Ayacucho: "No hay dictamen oficial sobre lo que ha pasado"
El intendente de Ayacucho, Darío David, aseguró hoy que todavía no se conocen las causas del deceso de la pequeña beba de tres meses hallada muerta en una vivienda de esa ciudad.
La muerte de la pequeña beba, llamada Antonia, generó en la víspera una manifestación popular que llegó hasta las puertas de la casa del intendente y la comisaría más céntrica de esa ciudad ubicada a 320 kilómetros de la Capital Federal, donde los vecinos se enfrentaron con efectivos policiales y de Gendarmería, según denunciaron.
La madre de la beba, una joven de 24 años, esposa de un productor agropecuario de la zona, denunció que un grupo de delincuentes entró a su casa a robar y en ese marco taparon con una frazada a la beba, que no paraba de llorar, lo que derivó en su muerte por asfixia.
"Hay una beba fallecida, pero las causas nos las sabemos. Por eso fue trasladada a La Plata para hacerle la autopsia", remarcó esta mañana el intendente de Ayacucho.
En declaraciones a Radio Provincia, el jefe comunal remarcó: "Hay que ser prudente, no callar, pero no hablar de más cuando no se sabe. Tenemos que mantener la prudencia, la cautela, para no cometer atropellos en algún tipo de declaración, porque la verdad es que nadie sabe lo sucedido. En las próximas horas tendremos más certezas, es una cosa muy confusa".
Pese a la versión dada por la madre de la beba, fuentes policiales dijeron que la misma es "contradictoria" y no descartaron que el hecho se enmarcara en un presunto caso de "violencia familiar", ya que no hallaron faltantes ni desorden dentro de la vivienda donde fue encontrada sin vida la menor.
La madre de la beba, por su parte, relató que el episodio ocurrió cuando dos hombres golpearon la puerta de su domicilio, en la avenida Miguens, a tres cuadras de la plaza principal de la ciudad, y con una excusa lograron que les abrieran e ingresaron fuertemente armados.
Mientras robaban elementos de la vivienda, los delincuentes se sintieron molestos por el llanto de la bebita y la asfixiaron con una frazada, que se encontraba en su moisés, de acuerdo con la declaración de la dueña de casa.