Arzobispo de La Plata contra la "cultura fornicaria"
Rechazó el sexo en los Juegos Olímpicos y calificó de "antinaturales" las relaciones sexuales que no sean entre un hombre y una mujer. Rechazo desde el Gobierno.
En una columna publicada en el diario El Día, de La Plata, bajo el título "La fornicación", Aguer cuestionó los "records notables de señoritas (...) que cambian de 'novio' cinco o seis veces al año", y sostuvo que "la 'igualdad de género' permite otras combinaciones, antinaturales".
El arzobispo afirmó que el "vicio" de fornicar "se ha convertido en algo trivial, común, insustancial", y advirtió: "Él o ella en principio, aunque hoy día la 'igualdad de género' permite otras combinaciones, antinaturales".Sostuvo, además, que hay un "negocio del anticonceptivo" y una "cultura de la fornicación" que hace que "la finalidad procreativa del acto sexual sea frecuentemente bloqueada, de modo expreso, intencional, en las fornicaciones ocasionales".
Además, cuestionó la entrega de 450 mil preservativos en la Villa Olímpica durante los Juegos Olímpicos de Río 2016: "La prensa brasileña hizo un cálculo: 42 condones por cada atleta, teniendo en cuenta los 17 días de duración de las competencias. La preparación de las mismas impone, como es lógico, abstinencia, pero después de cada competición, íA coger atléticamente!", disparó.
En otro tramo del texto, criticó el "petting (contacto erótico sin llegar a la consumación del acto sexual) descontrolado en lugares públicos", y habló de una "banalización del sexo" que "comienza cada vez más temprano".
Además, condenó la "fornicación 'contra natural', ahora avalada por las leyes inicuas que han destruído la realidad natural del matrimonio", y argumentó que "la razón comprende que el cuerpo del varón y el de la mujer se ensamblan complementariamente porque están hechos el uno para el otro".
Apuntó contra "la discriminación de los antidiscriminadores" que "ha llegado a límites inconcebibles, como el de negar el derecho de los niños a ser criados y educados por un padre y una madre", como se ha visto en "la entrega en adopción de niños a 'matrimonios igualitarios'".
"Tengo pleno respeto por las personas concernidas en todo lo que he dicho, y comprendo con cercanía y afecto sus conflictos, pero no puedo dejar de proclamar la verdad. Mal que le pese al INADI, si se entera", finalizó el arzobispo, de conocidas posiciones conservadoras.
Por su parte, Avruj afirmó a La Once Diez que le "parece bien que las organizaciones de derechos humanos y la sociedad civil salgan y contesten" los dichos del arzobispo porque "no se puede dejar pasar esto, que es una provocación".
"Su posición es autoritaria, discriminadora, y representa el ala más dura (de la Iglesia). Merece el rechazo de todos nosotros". En ese marco, consideró que en la sociedad argentina "el tema de la libertad, la libre elección y el respecto a la identidad de género merecen fundamentalmente respeto, reconocimiento y mucho cuidado, y no un ataque con esta virulencia".
"El Estado marca una agenda de derechos humanos, marca pautas. Estas declaraciones no hacen más que ratificar lo que nosotros entendimos como una necesidad, que es crear una dirección nacional de políticas sobre diversidad sexual porque hay una brecha muy grande entre el marco legal y la realidad", concluyó.