Boudou, Cristina, Alfano

La presidente con la declaración jurada de veinte millones de dólares, el ministro que aumento en un año su patrimonio, y la diva en declive que afirma que acostarse con un genocida no es llevar a los desaparecidos a la cama responden desde la crueldad impune del poder. Saben que, digan lo que digan, no va a pasarles nada.

El ministro que emula a Riquelme en las fotografías, con las manos ampliando sus orejas, sabe que la polemica alrededor de su súbito enriquecimiento no durara mas de dos días, o tres. Dos o tres días, también, duro la indignacion de algunos medios cuando demoro la presentación de sus papeles. Ya se encargara el aparato de propaganda oficial de justificarlo todo.

La presidente de los ochenta millones declara un patrimonio diez veces superior al de la propietaria de L'Oreal, en Francia. para dar solo un ejemplo. Desde que llego al poder, el patrimonio de los K aumentó un 3.540%.

Lo que tiene que hacer es lo que hace: no decir una sola palabra, ya que Horacio Verbitsky, Sandra Russo, Víctor Hugo y una exiensa lista de favorecidos se encargaran de iluminar a la población con sus puntos de vista. A Graciela Alfano le enseñaron que si uno lleva el poder a su cama nunca mas tendrá problemas: asi vivió, y con esa animalidad lo expresa.

"Qué venga la Corte de la Haya" dice desafiante. Ahora. para colmo, se discute en los amigos politicamente correctos si es o no prudente ventilar el caso en un programa de espectaculos.

¿Dónde iban a hacerlo, en el Canal Rural? ¿o es una novedad que la muerte, en aquellos años, también se enredó con la farándula? El ministro, la presidenta y la diva en descenso saben que no tienen que hacer nada. La indignacion, sin justicia, es como la espuma