¡Arde Tele!
Así fueron los últimos años de Rodolfo Bebán lejos de las cámaras y de los escenarios
Fue en 2011 cuando el actor y galán se bajó definitivamente de los escenarios para dejar la TV en 2014. Este sábado por la noche murió a los 84 años, luego de que su salud se fuera deteriorando con el tiempo.
“Ya no quiere salir, ni comer, ni nada. Yo lo llamo y a veces me contesta, a veces no”, alarmó Jorge Martínez meses atrás en una visita a Intrusos, respecto al presente de Rodolfo Bebán. “¿Está depresivo o está enfermo?”, le consultó la periodista Marcela Tauro. Entonces el actor, que se había definido como un “amigote” suyo, hizo una pausa, quizás buscando por un instante asumir de una vez por todas esa realidad que tanto nos atraviesa. “Las dos cosas...”, explicó. Y ya nada más se supo de quien fuera uno de los grandes artistas de la escena nacional.
Este domingo 14 de agosto llegaría la triste confirmación de la Asociación Argentina de Actores luego de que la versión circular con fuerza en las redacciones periodísticas: en la noche del sábado el corazón de Rodolfo Tilli -el hombre que, ya como Bebán, supo dejar en vilo los corazones de tantos otros con sus actuaciones- dejó de latir. Tenía 84 años. Y desde hacía un tiempo estaba alojado en un geriátrico.
Su familia -era padre de seis hijos- buscó preservar intimidad, y por esa razón poco se supo de él desde que en 2014 se despidió de la televisión. Apenas aquellas palabras de Martínez y todo su penar. Y este desenlace desolador luego de que se sumergiera en el olvido al galán de telenovelas que en los 60 había alcanzado una enorme popularidad con El amor tiene cara de mujer, en Canal 13.
En un principio, lo habían convocado para hacer solo tres capítulos, y se quedó. O más bien, lo obligaron a quedarse: esa mirada -irrepetible, solo suya- y su talento -que también llevaría al cine, recreando personalidades históricas como Juan Manuel de Rosas o Juan Moreira, y el teatro, adonde dio sus primeros pasos, en el Morón que lo vio crecer- llevaron a que los productores extendieran su participación. “Empecé a vivir en el canal”, recordaría luego, repasando aquel suceso que protagonizó junto a Bárbara Mujica y Thelma Biral. Aunque en rigor, se luciría en casi todas las emisoras, como con Alta Comedia en el 9 y Cuatro hombres para Eva en el viejo canal 11, entre tantos otros ciclos. Incluso fue contratado por la cadena mexicana Televisa para estar en el culebrón Muñeca.
Camino al amor, una ficción que el productor y director Quique Estevanez puso al aire en 2014, marcaría el adiós de esa pantalla chica que tanto lo había visto brillar. Allí Bebán, luego de compartir elenco con Sebastián Estébanez, Mariano Martínez y Carina Zampini, reconocía estar en paz porque, en lo profesional, había podido desarrollarse en “la profesión que amo”, y en lo personal, había tenido “los hijos que me hubiera gustado tener”, aunque siempre reconoció que no estuvo presente para ellos, que no fue un buen padre. Y advertía: “Uno nunca puede sentirse totalmente feliz por lo que ha hecho”.
Quizás se refería a decisiones del pasado. Como a su relación con Claudia Lapacó -madre de sus hijos mayores, Rodrigo y Diego-, que se terminó abruptamente por una traición. La actriz tardaría cuatro décadas en perdonar al hombre del cual se había enamorado perdidamente en 1961 cuando todavía no lo había alcanzado la fama, y con quien se había casado un lustro más tarde. Apenas se cruzaron palabra en todos esos años posteriores a la ruptura. Recién en 2011 volverían a compartir un escenario en la comedia Filosofía de vida; los acompañó otra leyenda: Alfredo Alcón. Esa sería, al fin, la última vez que Bebán pisaría las tablas.
“Siempre hay que buscar una proyección hacia algo más. Y posiblemente este sea el mejor ejemplo que uno pueda dejar. Ir siempre a más”, decía Rodolfo Bebán, el actor que pasó a la inmortalidad. Pero que en este plano, como un hombre de a pie, partiría casi en la indiferencia. Como les sucede a tantos otros, aun aquellos que no saborearon las mieles del éxito y la popularidad.
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