Boudou está contra las cuerdas
* Por Ricardo Kirschbaum. Amado Boudou pudo voltear al procurador de la Nación; recusar con éxito al antiguo juez de la causa, Daniel Rafecas; separar al fiscal Carlos Rívolo, que llevó con diligencia y esmero profesional la investigación sobre el caso Ciccone.
Nota extraída del diario Clarín
Por un momento, el vicepresidente tocó el cielo con las manos cuando Cristina Kirchner propuso a Daniel Reposo para reemplazar a Esteban Righi como procurador. Todos saben cómo terminó esa parte de la historia: fue un fracaso estrepitoso .
Reposo se defendió entonces de su cercanía con Boudou diciendo que sólo los unía una relación profesional. Algo tan poco creíble como lo es la declaración de Boudou de que no conoce a Alejandro Vandenbroele, el director de la ex Ciccone y miembro del misterioso The Old Fund, de donde partió el grueso del dinero para comprar la planta impresora. La desaparición de un legajo sobre ese fondo de la Inspección General de Justicia, como lo reveló La Nación , añade otro capítulo a este gran escándalo.
Boudou pudo haber conseguido todo lo que logró en su contragolpe.
Pero no pudo voltear las pruebas existentes en el expediente judicial sobre su intervención para favorecer a los compradores de la ex Ciccone.
El nuevo juez, Ariel Lijo, declaró que todas las pruebas recolectadas por Rívolo y aceptadas por Rafecas son válidas .
La importancia de esta decisión es que considera válido el allanamiento al departamento de Boudou en Puerto Madero, alquilado supuestamente a un abogado rosarino que vive en Madrid, cuyas expensas, teléfono y cable los pagó Vanderbroele, el personaje al que el vicepresidente niega conocer.
Boudou en los últimos días volvió a caer en la estima de la Casa Rosada. Hubo gestos de Cristina –notoriamente una audiencia con el titular de la Bolsa, al que el vicepresidente acusó de coimero– que así lo muestran. Al admitir las pruebas, el juez puso a Boudou contra las cuerdas. ¿El paso siguiente será citarlo a declarar como imputado?
Por un momento, el vicepresidente tocó el cielo con las manos cuando Cristina Kirchner propuso a Daniel Reposo para reemplazar a Esteban Righi como procurador. Todos saben cómo terminó esa parte de la historia: fue un fracaso estrepitoso .
Reposo se defendió entonces de su cercanía con Boudou diciendo que sólo los unía una relación profesional. Algo tan poco creíble como lo es la declaración de Boudou de que no conoce a Alejandro Vandenbroele, el director de la ex Ciccone y miembro del misterioso The Old Fund, de donde partió el grueso del dinero para comprar la planta impresora. La desaparición de un legajo sobre ese fondo de la Inspección General de Justicia, como lo reveló La Nación , añade otro capítulo a este gran escándalo.
Boudou pudo haber conseguido todo lo que logró en su contragolpe.
Pero no pudo voltear las pruebas existentes en el expediente judicial sobre su intervención para favorecer a los compradores de la ex Ciccone.
El nuevo juez, Ariel Lijo, declaró que todas las pruebas recolectadas por Rívolo y aceptadas por Rafecas son válidas .
La importancia de esta decisión es que considera válido el allanamiento al departamento de Boudou en Puerto Madero, alquilado supuestamente a un abogado rosarino que vive en Madrid, cuyas expensas, teléfono y cable los pagó Vanderbroele, el personaje al que el vicepresidente niega conocer.
Boudou en los últimos días volvió a caer en la estima de la Casa Rosada. Hubo gestos de Cristina –notoriamente una audiencia con el titular de la Bolsa, al que el vicepresidente acusó de coimero– que así lo muestran. Al admitir las pruebas, el juez puso a Boudou contra las cuerdas. ¿El paso siguiente será citarlo a declarar como imputado?