Autocríticas y pases de facturas en el seno de una oposición golpeada
* Por Gustavo Sylvestre Periodista. La oposición no logra recuperarse del duro golpe político que le asestó el kirchnerismo el domingo pasado y trata de encontrar una explicación a tan dura derrota.
Los porcentajes obtenidos por radicales y el duhaldismo, nunca estuvieron en sus cálculos, producto de una estrategia equivocada y de haberse "enamorado" de un discurso que pareció no estar en sintonía con lo que pensaba la sociedad.
"Nos quedamos con la foto del 2008 y del 2009, con el discurso de la 125, y mientras el gobierno y el campo se recuperaban, nosotros nos enamoramos de ese discurso, no lo adecuamos y así nos fue", expresa un importante dirigente radical de la provincia de Córdoba.
"La sociedad nos dio una responsabilidad en el 2009, cuando derrotamos al kirchnerismo, y en lugar de construir la oposición en torno a ese triunfo, cada uno fue por su lado y nos entreveramos demasiado todos en el grupo A y la gente no supo diferenciar quien era quien", expresa un peronista, hoy en cuarteles de invierno.
"No podemos plantearnos como alternativa al gobierno, y en lugar de discutir política, armamos nuestro discurso por la tapa de algún diario, subestimamos al gobierno y a la Presidenta, y nos olvidamos que ella es una gran militante", sostiene amargamente un viejo militante político del radicalismo, que analiza que "fue errada la estrategia de campaña armada por Ricardo Alfonsín".
"Fue un cachetazo para nosotros también, nos convertimos en la mesa gremial de la oposición y hasta los nuestros nos pasaron la factura", admitió en una sincera autocrítica, el Presidente de la Federación Agraria Argentina, Eduardo Buzzi, quien en la próxima reunión con los dirigentes ruralistas, pedirá volver a las fuentes, dejar la política a un lado y retomar el dialogo con el gobierno para tratar de solucionar los inconvenientes del sector.
"Cuando yo intenté hacer lo que correspondía, que era hablar con el gobierno para solucionar el problema de nuestros chacareros, me acusaron y me dijeron de todo, desde adentro, ahora me pregunto; ¿donde está Biolcatti?", disparó Buzzi, fastidiado con el Presidente de la Sociedad Rural Argentina, por su último discurso de tono opositor contra el gobierno, y por haber convocado a votar por la oposición.
Las facturas internas en los partidos, sobre todo en el radicalismo, no tardarán en llegar.
Ayer el candidato a vice, Javier González Fraga disparó: "deberé hacer un pos grado en radicalismo para entender algunas cosas de las interna". Desde el alfonsinismo miran de reojo al Presidente del partido, Ernesto Sanz y al Vicepresidente, Julio Cobos, a quienes achacan de haber participado poco o nada en la campaña presidencial.
Desde el radicalismo de la Provincia de Buenos Aires sostienen que Alfonsín deberá recostarse más en el partido, y un integrante del Comité nacional del Partido, con crudeza describió la situación política actual: "Ahora debemos fortalecer el voto radical y evitar una fuga mayor de nuestros votantes hacia el sector de Hermes Binner". Es que los radicales temen que Binner se consolide en el segundo lugar y les quite protagonismo a ellos.
Precisamente el gobernador santafesino Binner festejó junto a los suyos como si hubiera ganado. Es que con cinco semanas de campaña, logró instalarse muy cerca de los segundos, y está en condiciones de disputarle ese lugar a Duhalde y Alfonsín. Muchos lo ven como un hombre de estado, con capacidad y gestión para mostrarse como alternativa al gobierno.
Así como otros opositores lo criticaron, muchos vieron como un gesto de gobernabilidad la visita que realizó a la CGT y la reunión que protagonizó con Hugo Moyano, en momentos en que la dirigencia política endemoniaba al líder cegetista.
Eduardo Duhalde sintió como nadie, "el vendaval Cristina". Primero, por el magro resultado electoral en su provincia, donde sólo sacó el 11% de los votos y no llegó ni siquiera al 10% en distritos claves como La Matanza. Y segundo, porque se había convertido en los últimos meses en uno de los mas duros y acérrimos opositores a Cristina Kirchner, a quien llegó a descalificar en duros términos, tratando de aglutinar en torno a su figura la mayoría de los votos opositores. No sólo no lo logró, sino que tuvo que disputar el segundo lugar con Alfonsín, seguido muy de cerca por Binner y Alberto Rodriguez Saá.
La Coalición Cívica es la fuerza que más siente el cachetazo electoral y de la sociedad. Carrió asumió la derrota y su agrupación tiene un futuro sombrío. Muchas de las principales figuras que la rodean están pensando en hacer las valijas después de octubre.
Octubre está cerca para el oficialismo y lejos para la oposición. Por eso, la Presidenta ha bajado la línea a todos los suyos de "no hacer olas" y de seguir trabajando duro para la elección presidencial. No sólo quiere mantener el caudal de votos que sacó el domingo, sino, ampliarlo.