Policiales
Asesinato de Luciano Olivera: desplazaron al jefe policial de Miramar por el crimen del joven
Se trata de Edgardo Vulcano, que estaba a a cargo de la Jefatura de Seguridad Comunal de General Alvarado.
A dos días de la estremecedora muerte de Luciano Olivera, el adolescente de 16 años baleado en el pecho por un policía de la Bonaerense en Miramar, la comisaría de esa ciudad balnearia fue intervenida y el jefe comunal, cesanteado. La medida se tomó para facilitar la investigación, según informaron fuentes oficiales.
La decisión de separar al comisario a cargo de la Jefatura de Policía de Seguridad Comunal de General Alvarado fue tomada en las últimas horas por el ministerio de Seguridad bonaerense, a cargo de Sergio Berni. Se trata de Edgardo Vulcano, quien será reemplazado por el comisario inspector José Ramón Segovia: asumirá como interventor.
Según informó la agencia de noticias Télam, Vulcano había sido designado en el cargo en marzo de 2021. Y si bien la Policía de Seguridad Comunal de General Alvarado articula sus acciones con el Municipio a través del la Subsecretaría de Seguridad local, a cargo del comisario retirado Antonio Centurión; depende orgánicamente de la cartera Seguridad.
El policía Maximiliano González, señalado como autor del disparo y acusado del delito de homicidio agravado por ser funcionario policial en cumplimiento de sus funciones, se negó este sábado a declarar ante a la fiscal Ana María Caro, que investiga la muerte de Luciano. Tras la indagatoria, el oficial de 25 años fue trasladado a la Unidad Penitenciaria 44 de Batán.
El ministro de Seguridad bonaerense Berni aseguró ayer, tras mantener una reunión con los familiares de Luciano, que “no hay ninguna justificación” para explicar la muerte del adolescente y afirmó que el policía involucrado en el hecho, quien había festejado su propio cumpleaños pocas horas antes de dispararle al chico, “hizo todo mal”.
“Los cuatro miembros que estaban en el patrullero relatan que ni bien el policía efectuó el disparo dijo que se le escapó”, agregó y explicó. “Le retiraron el arma, comunicaron directamente al fiscal y los propios compañeros lo detuvieron. No hubo ni siquiera la mínima intención de encubrir, como sucedió (en el caso de Lucas González)”.
Mientras tanto, la titular de la UFI de General Alvarado confirmó que el juez de Garantías N°5 de Mar del Plata, Gabriel Bombini, convalidó el pedido de la conversión de la aprehensión en detención y que continúan con las pericias. “Seguimos con toda la incorporación de la prueba que estamos haciendo y todos los análisis de cámaras y con las testimoniales”, señaló la fiscal Caro a la agencia Télam.
La funcionaria judicial indicó, además, que la autopsia al cuerpo del adolescente baleado “confirma que un único proyectil le perforó el corazón, el pulmón derecho en la parte inferior y también ha tenido una lesión hepática, que produjo la muerte casi de manera instantánea, y salió a la altura de la espalda”.
Tras la entrega del cuerpo, familiares, amigos y vecinos de Luciano Olivera despidieron en una casa de sepelios en Miramar los restos del adolescente, que por la noche fueron inhumados en el cementerio local. El cortejo fue acompañado por una caravana de unas 500 personas y se detuvo dos cuadras antes del cementerio, en la puerta del club Once Unidos, donde la víctima jugaba al fútbol en la Sexta división.
El episodio ocurrió pasadas las tres de la madrugada del viernes pasado, cuando una patrulla con cuatro efectivos a bordo quiso, supuestamente, identificar al adolescente que se trasladaba en una moto Yamaha YBR 125 roja.
En circunstancias que aún se investigan, los policías interceptaron a Luciano sobre la avenida 9, entre las calles 32 y 34, y luego de bajar de la patrulla uno de ellos le efectuó un disparo con su arma reglamentaria.
“El móvil no fue a chocar la moto, que venía de frente por la avenida, ellos detuvieron el patrullero y bajan pero la moto siguió y, en ese marco, al parecer la moto lo atropella (a González) y ahí se produce el disparo”, señaló un investigador a Télam. El adolescente cayó gravemente herido y cuando los médicos de la ambulancia llegaron al lugar ya había fallecido. Parte de esa secuencia quedó registrada en un video por un testigo que circulaba por la zona.
Según informaron fuentes del caso a Infobae, los peritos de la Policía Federal, que intervienen en la investigación, secuestraron una vaina servida en el lugar donde murió el adolescente. Ahora, será cotejada con la pistola reglamentaria del oficial González, una Bersa Thunder calibre 9 milímetros. “Lo más seguro es que la vaina coincida con el arma del policía”, indicó una fuente del caso.
González trabajaba hace tres años como policía en Miramar, según confiaron desde la fuerza bonaerense. Las fuentes aseguraron que el policía era oriundo de esa ciudad balnearia y que vivía en el mismo barrio que Luciano. “Seguramente se conocían”, apuntó un investigador.
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