DOLAR
OFICIAL $816.08
COMPRA
$875.65
VENTA
BLUE $1.18
COMPRA
$1.20
VENTA

Brasil 2014: a 365 días del comienzo, todavía quedan varios temas por resolver

Las autoridades del país vecino y de la FIFA están preocupados porque quedan varios estadios por terminar. La Copa Confederaciones será una prueba para los organizadores.

Al igual que en la previa a cada edición de la Copa del Mundo, en Brasil hay gran preocupación porque los tiempos se acortan y todavía queda mucho trabajo por hacer. A 365 días del comienzo de la máxima competencia de fútbol a nivel mundial, las autoridades del país vecino y de la FIFA tienen tres problemas a resolver: el más importante es el tema de la construcción de los estadios, el segundo es el problema de traslado de una gran masa de personas que el sistema aéreo del país no está preparado para abastecer, y también se encuentra el inconveniente del precario sistema de telecomunicaciones.

En tres días comienza la Copa Confederaciones en Brasil, y el exdelantero de la selección de ese país Romario de Souza (ahora diputado por el Partido Socialista Brasileño), aseguró: "Será un éxito en términos de fiesta porque el brasileño es un pueblo alegre y creativo. Pero como los estadios no están todavía completamente listos, ni sus entornos, eso será problemático. Todos los partidos de prueba que se hicieron hasta ahora tuvieron inconvenientes: filas gigantescas, no se respetaron los asientos asignados, baños sin acabar, falta de bebida y comida en los estadios".

Y agregó: "Más allá de eso, hubo trastornos en el tránsito, sobre todo en las ciudades más pobladas; las obras de movilidad urbana prometidas no están listas".

De todas formas, la Copa de Confederaciones es mucho más pequeña que el Mundial. Los encuentros futbolísticos se disputarán en sólo seis ciudades (Brasilia, Río de Janeiro, Belo Horizonte, Salvador, Recife y Fortaleza), mientras que las ciudades sede del próximo año son doce (se les sumarán São Paulo, Porto Alegre, Curitiba, Manaos, Natal y Cuiabá); en la Copa de Confederaciones compiten ocho países (España, Italia, México, Uruguay, Japón, Nigeria, Tahití y Brasil), y no las 32 selecciones que vendrán al Mundial.

De los seis estadios modernizados o construidos desde cero para la Copa de Confederaciones, sólo dos (Belo Horizonte y Fortaleza) fueron terminados en el plazo estipulado por la FIFA, que era diciembre del año pasado. Salvo el estadio de Fortaleza, el Castelão, todos los otros superaron con creces sus presupuestos originales de remodelación o construcción. Encima, la Arena Fonte Nova, de Salvador, sufrió el colapso de una parte de su techo por fuertes lluvias y errores humanos en el diseño. Y la reapertura del estadio de Maracaná, en Río de Janeiro, que será escenario de las finales de la Copa (el 30 de junio), y del Mundial del año próximo, estuvo a punto de no suceder por riesgos en la seguridad del lugar, con restos de escombros y tornillos sueltos en las tribunas.

"Es imposible que esto se repita para el Mundial", advirtió Jérôme Valcke, secretario general de la FIFA. Cabe recordar que las obras se vieron afectadas por varias huelgas de los trabajadores de la construcción, y también inconvenientes presupuestarios con el Estado.

El otro inconveniente que preocupa a las autoridades es el tema de la movilidad y el transporte. No es frecuente que un Mundial se dispute en un país tan grande como Brasil, donde el transporte aéreo cobra un papel más que relevante. Se estima que el número de extranjeros supere el millón, y que habrá más de dos millones de brasileños recorriendo el país con su selección. Y ni los aeropuertos ni los sistemas de transporte de las ciudades sede están aún preparados; las quejas por las demoras en los embarques de vuelos y las precarias condiciones de las terminales aéreas son cotidianas, así como los embotellamientos y la falta de redes de transporte público eficientes en las urbes más grandes.

"Lo que se está haciendo a las apuradas es lo que se refiere directamente al traslado hacia los estadios; no se atiende las necesidades de transporte de las ciudades. Y así, al final, el legado de movilidad urbana que quedará será inservible", dijo Carlos Vainer, profesor de Planificación Urbana y Regional de la Universidad Federal de Río de Janeiro, quien además se quejó del desplazamiento forzado que muchos pobladores de favelas tuvieron que afrontar en este proceso.

Por último, en cuanto a las comunicaciones, el Estado brasileño instaló en las seis ciudades sede de la Copa de Confederaciones la cobertura de telefonía celular e Internet 4G, pero el servicio que brindan por ahora las operadoras es deficiente. Y ni siquiera la cobertura 3G es buena y confiable en el resto del país.

Tampoco hay que olvidar los problemas de seguridad que hay en los estadios brasileños, más aún teniendo en cuenta las recientes participaciones de Tigre y Arsenal en la Copa Libertadores en esas tierras, que terminaron con hechos violentos hacia los hinchas y los jugadores. Todavía quedan 365 días para continuar con el trabajo. Tiempo más que suficiente para hacer bien las cosas.