Asfixia financiera en el Estado
Las moratorias dispuestas por la Provincia y la Municipalidad de Córdoba muestran la endeblez de las cuentas públicas y la necesidad de un gasto más racional y eficiente.
La moratoria impositiva dispuesta por el Gobierno de la provincia de Córdoba y la que pondrá en marcha la semana próxima la Municipalidad de la ciudad capital muestran a las claras la endeblez de las cuentas públicas, más visible durante los últimos años por el crecimiento de las plantas de personal y el incremento de los gastos corrientes.
El deterioro de las cuentas de los distintos niveles de Gobierno, incluido el del Estado nacional, es un fenómeno que toma forma después de la crisis 2008-2009, pese a que la presión fiscal se halla en niveles récord en la Argentina.
El gobierno de Cristina Fernández de Kirchner acude mes a mes a préstamos transitorios y al adelanto de ganancias por parte del Banco Central y de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses), para enjugar parte del déficit financiero que afecta al Tesoro nacional.
Al carecer de esos instrumentos, provincias y municipios han comenzado a mostrar dificultades financieras para la ejecución de las diferentes partidas que hacen al funcionamiento del Estado. El equilibrio financiero se complicó a partir del hecho de que el mayor aumento del empleo se dio en el sector público de las distintas provincias, que creció 32,4 por ciento desde 2007, según Sel Consultores.
Córdoba no fue ajena a ese fenómeno, ya que la planta de personal de la Provincia creció en casi 17 mil puestos durante la administración de Juan Schiaretti, entre 2007 y 2011, aunque muchos de esos empleos hayan estado destinados a cubrir necesidades en materia de seguridad, educación y salud. La Municipalidad de Córdoba tampoco se excluyó de ese fenómeno.
La suma de factores tales como la suba de precios en los gastos corrientes y de equipamiento, en los costos de la obra pública y de los planteles de personal, explica las razones por las que las dos principales organizaciones del Estado en Córdoba deben acudir a sendas moratorias para mejorar sus ingresos y afrontar los próximos pagos, en especial del aguinaldo que debe abonarse dentro de dos meses.
Las moratorias son de por sí un castigo al contribuyente que cumple en término con el pago de impuestos y tasas, además de generar una conducta fiscal propia de las épocas de inflación. Esa actitud enseña que es mejor no pagar impuestos y servicios en término porque luego vendrá una moratoria, que será ventajosa en términos reales, ya que los intereses y recargos no alcanzan a cubrir la inflación del período en cuestión.
Las facilidades de pago pueden ser comprensivas ante las necesidades de financiación, pero de ninguna manera pueden convertirse en un método permanente de gestión. Además, el Estado debe mostrar una conducta ejemplar en cuanto a la racionalidad y eficiencia en el gasto, aspectos sobre los que queda mucho terreno aún por mejorar.
El deterioro de las cuentas de los distintos niveles de Gobierno, incluido el del Estado nacional, es un fenómeno que toma forma después de la crisis 2008-2009, pese a que la presión fiscal se halla en niveles récord en la Argentina.
El gobierno de Cristina Fernández de Kirchner acude mes a mes a préstamos transitorios y al adelanto de ganancias por parte del Banco Central y de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses), para enjugar parte del déficit financiero que afecta al Tesoro nacional.
Al carecer de esos instrumentos, provincias y municipios han comenzado a mostrar dificultades financieras para la ejecución de las diferentes partidas que hacen al funcionamiento del Estado. El equilibrio financiero se complicó a partir del hecho de que el mayor aumento del empleo se dio en el sector público de las distintas provincias, que creció 32,4 por ciento desde 2007, según Sel Consultores.
Córdoba no fue ajena a ese fenómeno, ya que la planta de personal de la Provincia creció en casi 17 mil puestos durante la administración de Juan Schiaretti, entre 2007 y 2011, aunque muchos de esos empleos hayan estado destinados a cubrir necesidades en materia de seguridad, educación y salud. La Municipalidad de Córdoba tampoco se excluyó de ese fenómeno.
La suma de factores tales como la suba de precios en los gastos corrientes y de equipamiento, en los costos de la obra pública y de los planteles de personal, explica las razones por las que las dos principales organizaciones del Estado en Córdoba deben acudir a sendas moratorias para mejorar sus ingresos y afrontar los próximos pagos, en especial del aguinaldo que debe abonarse dentro de dos meses.
Las moratorias son de por sí un castigo al contribuyente que cumple en término con el pago de impuestos y tasas, además de generar una conducta fiscal propia de las épocas de inflación. Esa actitud enseña que es mejor no pagar impuestos y servicios en término porque luego vendrá una moratoria, que será ventajosa en términos reales, ya que los intereses y recargos no alcanzan a cubrir la inflación del período en cuestión.
Las facilidades de pago pueden ser comprensivas ante las necesidades de financiación, pero de ninguna manera pueden convertirse en un método permanente de gestión. Además, el Estado debe mostrar una conducta ejemplar en cuanto a la racionalidad y eficiencia en el gasto, aspectos sobre los que queda mucho terreno aún por mejorar.