Bergoglio, nuevo Papa: los desafíos de Francisco como jefe de la Iglesia
El Sumo Pontífice tendrá ante sí la necesidad de revalorizar a la Iglesia, transparentar las finanzas del Vaticano y darle una "nueva cara" a las altas cúpulas de la organización eclesiástica.
Aunque Francisco solo lleve veinticuatro horas en el "trono de Pedro", el nuevo Papa tendrá varios desafíos que deberá afrontar para revitalizar la imagen de la Iglesia, muy vilipendiada por varios escándalos.
En primera medida, el gran desafío de Francisco es que su papado llame la atención del mundo, como hizo Juan Pablo II. El Sumo Pontífice deberá conmueva los corazones de los católicos y de las personas de buena voluntad y tendrá que enviar un mensaje fraterno a los cinco mil obispos y, al mismo tiempo, un mensaje de seriedad a los gobiernos de todo el planeta.
También el nuevo Papa deberá "limpiar" la imagen de Su Santidad, luego de la intempestiva renuncia de Benedicto XVI. Con la muerte de Juan Pablo I, con tan solo 33 días de papado, la elección de Juan Pablo II no fue antojadiza: buscaba un Pontífice vital y que fuera "pastor". Pero una vez muerto Karol Wojtyła, la presión sobre su sucesor, Joseph Ratzinger, hizo que no pudiera seguir al frente de la Iglesia.
Por otro lado, Francisco tendrá como uno de sus deberes la reorganización de la Curia vaticana. No es la tarea más importante, pero es la que va a darle más dolores de cabeza. Y no se puede retrasar más. Los desastres organizativos que han amargado los ocho años de Benedicto XVI pueden hundir también el próximo Pontificado.
Es urgente imponer niveles mínimos de transparencia y eficiencia que pongan fin a los amiguismos y las parsimonias. Las grandes diócesis de Europa y Estados Unidos funcionan muy bien pues mantienen esos criterios y cuentan con el trabajo de excelentes profesionales laicos, hombres y mujeres, que saben llevar los balances, administrar las propiedades, comunicar con los medios y proteger a los menores de edad.
Del próximo Papa se espera un cambio cultural "revolucionario" para la mentalidad italiana. Poner en cada puesto a la persona que conozca ese trabajo y lo haga bien.
Por último, el trabajo "más sucio" que tendrá el nuevo Papa será revitalizar a los hombres que componen el orden eclesiástico, porque la cúpula de la Iglesia católica está obsoleta.