Arana: "No quiero ser un actor para pocos"
*Por Adriana Bruno. Después de dos años sin hacer TV, vuelve a la pantalla el miércoles a las 22, por Telefe, con la comedia romántica "Cuando me sonreís". Mientras, hizo de todo. Y lo cuenta.
Estos son tiempos muy felices para mí. Tremendamente felices. Y si tuviera que elegir qué es lo que quiero hacer hoy, elijo algo que a la gente la haga sonreír". Así habla Facundo Arana, un hombre al que la dicha no le pasa por la fama. Pero que, sin duda, sabe usarla.
Después de dos años sin hacer televisión, el miércoles, a las 22, volverá a la pantalla con una comedia romántica: Cuando me sonreís , por Telefe, y con Julieta Díaz. Dice que en este tiempo "había juntado muchas ganas de hacer una tira". Y no sería por aburrimiento.
En 2008, cuando terminó Vidas robadas , empezó a recorrer el país para la campaña de concientización "Donar sangre salva vidas". Un documental recogió su travesía, que lo llevó desde La Quiaca hasta la Antártida, y desde el Iguazú hasta la mismísima cumbre del Aconcagua. Después llegó la propuesta de Gustavo Yankelevich, y Arana se embarcó en el proyecto que, dice, corresponde justo a este momento de su vida (ver Cuando el mundo...
) ¿Qué tiene que ver este personaje con el de "Sos mi vida" (aquel exitazo junto a Natalia Oreiro)? Y... me van a ver a mí la misma cara. No hay muchos secretos. No me propongo ser un actor snob, no quiero ser un actor para pocos, para regodear a nadie. Pretendo gustarle a mi abuela que está mirando tele. Acá te piden tocar un sol, entonces tenés que tocar un sol y no venderle a nadie que tocás el único sol del mundo con un violín Stradivarius, porque no es así.
¿Hay un desafío particular en ir al horario que deja "Un año para recordar" con tan poco rating? Trato de no mirar eso. No me corresponde. El rating es una circunstancia. Con Vidas robadas , que se llevó todos los premios, hacíamos 14 puntos. Hoy la gente no habla de otra cosa que de El elegido . Dentro de dos años nadie se va a acordar del rating que hacía El elegido , y dentro de quince años se van a acordar de la ficción que era. Nuestra televisión está llena de gente que mantuvo en el aire programas a pesar del rating adverso porque la historia merecía ser contada. Hay que hacer un aplauso de respeto hacia ellos.
Y vas a estar con Pablo Echarri, en un continuado horario.
Es lo mismo que si estuviéramos en canales distintos. Lo que hablamos a veces con Pablo es que tal vez un día nos juntemos para hacer algo. Eso sería una dupla, ¿no? Viéndolo a él como productor, ¿no se te pasó por la cabeza producir una tira? Hay que tener unas capacidades, muchas, que yo no tengo. Hay que ser ordenado, hay que tener nervios de acero... (piensa) ...Yo te escalo una montaña.
Arana escala una montaña. Y anda en moto, hace surf... y todos los deportes extremos. Pero también escribe relatos breves, saca fotos, dibuja permanentemente, pergeña historietas... Cuenta que pronto cumplirá "el sueño de su vida": publicar en la revista Fierro , junto a su amigo, el dibujante Juan Carlos Quattordio. "Me di cuenta de que podía dibujar cuando tenía unos diez años. Y no paré nunca -recuerda-. Cuando tenía que decirles algo importante a mis viejos, hacía una historieta. Y ahí volcaba todo lo que me pasaba. El adolescente Facundo no está más, pero en las cartas a mi vieja está vivo, con las cosas que me pasaban en aquel momento".
Para las fotos de su campaña solidaria, Arana tiene un blog en Internet; para las creaciones con Quattordio, tiene otro; un tercero, para sus cosas más personales.
Se te ve bastante activo en la red social Twitter, tenés un blog. ¿No temés que ese contacto permanente con la gente atente contra el "misterio" del galán? No. Esta es una forma maravillosa de acercarse a la gente. Antes me llegaban cartas de todo el mundo, y yo no tenía posibilidad alguna de responderlas. Hoy día hay un lugarcito, y quien tenga ganas puede entrar, y ver que ahí están mis cosas. Al principio no subía cosas con mi nombre, pero un día me pregunté: ‘¿A quién tengo que darle yo explicaciones? ’, entonces me saqué la máscara. Y estuvo bien. Me divierte mucho, y me encantan las devoluciones. Me animan a seguir.
También lo animan, claro, sus tres hijos (India, de 3 años, y los mellizos Yaco y Moro, de casi 2) y su mujer, la modelo y conductora de TV María Susini. Ese familión que Arana supo conseguir y de quienes no habla mucho porque "quiero que sea una familia, y no una pecera". Sin embargo, se banca que le pregunten cómo es su perfil de padre, y hasta -con alguna que otra vuelta- lo contesta. "Soy el mejor papá que puedo ser. Yo, de uno a un millón, soy un millón, porque me esmero un millón. En comparación conmigo mismo, soy el mejor papá del mundo. Porque no puedo hacer más esfuerzo, no me da el alma".
¿Hay algo que te saque de quicio? Me saca de quicio lo que no se puede arreglar. Que algunas cosas me den demasiada bronca y darme cuenta tarde de toda la bronca que me dieron esas cosas que no eran tan importantes. No tener el poder de arreglar las cosas cuando ya ocurrieron. No tener el control sobre la salud de la gente que quiero.
Barremos entonces con esa idea de que sos taaaan bueno... Puedo tener un asesino serial adentro, como todos. Pero vos elegís, y hacés un esfuerzo para sacar lo mejor que tenés. Con las mismas manos que podés levantar a una persona, la podés empujar. Es una elección conceptual. El problema es que lo normal parezca tan fuera de serie. La cuestión del tipo bueno la armaron los periodistas. Pero hay muchísimos actores que hacen tarea solidaria, y se comprometen mucho, incluso más que yo. Si vos tenés una cara conocida, y no usás un poco eso para el bien común, sos un papanatas. El día de mañana, cuando ya nadie pare la oreja cuando vos hablás, cuando se te pasaron los quince minutos, mirás para atrás y decís ¿por qué no lo hice? Bueno, eso no me va a pasar.