Autos robados y desarmaderos
Según varios informes, el mayor control en el funcionamiento de los desarmaderos ha permitido reducir la cantidad de robo de vehículos. Haría falta, quizá, ampliar ese control hacia el funcionamiento de algunos talleres mecánicos y de chapería, de dudosa actividad.
De acuerdo con las cifras, Mendoza se encuentra entre los primeros lugares de las estadísticas en lo que a robo de autos se refiere. Si bien en los últimos meses se ha producido un cambio en la situación, tiempo atrás los datos proporcionados por el mercado asegurador argentino determinaban que la provincia había llegado al primer lugar en el crecimiento de ese tipo de delitos, superando inclusive a las zonas Oeste y Sur del Gran Buenos Aires -las que siguen siendo consideradas "rojas" en los mapas de delitos.
En aquel momento se indicaba que mientras en Mendoza crecía el robo de vehículos, en provincias vecinas, como San Juan o San Luis era una actividad delictiva prácticamente nula, a lo que se sumaba el hecho de que también era nulo el recupero de los vehículos sustraídos.
Esos aspectos llevaban a considerar que los autos que se robaban en Mendoza estaban destinados al desguace y a la venta de autopartes en los desarmaderos, aspectos en los que coincidían los especialistas al indicar que los problemas se debían a una falta de control en el comercio ilegal.
Los hechos parecen haberle dado la razón a quienes sostenían esa teoría, porque -según se indica- la aplicación de la ley 25.761, que establece controles sobre el funcionamiento de los desarmaderos ha provocado la disminución del robo de vehículos.
Esencialmente se comenzó a exigir que las piezas que venden (autopartes) cuenten con un sticker que autoriza su venta. Un calco que lo entrega la Rudac (Registro Único de Desarmaderos y Actividades Conexas y es indispensable para el funcionamiento del negocio.
A esa exigencia debe sumarse lo sucedido meses atrás, cuando se realizaron megaoperativos en toda la provincia que comenzaron en San Rafael, clausurando todos los desarmaderos de ese departamento durante los cuales fueron secuestrados siete vehículos de alta gama y más de cien mil autopartes sin origen comprobable.
Esos vehículos estaban relacionados directamente con robos y hurtos denunciados en Capital Federal y el Conurbano bonaerense.
Dentro de la misma semana una actitud similar se adoptó en el Gran Mendoza, donde fueron allanados 17 desarmaderos que, en su gran mayoría, vendían piezas que no contaban con el sticker que autorizaba su venta. En total, sumando San Rafael y el Gran Mendoza, fueron secuestradas 650 mil autopartes consideradas de "procedencia dudosa".
El panorama actual respecto del robo de vehículos se muestra más aliviado. Según se indica, mientras en los seis primeros meses del año pasado se denunciaron 1.244 casos, a razón de 7 por día, en lo que va de este año la cifra bajó a 1.028 unidades, lo que determina un promedio de 5,7 vehículos sustraídos por día y, mientras en junio del año pasado el número de autos robados fue de 238, este año la cifra fue de 156.
De todos modos, se trata de una cifra extremadamente alta en una provincia en la que resulta muy difícil "sacar" un auto, en razón de que son muy pocas las rutas y muy extensos los recorridos que deben hacerse para trasladar los vehículos robados hacia el resto del país. De lo que se deduce que los vehículos sustraídos son desguasados en talleres ubicados en las zonas pobladas.
Un control más profundo sobre el funcionamiento de algunos talleres de dudosa actividad, así como se realizó con los desarmaderos, puede llegar a constituir un nuevo obstáculo para el accionar de aquellos que intentan convertir en un negocio el robo de vehículos y, a la vez, sacar a Mendoza del triste lugar de privilegio negativo que actualmente ocupa en estas cuestiones.