DOLAR
OFICIAL $816.08
COMPRA
$875.65
VENTA
BLUE $1.18
COMPRA
$1.20
VENTA

Así fue el primer superclásico de la era profesional

La rivalidad que existía entre Boca y River desde la era amateur, se manifestó en el primer partido entre ellos en el profesionalismo ya que un serio incidente impidió su terminación.

El primer clásico del profesionalismo se disputó en la última fecha de la primera rueda del Campeonato de 1931. Boca llegaba segundo, a un punto del líder San Lorenzo, en tanto River se hallaba en el cuarto puesto, a tres puntos del equipo de Boedo y a dos de Boca.

La expectativa de ese encuentro duró solamente 30 minutos. A esa altura del partido River estaba en ventaja 1-0 y el árbitro sancionó penal para el conjunto local.

Francisco Varallo, quien falleció el año pasado a los 100 años, fue el encargado de ejecutar el penal. El remate del delantero boquense fue rechazado por el arquero Jorge Iribarren, pero el rebote lo recibió Varallo, quien venció la resistencia del uno riverplatense.

Los jugadores visitantes irritados, rodearon al juez manifestando que el delantero le había cometido falta al uno. Por las protestas amenazantes, el árbitro Escola determinó la expulsión de tres de ellos: Bonelli, Lago (uruguayo) y Belvidares. Ante tan drástica decisión, el capitán de River, el zaguero Juan Carlos Iribarren, decidió retirar el equipo al considerar que en tales condiciones de desventaja no estaban aptos para continuar el juego. Posteriormente el partido se suspendió. Y la Liga se lo dio por ganado a Boca por 1-0.

Con ese gol, Francisco Varallo se convirtió en el primer jugador xeneize en anotar un tanto en el Superclásico desde el profesionalismo.

Años después, en una entrevista a El Gráfico, "Pancho" Varallo habló sobre esa jugada que terminó en escándalo.

"Las tribunas estaban a reventar y yo me puse muy nervioso. Nerviosísimo. Cherro, como siempre, me acomodó la pelota. Era una cábala que teníamos. El la acomodaba y yo pateaba. En la cancha no hablaba nadie. No se movía una hoja. Tomé carrera y le dí, pero no me salió como siempre. Se nota que estaba nervioso, tenso. El arquero Iribarren voló y dio rebote, volví a pegarle y volvió a tapar, pero la pelota quedo ahí y la empuje de zurda. Los de River se pusieron como locos porque decían que yo lo había agarrado al arquero. Y era verdad. Lo retuve un poco y le pegué. ¿Pero qué iba a hacer? Lo grité como un animal", expresó el goleador e ídolo de Boca.

De esta manera el árbitro Escola no vio la trampa del delantero boquense y a partir de ahí comenzó la paternidad de Boca sobre River, que hace 17 años no puede igualar el historial.