Asalto, golpes y amenazas
Durante el asalto, a la esposa del dueño de la casa, una esteticista de 31 años, además de torturarla psicológicamente con las amenazas a su hijo la agarraron de los pelos, le pegaron un culatazo en la cabeza y hasta la ataron con prendas que encontraron en la vivienda.
Dos delincuentes protagonizaron un violento asalto en la casa de un cirujano plástico de La Plata, donde golpearon y ataron a su esposa y le apoyaron un arma en la cabeza a su pequeño hijo de tres años, tras lo cual escaparon con una importante suma de dinero, costosos relojes y otros objetos de valor.
Durante el asalto, a la esposa del dueño de la casa, una esteticista de 31 años, además de torturarla psicológicamente con las amenazas a su hijo la agarraron de los pelos, le pegaron un culatazo en la cabeza y hasta la ataron con prendas que encontraron en la vivienda.
En un momento determinado, uno de los delincuentes se acercó al nene de tres años, que estaba frente a la televisión, le apoyó un arma de fuego en la cabeza, la martilló y amenazó a su mamá: "Dame la caja fuerte o te lo mato ya".
Luego de 20 minutos de terror, los asaltantes escaparon de la vivienda a plena luz del día llevándose un botín que incluyó unos 10.000 dólares, 5.000 pesos, varios relojes importados y alhajas, entre otros efectos de valor, según lo señalado por el diario El Día de esta ciudad.
El violento asalto, que trascendió recién ayer, ocurrió el lunes 5 de este mes en una casa de la calle 7 entre 50 y 51 de Villa Elisa.
Según contó al diario platense el cirujano plástico Leonardo Cuenca, de 41 años, todo empezó hacia las 17:30, cuando la empleada doméstica se disponía a salir y fue sorprendida uno de los asaltantes, que la hizo entrar nuevamente a la casa.
No obstante, tanto las víctimas como los investigadores creen que los individuos habrían actuado en complicidad con la mujer.
Lo concreto es que no bien entró a la casa, el sospechoso llevó a la empleada hasta la cocina y le dijo que se quedara allí. "En todo el asalto no la fue a buscar más y ella tampoco hizo nada", señaló Cuenca.
Toda la atención del asaltante estuvo enfocada en la esposa del cirujano, Carla Cresto, debido a que a esa hora Cuenca no estaba en la vivienda.
Enseguida, "la agarró de los pelos y la llevó a recorrer toda la casa", señaló el dueño de la vivienda.
Minutos después entró al inmueble un segundo cómplice. Ambos tenían unos 30 años y entre ellos "hablaban en guaraní", según contó Cuenca.
Los delincuentes abrían cajones puntuales y pedían cosas muy puntuales, por lo que las víctimas sospechan que ya sabían lo que podían encontrar en la vivienda. "Dame la caja fuerte que está en el ropero", repetía con insistencia uno de ellos a la esteticista.
El momento más dramático se vivió cuando le pusieron un arma en la cabeza y amenazaron con matar al hijo de tres años si no les entregaban la plata. "Ella gritó 'no, por favor, no' y enseguida los llevó a donde estaba la caja fuerte. Entonces ahí el ladrón le pegó un culatazo en la cabeza, la tiró al piso y la ató con ropa. A la empleada no le hizo nada", relató el cirujano.
Cuando los delincuentes se escaparon con el importante botín, Cresto se desató por sus propios medios y enseguida llamó a su marido y a la Policía.
"Yo estaba atendiendo en el consultorio. Vine enseguida a la casa. Supongo que eligieron ese momento porque sabían que yo no iba a estar. Fue terrible. Lo que quiero, es que vayan presos, que estén adentro aunque sea unos meses", dijo el cirujano, quien reconoció que el episodio fue traumático para su esposa.
"Estuvo varios días sin querer salir de la casa del miedo", indicó.
Durante el asalto, a la esposa del dueño de la casa, una esteticista de 31 años, además de torturarla psicológicamente con las amenazas a su hijo la agarraron de los pelos, le pegaron un culatazo en la cabeza y hasta la ataron con prendas que encontraron en la vivienda.
En un momento determinado, uno de los delincuentes se acercó al nene de tres años, que estaba frente a la televisión, le apoyó un arma de fuego en la cabeza, la martilló y amenazó a su mamá: "Dame la caja fuerte o te lo mato ya".
Luego de 20 minutos de terror, los asaltantes escaparon de la vivienda a plena luz del día llevándose un botín que incluyó unos 10.000 dólares, 5.000 pesos, varios relojes importados y alhajas, entre otros efectos de valor, según lo señalado por el diario El Día de esta ciudad.
El violento asalto, que trascendió recién ayer, ocurrió el lunes 5 de este mes en una casa de la calle 7 entre 50 y 51 de Villa Elisa.
Según contó al diario platense el cirujano plástico Leonardo Cuenca, de 41 años, todo empezó hacia las 17:30, cuando la empleada doméstica se disponía a salir y fue sorprendida uno de los asaltantes, que la hizo entrar nuevamente a la casa.
No obstante, tanto las víctimas como los investigadores creen que los individuos habrían actuado en complicidad con la mujer.
Lo concreto es que no bien entró a la casa, el sospechoso llevó a la empleada hasta la cocina y le dijo que se quedara allí. "En todo el asalto no la fue a buscar más y ella tampoco hizo nada", señaló Cuenca.
Toda la atención del asaltante estuvo enfocada en la esposa del cirujano, Carla Cresto, debido a que a esa hora Cuenca no estaba en la vivienda.
Enseguida, "la agarró de los pelos y la llevó a recorrer toda la casa", señaló el dueño de la vivienda.
Minutos después entró al inmueble un segundo cómplice. Ambos tenían unos 30 años y entre ellos "hablaban en guaraní", según contó Cuenca.
Los delincuentes abrían cajones puntuales y pedían cosas muy puntuales, por lo que las víctimas sospechan que ya sabían lo que podían encontrar en la vivienda. "Dame la caja fuerte que está en el ropero", repetía con insistencia uno de ellos a la esteticista.
El momento más dramático se vivió cuando le pusieron un arma en la cabeza y amenazaron con matar al hijo de tres años si no les entregaban la plata. "Ella gritó 'no, por favor, no' y enseguida los llevó a donde estaba la caja fuerte. Entonces ahí el ladrón le pegó un culatazo en la cabeza, la tiró al piso y la ató con ropa. A la empleada no le hizo nada", relató el cirujano.
Cuando los delincuentes se escaparon con el importante botín, Cresto se desató por sus propios medios y enseguida llamó a su marido y a la Policía.
"Yo estaba atendiendo en el consultorio. Vine enseguida a la casa. Supongo que eligieron ese momento porque sabían que yo no iba a estar. Fue terrible. Lo que quiero, es que vayan presos, que estén adentro aunque sea unos meses", dijo el cirujano, quien reconoció que el episodio fue traumático para su esposa.
"Estuvo varios días sin querer salir de la casa del miedo", indicó.