Argentina - Alemania: ¡Jueguen por nosotros, estamos con ustedes!
A las 16 el mundo se paralizará, y 23 leones entrarán a comerse la cancha para bañar de gloria a la Argentina.
Faltan horas, minutos, segundos para los 90 minutos más esperados e infartantes de toda una generación. Todos aquellos que nacimos en los albores de los '90 nunca tuvimos la posibilidad de vivir algo así.
Sí, algunos, con nuestros clubes, pero esto es distinto. En un país donde la división, la pelea y el malhumor por diferencias políticas son moneda corriente, 23 animales y una pelota lograron unir a los 40 millones de argentinos, hayan votado o no a Cristina.
Toda una Nación estará pendiente de las atajadas de Romero, que llegó a Brasil cargando un enorme signo de pregunta y se vuelve siendo héroe nacional.
Todo un país sufrirá se apiadará y vivará cada corrida y salvada de Mascherano, que pasó de ser criticado por su temporada en el Barcelona a ocupar un lugar al lado de íconos como San Martín y el Che Guevara.
Todos, absolutamente todos, estaremos expectantes de lo que pueda hacer Messi, la gran esperanza argentina de traer la Copa, que hasta acá sólo se destacó en la primera ronda, pero en el cual tenemos toda la fe depositada para ser campeones del mundo (que lindo suena pensarlo, decirlo y escribirlo).
La manifestación del último miércoles en el Obelisco no fue casual. El pueblo necesitaba una alegría así para olvidarse por un rato de los buitres, Boudou, las elecciones y la mar en coche.
Más de 100 mil almas albicelestes estarán en Río, 40 millones frente a una televisión o una radio en Argentina y otras miles desparramadas a lo largo y ancho del mundo.
No somos candidatos, nadie cree en nosotros, por eso el empuje argentino será crucial para dar otro Maracanazo y borrar de un plumazo los 5 títulos y lo casi 100 años de historia del fútbol brasilero.
Llegó el día: jueguen por nosotros, que los vamos a estar apoyando con cada gota de nuestra sangre.