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Auge del gas y la minería transformará la economía argentina, dice el ministro Massa
“Vamos a iniciar las exportaciones de gas a Chile en los próximos días y podríamos comenzar a exportar gas a Brasil a partir de septiembre”, señaló Sergio Massa.
Las exportaciones de gas, litio y otros minerales ofrecen a Argentina una "oportunidad de crecimiento fenomenal" y aumentarán enormemente la capacidad de la nación sudamericana, que se encuentra altamente endeudada, para pagarle a sus acreedores a partir de 2025, dijo el ministro de Economía del país.
“Vamos a iniciar las exportaciones de gas a Chile en los próximos días y podríamos comenzar a exportar gas a Brasil a partir de septiembre”, señaló Sergio Massa.
Incluso sin inversiones adicionales, la balanza comercial de energía de Argentina pasaría de un déficit de más de 5.000 millones de dólares el año pasado a un superávit de unos 12.000 millones de dólares en 2025, dijo, y agregó: “Esto le dará a Argentina una capacidad muy sólida para pagar [la deuda] en 2025, 2026 y 2027”.
Massa, quien asumió uno de los desafíos económicos más difíciles del mundo en agosto pasado, no se hace ilusiones sobre la gravedad de la crisis argentina. La impresión de dinero del banco central ha ayudado a impulsar la inflación anual a casi el 100 por ciento, los controles de cambio han perjudicado a la industria y alimentado un mercado negro en el dólar estadounidense, mientras que el país sigue aislado de los mercados internacionales tras su noveno incumplimiento de pago de la deuda en 2020.
“Cuando asumimos el cargo, entendimos que estábamos tratando con un paciente que estaba en coma”, dijo el ministro al Financial Times en una entrevista. “Hoy está en cuidados intensivos y tenemos que bajarlo a una sala común y luego salir caminando del hospital. Ese es mi trabajo."
Para volver a encarrilar la economía argentina, Massa dijo que reduciría la inflación al 60% por medio de mantener el gasto bajo control. La coalición peronista, que tendrá que enfrentar una batalla electoral en 2023, cumplió el año pasado todos sus objetivos del FMI de reducir el déficit del gobierno y acrecentar reservas, resaltó el Ministro. Según el Ministerio de Economía, Argentina le debe al Fondo 44.000 millones de dólares de un rescate de 2018.
“El objetivo tiene que ser que las tasas de interés, la velocidad de devaluación [del peso] y la inflación vayan de la mano de manera ordenada, porque eso nos va a permitir tener disciplina fiscal con crecimiento económico, con creación de empleo, con recuperación del consumo y una recuperación de los ingresos”, dijo el ministro. “Para esto, es necesaria mucha disciplina y mucho orden político”.
Argentina tiene una larga historia de inestabilidad política. La coalición de izquierda del presidente Alberto Fernández se ha visto debilitada por las constantes luchas internas entre los pragmáticos y una facción peronista más radical encabezada por la poderosa expresidenta y actual vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Uno de los antecesores de Massa, Martín Guzmán, renunció el año pasado luego de que la vicepresidenta lo criticara públicamente por no gastar más.
Fernández de Kirchner, consciente de que más conflictos internos podrían costarles a los peronistas las próximas elecciones presidenciales, previstas para octubre, ha apoyado más a Massa. “He estado trabajando con el presidente, la vicepresidenta y toda la coalición sin que nadie ponga un palo en la rueda”, declaró este último.
Una luz de esperanza en la formación de gas de esquisto de Vaca Muerta
Para justificar su optimismo sobre las perspectivas a mediano plazo del país, Massa señaló que después de años de demoras, la inversión finalmente se estaba activando en el depósito patagónico de Vaca Muerta, la segunda formación de gas de esquisto más grande del mundo. Esto abre el camino para que Argentina sea autosuficiente en gas y comience a exportar.
Un gasoducto que está destinado a impulsar la producción nacional de gas en un 25 por ciento cuando esté construido debería estar terminado para junio, y se comenzará a trabajar en un gasoducto de USD 1.800 millones para poder realizar exportaciones dentro de los próximos 90 días. Esto será parcialmente financiado por el banco nacional de desarrollo de Brasil BNDES y otros prestamistas multilaterales. Sin embargo, existe la preocupación sobre si toda la infraestructura necesaria cumplirá con esos objetivos y si realmente se construirá.
Durante una visita a Buenos Aires el lunes, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, reiteró que crearía las condiciones para financiar el gasoducto.
La minería también está teniendo un buen desempeño, con 95 proyectos de litio, cobre y otros en curso, desde la etapa de exploración hasta la de desarrollo, según funcionarios del Ministerio de Minería.
Muchas cosas podrían salir mal mientras tanto. Los economistas señalan la necesidad del gobierno de refinanciar $85 mil millones de deuda a corto plazo denominada en pesos este año. También les preocupa que las demandas sindicales de aumentos salariales puedan impulsar una espiral inflacionaria, y han expresado temores de que las ganancias provenientes de la exportación se vean afectadas por una sequía severa que podría afectar los cultivos de soja y trigo.
Massa es optimista sobre los riesgos y dice que el gobierno ha estado refinanciando su cuantiosa deuda interna a medida que fue venciendo y que las previsiones pesimistas para la cosecha de trigo han resultado infundadas. Confía en las negociaciones entre el gobierno, los sindicatos y las empresas para limitar la inflación.
Uno de los indicadores del éxito será si los argentinos repatrían parte de su riqueza en el extranjero. Años de inestabilidad económica han llevado a los ciudadanos de uno de los países más endeudados del mundo a acumular cientos de miles de millones de dólares en activos en el extranjero.
Massa dijo que incluso después de una amnistía para los activos no declarados en el extranjero en 2016-17, que llevó a 117.000 millones de dólares a regresar, el gobierno estimó que los argentinos todavía tenían 300.000 millones de dólares en Estados Unidos, una suma equivalente a la mitad del PBI del país.
"Si los argentinos ven que somos ordenados en materia fiscal, volverán a creer en su moneda", dijo el ministro. "Si creen en su moneda, dejarán de tener sus activos en el exterior".
Muchos creen que si Massa, un experimentado operador político, logra estabilizar la economía este año, se convertirá en el candidato presidencial peronista más obvio en las elecciones de octubre. “Me gusta la política, soy un animal político”, dijo. “Pero por el momento tengo que trabajar obsesivamente y concentrarme en cumplir los objetivos que nos hemos fijado”.
“Vamos a iniciar las exportaciones de gas a Chile en los próximos días y podríamos comenzar a exportar gas a Brasil a partir de septiembre”, señaló Sergio Massa.
Incluso sin inversiones adicionales, la balanza comercial de energía de Argentina pasaría de un déficit de más de 5.000 millones de dólares el año pasado a un superávit de unos 12.000 millones de dólares en 2025, dijo, y agregó: “Esto le dará a Argentina una capacidad muy sólida para pagar [la deuda] en 2025, 2026 y 2027”.
Massa, quien asumió uno de los desafíos económicos más difíciles del mundo en agosto pasado, no se hace ilusiones sobre la gravedad de la crisis argentina. La impresión de dinero del banco central ha ayudado a impulsar la inflación anual a casi el 100 por ciento, los controles de cambio han perjudicado a la industria y alimentado un mercado negro en el dólar estadounidense, mientras que el país sigue aislado de los mercados internacionales tras su noveno incumplimiento de pago de la deuda en 2020.
“Cuando asumimos el cargo, entendimos que estábamos tratando con un paciente que estaba en coma”, dijo el ministro al Financial Times en una entrevista. “Hoy está en cuidados intensivos y tenemos que bajarlo a una sala común y luego salir caminando del hospital. Ese es mi trabajo."
Para volver a encarrilar la economía argentina, Massa dijo que reduciría la inflación al 60% por medio de mantener el gasto bajo control. La coalición peronista, que tendrá que enfrentar una batalla electoral en 2023, cumplió el año pasado todos sus objetivos del FMI de reducir el déficit del gobierno y acrecentar reservas, resaltó el Ministro. Según el Ministerio de Economía, Argentina le debe al Fondo 44.000 millones de dólares de un rescate de 2018.
“El objetivo tiene que ser que las tasas de interés, la velocidad de devaluación [del peso] y la inflación vayan de la mano de manera ordenada, porque eso nos va a permitir tener disciplina fiscal con crecimiento económico, con creación de empleo, con recuperación del consumo y una recuperación de los ingresos”, dijo el ministro. “Para esto, es necesaria mucha disciplina y mucho orden político”.
Argentina tiene una larga historia de inestabilidad política. La coalición de izquierda del presidente Alberto Fernández se ha visto debilitada por las constantes luchas internas entre los pragmáticos y una facción peronista más radical encabezada por la poderosa expresidenta y actual vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Uno de los antecesores de Massa, Martín Guzmán, renunció el año pasado luego de que la vicepresidenta lo criticara públicamente por no gastar más.
Fernández de Kirchner, consciente de que más conflictos internos podrían costarles a los peronistas las próximas elecciones presidenciales, previstas para octubre, ha apoyado más a Massa. “He estado trabajando con el presidente, la vicepresidenta y toda la coalición sin que nadie ponga un palo en la rueda”, declaró este último.
Una luz de esperanza en la formación de gas de esquisto de Vaca Muerta
Para justificar su optimismo sobre las perspectivas a mediano plazo del país, Massa señaló que después de años de demoras, la inversión finalmente se estaba activando en el depósito patagónico de Vaca Muerta, la segunda formación de gas de esquisto más grande del mundo. Esto abre el camino para que Argentina sea autosuficiente en gas y comience a exportar.
Un gasoducto que está destinado a impulsar la producción nacional de gas en un 25 por ciento cuando esté construido debería estar terminado para junio, y se comenzará a trabajar en un gasoducto de USD 1.800 millones para poder realizar exportaciones dentro de los próximos 90 días. Esto será parcialmente financiado por el banco nacional de desarrollo de Brasil BNDES y otros prestamistas multilaterales. Sin embargo, existe la preocupación sobre si toda la infraestructura necesaria cumplirá con esos objetivos y si realmente se construirá.
Durante una visita a Buenos Aires el lunes, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, reiteró que crearía las condiciones para financiar el gasoducto.
La minería también está teniendo un buen desempeño, con 95 proyectos de litio, cobre y otros en curso, desde la etapa de exploración hasta la de desarrollo, según funcionarios del Ministerio de Minería.
Muchas cosas podrían salir mal mientras tanto. Los economistas señalan la necesidad del gobierno de refinanciar $85 mil millones de deuda a corto plazo denominada en pesos este año. También les preocupa que las demandas sindicales de aumentos salariales puedan impulsar una espiral inflacionaria, y han expresado temores de que las ganancias provenientes de la exportación se vean afectadas por una sequía severa que podría afectar los cultivos de soja y trigo.
Massa es optimista sobre los riesgos y dice que el gobierno ha estado refinanciando su cuantiosa deuda interna a medida que fue venciendo y que las previsiones pesimistas para la cosecha de trigo han resultado infundadas. Confía en las negociaciones entre el gobierno, los sindicatos y las empresas para limitar la inflación.
Uno de los indicadores del éxito será si los argentinos repatrían parte de su riqueza en el extranjero. Años de inestabilidad económica han llevado a los ciudadanos de uno de los países más endeudados del mundo a acumular cientos de miles de millones de dólares en activos en el extranjero.
Massa dijo que incluso después de una amnistía para los activos no declarados en el extranjero en 2016-17, que llevó a 117.000 millones de dólares a regresar, el gobierno estimó que los argentinos todavía tenían 300.000 millones de dólares en Estados Unidos, una suma equivalente a la mitad del PBI del país.
"Si los argentinos ven que somos ordenados en materia fiscal, volverán a creer en su moneda", dijo el ministro. "Si creen en su moneda, dejarán de tener sus activos en el exterior".
Muchos creen que si Massa, un experimentado operador político, logra estabilizar la economía este año, se convertirá en el candidato presidencial peronista más obvio en las elecciones de octubre. “Me gusta la política, soy un animal político”, dijo. “Pero por el momento tengo que trabajar obsesivamente y concentrarme en cumplir los objetivos que nos hemos fijado”.
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