Brindo por... ¿un gol?
La Cámara de Diputados de Brasil aprobó la ley exigida por la FIFA para vender bebidas alcohólicas en los estadios durante los partidos del Mundial 2014.
El proyecto fue aprobado casi con unanimidad --con voto en contra sólo del partido Socialismo y Libertad, PSOL-- en virtud de un acuerdo entre gobierno, oposición y la poderosa bancada ruralista que aplaza para abril un debate para reformar la ley florestal.
Ahora debe ser aprobado en el Senado antes de recibir sanción presidencial. "Votamos un proyecto que no representa la voluntad plena del gobierno, de la FIFA, del Congreso, de la sociedad civil, pero fue posible construir, sintetizar todos esos pensamientos y colaboraciones", celebró el relator de la ley, diputado Vicente Candido, del gubernamental Partido de los Trabajadores (PT).
El texto supenderá durante la celebración de las copas de las Confederaciones-2013 y del Mundo en 2014 el artículo del estatuto del hincha que prohíbe el comercio de alcohol en los estadios.
Y una vez más, fue este punto el que desencadenó un acalorado debate en el plenario. "Ustedes no quieren que sus hijos estén en las tribunas entre borrachos, no sean hipócritas", expresó airado el diputado Anthony Garotinho del Partido da República (PR), que hace poco dejó la coalición gubernamental.
El gobierno asegura que se trata de una "medida transitoria" que le garantiza a Brasil la Copa del Mundo. "No podemos minimizar la discusión y colocar al país en una situación delicada. Se trata de un cambio transitorio para garantizar para Brasil la mejor Copa del Mundo", Renan Filho, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), aliado al gobierno.
La oposición propuso en una enmienda suprimir el artículo correspondiente a la venta de alcohol, pero fue derrotado por 237 votos en contra y 178 a favor. "Mantengamos la soberanía nacional, hay una ley que prohíbe la venta de bebidas, la pasión por el fútbol y la bebida no combinan", zanjó por su parte Vanderlei Macris, del Partido da Social Democracia Brasileira (PSDB). "No va a dejar de haber Copa del Mundo por causa de que no haya bebida, nuestros compromisos son mayores con el pueblo brasileño", añadió Bruno Araújo, también del PSDB.
En su última visita a Brasil, el secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, dejó claro que la venta de cerveza durante los juegos es una obligación que responde a los compromisos comerciales ya adquiridos por la organización y notificados a Brasil cuando se aprobó como sede.
El texto que fue aprobado en primera instancia por la comisión legislativa liberaba de forma general y expresa la venta de cerveza en los estadios, pero algunos parlamentarios consideraron que ésto creaba vacíos legales y corría el riesgo de ser rechazado en el Congreso.
Ahora, la FIFA se verá obligada a negociar por separado con los estados sedes los permisos para vender alcohol, según sostiene otro grupo de diputados.
Siete de las doce ciudades sedes tienen leyes regionales que prohíben la venta de bebidas, pero el gobierno confía en que la disposición -si sancionada como se aprobó el viernes- será suficiente para cumplir con las exigencias de la FIFA.
Además del tema del alcohol, da garantías a la entidad del fútbol para los derechos de transmisión. También reserva el 1% de las entradas para personas con discapacidad, que deben ser ubicados en lugares apropiados, y obliga que el 10% de la boletería de los partidos de la selección brasileña se venda a precios reducidos.
En general, la FIFA debe destinar 300.000 entradas para precios populares.
Ahora debe ser aprobado en el Senado antes de recibir sanción presidencial. "Votamos un proyecto que no representa la voluntad plena del gobierno, de la FIFA, del Congreso, de la sociedad civil, pero fue posible construir, sintetizar todos esos pensamientos y colaboraciones", celebró el relator de la ley, diputado Vicente Candido, del gubernamental Partido de los Trabajadores (PT).
El texto supenderá durante la celebración de las copas de las Confederaciones-2013 y del Mundo en 2014 el artículo del estatuto del hincha que prohíbe el comercio de alcohol en los estadios.
Y una vez más, fue este punto el que desencadenó un acalorado debate en el plenario. "Ustedes no quieren que sus hijos estén en las tribunas entre borrachos, no sean hipócritas", expresó airado el diputado Anthony Garotinho del Partido da República (PR), que hace poco dejó la coalición gubernamental.
El gobierno asegura que se trata de una "medida transitoria" que le garantiza a Brasil la Copa del Mundo. "No podemos minimizar la discusión y colocar al país en una situación delicada. Se trata de un cambio transitorio para garantizar para Brasil la mejor Copa del Mundo", Renan Filho, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), aliado al gobierno.
La oposición propuso en una enmienda suprimir el artículo correspondiente a la venta de alcohol, pero fue derrotado por 237 votos en contra y 178 a favor. "Mantengamos la soberanía nacional, hay una ley que prohíbe la venta de bebidas, la pasión por el fútbol y la bebida no combinan", zanjó por su parte Vanderlei Macris, del Partido da Social Democracia Brasileira (PSDB). "No va a dejar de haber Copa del Mundo por causa de que no haya bebida, nuestros compromisos son mayores con el pueblo brasileño", añadió Bruno Araújo, también del PSDB.
En su última visita a Brasil, el secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, dejó claro que la venta de cerveza durante los juegos es una obligación que responde a los compromisos comerciales ya adquiridos por la organización y notificados a Brasil cuando se aprobó como sede.
El texto que fue aprobado en primera instancia por la comisión legislativa liberaba de forma general y expresa la venta de cerveza en los estadios, pero algunos parlamentarios consideraron que ésto creaba vacíos legales y corría el riesgo de ser rechazado en el Congreso.
Ahora, la FIFA se verá obligada a negociar por separado con los estados sedes los permisos para vender alcohol, según sostiene otro grupo de diputados.
Siete de las doce ciudades sedes tienen leyes regionales que prohíben la venta de bebidas, pero el gobierno confía en que la disposición -si sancionada como se aprobó el viernes- será suficiente para cumplir con las exigencias de la FIFA.
Además del tema del alcohol, da garantías a la entidad del fútbol para los derechos de transmisión. También reserva el 1% de las entradas para personas con discapacidad, que deben ser ubicados en lugares apropiados, y obliga que el 10% de la boletería de los partidos de la selección brasileña se venda a precios reducidos.
En general, la FIFA debe destinar 300.000 entradas para precios populares.