acosado por troqueles, desestimar las versiones que aluden a las discusiones telefónicas de la última noche del Furia. Fantasía popular contra la que Moyano nada puede hacer.
Alude al boicot de El Furia a Moyano. Predispuesto a vaciarle la asistencia de los consejeros del PJ, para desairarlo. Pero también, lanzan las fuentes -y a esta altura poco importa que se trate de otra distorsión-, que Moyano le recriminaba al Furia por su pasividad ante los deslizamientos del jurista de barbas. Claudio Bonadío. Que avanzaba -Bonadío- con la legitimidad de la ley.
Con la imperdonable evidencia de los TT. Los Troqueles truchos. Que conducen, sin escalas, hacia la intimidad cotidiana de Moyano. A la integrante de la familia que se encuentra más cerca. En su cama. Si prosigue el avance de Bonadío con los troqueles, para Moyano sería algo infinitamente más grave que un golpe bajo. La humillación.
Oberdán Rocamora
para www.JorgeAsisDigital.Com