"Avenida Brasil" y "Guapas", víctimas de los cambios de horario
Hay indignación en la televisión argentina por los poderosos que manejan la grilla de programación.
A veces creo que los argentinos nos acostumbramos al boludeo diario y constante. En el día no solo hay que aguantarse las demoras en el subte, los problemas laborales, y el tedioso regreso a casa en un colectivo donde siempre algún vivo se cuela y no te deja sentar, sino que ahora también, y lejos de permitir que uno se relaje y se ría con su novela favorita, hay que aguantar los cambios de horario a gusto y piacere de los canales.
Es que desde el próximo lunes vuelve "el Bailando" a la pantalla de El Trece y las repercusiones afectan a todos. No solo porque el tema va a copar todos los canales de televisión de acá a que termine, sino porque también al televidente que no quiere verlo le quitan las opciones para no hacerlo.
Comenzando por Telefé que cambia descabelladamente "Avenida Brasil" de las 17 a las 22 creyendo que va a ganarle al Bailando y solo provocando problemas en la mesa familiar. Porque la señora que miraba tranquila la novela a la tarde con un mate y o un té, tendrá que hacerlo a la noche mientras cocina o cena, y su marido quiere ver a los cuerpos desnudos del Bailando.
Y no termina acá. Para competir con "Avenida Brasil", (novela que miran en su mayoría mujeres), El Trece cambia de horario "Guapas" (un clásico femenino) que pasa de las 23 a las 22 por Tinelli, si contar que los viernes de por sí no se emite. ¿Qué pasará con "Mis amigos de siempre"? Aún no se sabe.
Anoche la noticia del cambio de horario del ciclo de Florencia Bertotti, Araceli González, Carla Peterson, Isabel Macedo y Mercedes Morán, tuvo repercusiones en Twitter con el hashtag #HorarioCulo en referencia a una frase de la adorada Lorena Giménez (Bertotti).
Se emitirá lunes, martes y jueves de 22 a 22:30 (Sí, media hora) y los miércoles de 22 a 23:15.
¿Dónde quedó el contrato tácito entre el canal y el televidente? ¿Dónde quedó el respeto por el público? No existe, parece que tendremos que conformarnos con que "los de arriba", los de poder, hagan con nuestros televisores los que se les plazca.